La gobernante alianza izquierdista de Serbia fue la más votada en las elecciones del último fin de semana, pero no logró mayoría absoluta en el parlamento ni logró imponer a su candidato a la Presidencia en la primera vuelta.
La contienda por la Presidencia se resolverá el 5 de octubre en segunda ronda, entre Zoran Lilic, que tiene el apoyo de Slobodan Milosevic, tres veces presidente de Serbia y ahora jefe de Estado de la Federación Yugoslava (Serbia y Montenegro), y el ultranacionalista Vojislav Seselj.
Los datos finales, divulgados el jueves de noche por la Comisión Electoral, adjudican 110 de los 250 escaños del parlamento a la coalición de gobierno conformada por el Partido Socialista de Serbia, de Milosevic, la Izquierda Unida Yugoslava (JUL), de Mirjana, la esposa del presidente yugoslavo, y el partido de la Nova Demokratija.
El Partido Radical Serbio, de Seselj, tendrá 82 escaños, y 45 el Movimiento Serbio de Renovación, del líder opositor Vuk Draskovic. Cinco pequeños partidos representantes de las minorías húngara y musulmana, y partidos de la norteña provincia de Vojvodina se repartirán las restantes 13 bancas.
Los tres partidos de la alianza gobernante no lograron reunir el indispensable 50 por ciento de los votos para consagrar en la primera vuelta a su candidato a la Presidencia, Lilic. Este tuvo 35 por ciento, mientras Seselj recogió 27 por ciento y Draskovic 20 por ciento.
Los resultados divulgados significan la más baja votación del Partido Socialista de Milosevic desde las primeras elecciones pluripartidistas, de 1990, y lo obligarán a buscar acuerdos con el Partido Radical Serbio, de Seselj, o con el movimiento encabezado por Draskovic para lograr mayoría firme en el parlamento.
"El gobierno de unidad nacional formado después de las elecciones de 1993 demostró ser la mejor solución para los candentes problemas de Serbia", señaló Ivica Dacic, principal portavoz del Partido Socialista. "Lo mismo ocurrirá esta vez", aseguró.
El diario Dnevni Telegraf destacó que los socialistas están contrariados ante el resultado de las elecciones y por el alto respaldo logrado por Seselj y su partido ultranacionalista.
El Partido Socialista solicitará nuevas elecciones en caso de que Lilic no logre la Presidencia en la segunda vuelta, aseguró a Dnevni Telegraf una fuente de la coalición. En cambio, si vence el candidato de la coalición, "será formado un gobierno de unidad nacional", agregó.
Draskovic se declaró dispuesto a unirse a la coalición gobernante, aunque "con ciertas condiciones". El dirigente opositor pediría el Ministerio de Relaciones Exteriores para él y el Ministerio de Información para su esposa, Danica, según insistentes versiones.
Doce partidos, entre los que cuentan el Partido Demócrata, de Zoran Djindjic, y la Alianza Cívica, de Vesna Pesic, dos de los tres principales grupos de la disuelta coalición opositora Zajedno, boicotearon los comicios. Draskovic, el tercer miembro del triunvirato de Zajedno, atribuyó a ese boicot su derrota en las elecciones.
Draskovic cree que el boicot se repetirá y aún se ampliará en la segunda vuelta, que sería entonces anulada, para dar paso a una nueva convocatoria a elecciones. Entonces me convertiré en presidente de Serbia", declaró a la prensa.
La primera parte de su pronóstico es posible. La constitución estipula que 50 por ciento más uno del electorado debe votar en la segunda vuelta para que el resultado sea válido.
Ello significa que 3,6 millones de electores deberán participar. La votación combinada de Lilic y Seselj en la primera vuelta fue inferior en un millón a esa cantidad.
"Es probable que ningún candidato gane la segunda vuelta de las elecciones presidenciales", opinó Slobodan Vucetic, juez de la Corte Suprema. "Entonces, el gobierno podría intentar la reforma de la ley electoral", añadió.
Los analistas no excluyen totalmente la posibilidad de un acuerdo entre el Partido Radical Serbio y el Movimiento Serbio de Renovación, para volcar a Seselj los votos de Draskovic.
Esa alianza podría acabar con cinco décadas de gobierno de la vieja Liga Comunista y de su sucesor, el Partido Soialista, pero "es difícil imaginar" esa evwentualidad, señaló el líder de la Alianza Cívica, Pesic.
Mientras, los observadores analizan el fuerte respaldo obtenido por Seselj, un neofascista que parece haberse ganado a una multitud desilusionada de refugiados, veteranos de guerra, ancianos y desposeídos que luchan por subsistir.
Orador popular, Seselj sacó partido del malestar general ante la crisis económica, el desempleo, que llega a 40 por ciento de la población activa, y la dsenfrenada corrupción en el aparato del Estado.
El líder del Partido Radical Serbio prometió medidas para reconstruir el Estado, reinstaurar la tradición nacional serbia e incluso aumentar la natalidad serbia, en aras de la justicia social y basado en una lucha sin tregua contra el crimen.
"La campaña de Seselj y su actitud hacia el pueblo llano y sus problemas se asemejan en forma significativa a la prédica de Benito Mussolini o Adolfo Hitler", señaló el historiador Nenad Petrovic.
"Los marginados sociales, los más pobres de las ciudades, los soldados desmovilizados insatisfechos con las guerras perdidas fueron los objetivos centrales del movimiento fascista y de los nazis después de la primera guerra mundial", explicó Petrovic.
"Seselj obtuvo hace 15 años su doctorado en sociología con ua tesis titulada 'La Sustancia Política del Militarismo y el Fascismo", concluyó Petrovic. (FIN/IPS/tra-en/vpz/rj/ff-aq/ip/97