La reunión mundial de la ONU inició en esta capital una nueva y crucial fase en la batalla contra la desertización, una crisis que afecta a 1.000 millones de personas en el planeta.
La desertización, degradación de tierras secas productivas, afecta a Africa, las grandes llanuras y la pampa en América, las estepas de Asia, el desierto australiano y los márgenes del mar Mediterráneo.
La primera conferencia de las partes del tratado tomó varias decisiones notables, destacó Hama Arba Diallo, secretario ejecutivo de la Convención de la Organización de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
Los delegados acordaron instalar un departamento de la conferencia de las partes llamado "mecanismo global" en la sede del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), con sede en Roma, y con anterioridad había decidido situar la secretaría de la convención en Bonn, Alemania.
La convención mandató a la conferencia de las partes como su organismo supremo decisor, integrando a todos los gobiernos ratificantes. Antes de la apertura de la conferencia el 29 de septiembre, 102 naciones habían ratificado la convención. Desde entonces, se sumaron otras 11.
El mecanismo mundial en Roma estará bajo la autoridad de la conferencia de las partes y la asistirá para movilizar fondos para actividades relacionadas a la convención.
La conferencia de las partes decidió el inico de sus dos semanas de deliberaciones, situar la secretaría de la convención en Bonn, ex capital de Alemania Occidental, donde también están basados la Convención sobre Cambio Climático, y los Voluntarios de las Naciones Unidas.
Alemania llevó a cabo una campaña para ganar el derecho a ser sede de la secretaría, ofreciendo 1,2 millones de dólares por año y espacio de oficinas libre de alquiler por un período ilimitado, además de contribuciones regulares al presupuesto de la convención.
Las otras dos opciones eran Murcia en España y Montreal en Canadá.
Sin embargo la decisión para instalar el mecanismo global en en el FIDA en Roma fue precedida de discusiones entre miembros del Grupo de los 77 países en desarrollo (G-77) y China.
Grupos de América Latina, Asia y Africa debieron estudiar los pro y los contra de la oferta de FIDA frente a la alternativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con sede en Nueva York, que también se ofreció a albergar el mecanismo.
El FIDA, el PNUD y el Banco Mundial, que también compitió por ser sede, acordaron que, sin importar cuál grupo ganara, los tres iniciarán "arreglos institucionales de colaboración para el mecanismo global", dijo a IPS un diplomático italiano.
Italia presidió la conferencia de Roma y continuará presidiendo la conferencia de las partes de la convención entre el 24 de agosto y el 4 de septiembre en 1988 en Dakar, Senegal.
La conferencia de Roma también invitó a otros miembros de la red de la ONU, incluyendo los anfitriones en Roma, la Organización para la Agricultura y la Alimentación, el Fondo Global de Medio Ambiente del Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Programa Mundial de Alimentos, para respaldar las actividades del mecanismo global.
Estados Unidos y Japón aún no han ratificado el tratado.
La confrencia de las partes urgió a organizaciones regionales y subregionales, y al Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Africano de Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a respaldar el mecanismo. Una apelación también llegó al sector privado y las organizaciones no gubernamentales (ONG) para que respalde su trabajo.
Las ONG insistieron en tener participación completa en el diseño, implementación y supervisión de las actividades del mecanismo, con especial atención a la cuestión de género.
La práctica determinará cómo funcionará en la práctica. No obstante, Richard Ledgar, de la Australian Wilderness Society, parte de la red no gubernamental RIOD, dijo que las ONG y la Convención hicieron historia en el sistema de la ONU.
Por primera vez, representantes de ONG y autoridades de gobierno participantes en una conferencia internacional convocada por una convención de la ONU iniciaron un diálogo abierto con un programa oficial de trabajo. "Logramos mucho", dijo Diallo.
La convención, además de ser legalmente vinculante para los países ratificantes, incluye compromisos nacionales concretos para acciones prácticas, en especial a nivel local.
Además, dijo Diallo, la Convención de Lucha contra la Desertificación rompe con iniciativas pasadas al tener en cuenta a los pobres rurales como parte central de las soluciones. (FIN/IPS/tra-en/raj/rj/lp/en-ip/97