La recuperación económica de Tailandia no sólo debe tener en cuenta los índices macroeconómicos sino también la erradicación de la pobreza, exhortó James Gustave Speth, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El administrador del PNUD visitó recientemente Bangkok para discutir la erradicación de la pobreza y sostuvo que la crisis económica por la que atraviesa Tailandia, afectada por la devaluación de la moneda, es "transitoria y temporal" y que el país lo debe tomar como un "momento de definición".
Tailandia se encuentra en una "circunstancia crítica" de su historia luego de una década de crecimiento constante, que ofrece al gobierno la oportunidad de construir una fundación socioeconómica más fuerte para el país, añadió Speth.
El gobierno tailandés debe aprovechar la oportunidad para mejorar la calidad del crecimiento de su economía, exhortó.
El revés económico, desencadenado por la crisis financiera y exacerbado por la incertidumbre política, dejó a decenas de miles de personas sin trabajo y redujo la confianza de los inversores en el país, que hasta hace poco era una economía pujante en Asia.
Los analistas esperan que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) sea mínimo o nulo este año. Peor aún, la crisis provocó una inestabilidad monetaria regional que desestabilizó a los mercados asiáticos desde Filipinas hasta Indonesia.
"Cuando un país se enfrenta a este tipo de situaciones puede volver a lo que se llaman los 'fundamentos económicos', considerando sólo los grandes equilibrios macroeconómicos para recuperar la economía", señaló Speth en una conferencia de prensa.
"O puede aferrarse a sus principios y continuar su programa para la población, el sustento del ambiente y la erradicación de la pobreza", indicó.
Tailandia debe cumplir el "compromiso con los pobres" que asumió luego de 1986, cuando la economía creció más de ocho por ciento al año.
Speth aseguró que Tailandia logró reducir la pobreza a un nivel en que "se puede hablar con honestidad de la eliminación de la pobreza masiva en el país".
La pobreza afecta actualmente a 13 por ciento de los 60 millones de habitantes, lo que significa que ocho millones de tailandeses aún viven en la necesidad.
Tailandia no debe ceder en sus esfuerzos para ayudar a los más necesitados, con o sin bonanza económica. "La próxima tarea debe ser la eliminación de la pobreza absoluta", urgió Speth.
En el pasado, los países en desarrollo pudieron mejorar sus condiciones de vida con la ayuda de fondos de donantes internacionales, pero la reducción de los presupuestos de agencias bilaterales y multilaterales pone en riesgo esa fuente de ingresos en el futuro.
Speth señaló que esa disminución condujo a una "situación difícil en el ámbito de la cooperación para el desarrollo".
Hace más de 20 años, la ONU determinó una meta para los países industrializados que debían destinar 0,7 por ciento de su PIB a la ayuda exterior para el desarrollo.
Por lo general, los gobiernos no cumplieron con el objetivo y su comportamiento empeoró en los últimos años. La ayuda promedio de los países industrializados disminuyó de 0,34 por ciento del PIB en 1992 a cerca de 0,28 por ciento en 1996.
Habitualmente, los países escandinavos tienen niveles más altos de aportes para la ayuda exterior, pero donantes como Estados Unidos redujeron en forma drástica los fondos destinados a organizaciones como el PNUD.
Incluso Japón, el principal donante del mundo en términos de volumen de ayuda, pretende recortar 10 por ciento su presupuesto de asistencia exterior para 1998. Tokio afirma que también disminuirá los aportes del país a organizaciones internacionales, entre ellas el PNUD.
"La comunidad internacional comete un tremendo error al reducir el nivel de cooperación para el desarrollo", advirtió Speth. "Afectará no sólo lo que podamos hacer en los países de ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) sino en los países menos desarrollados de Africa y otros lugares".
ASEAN reúne a Brunei, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Vietnam, Tailandia, Birmania y Laos.
Algunos donantes consideran que las economías del sudeste de Asia son sólidas, por lo que Estados Unidos, Japón y Australia decidieron revisar sus compromisos de ayuda. La asistencia australiana a Tailandia se reducirá gradualmente en el próximo quinquenio.
No obstante, Speth señaló que la disminución de la ayuda afecta las posibilidades de la paz, la estabilidad y la eliminación de la pobreza.
La reducción "ocurre en un momento terrible, justo cuando podíamos utilizar nuestros recursos con mayor eficacia debido a amplios cambios en la política internacional y los países en desarrollo", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/rc/js/aq-ml/dv/97