/REPETICION/ EGIPTO: Arabe-israelí sentenciado a 15 años de cárcel

El veredicto de una corte de Egipto que sentenció a un ciudadano de Israel a 15 años de prisión con trabajos forzados por espiar para el Mossad, servicio de inteligencia israelí, tensionará aún más las relaciones entre ambos países.

El atestado recinto de la corte se vio sumido en el caos cuando el juez Maharram Darwish declaró este domingo culpable de espionaje a Azam Azam, trabajador textil de la comunidad druza israelí.

Emad Ismail, maestro egipcio, fue hallado culpable de trabajar como cómplice de Azram y sentenciado a 25 años en la cárcel con trabajos forzados.

Ambos hombres escucharon el veredicto en silencio, sentados dentro de una celda enrejada en el recinto, y permanecieron en silencio al ser escoltados fuera del salón por guardias egipcios armados.

Dos mujeres israelés, Zahra Youssef Greiss y Mona Ahmed Shawahna, también de la comunidad druza israelí, fueron juzgadas y setenciadas in absentia. Ambas huyeron a Israel después que Azam e Ismail fueran detenidos en noviembre de 1996.

Tras el veredicto, el hermano de Azam, Sami, quien concurrió al juicio, dijo sospechar que las malas relaciones de Egipto con Israel durante el último año conspiraron contra Azam. "Ha habido una influencia sobre la opinión pública y los jueces", alegó.

Representantes de la embajada de Israel en El Cairo se negaron a hacer comentarios.

Las relaciones entre Israel y Egipto se deterioraron desde la elección en Israel el año pasado del primer ministro conservador Benjamin Netanyahu. El veredicto, que fue condenado por Netanyahu como una "infamia", tiene el potencial de dañar aún más las relaciones, dijeron analistas.

"El primer ministro dijo en la reunión del gabinete que esto es una infamia", informó el asesor político de Netanyahu David Bar-Illan. "Azam Azam es inocente. No merece pasar un solo día en la cárcel", agregó.

Desde la estrecha victoria sobre Shimon Peres del Partido Laborista de centroizquierda en junio de 1996, las relaciones entre Israel y Egipto se deterioraron.

Ambos países, que hicieron la paz formal en 1979, se enfrentaron por varios temas, como el ritmo y la orientación de las negociaciones de paz con los palestinos y la política de asentamientos israelí en Cisjordania y Gaza.

Las negociaciones entre Israel y los palestinos están estancadas desde que Netanyahu iniciara en marzo un nuevo proyecto de viviendas judías en un área de Jerusalén reclamada por los palestinos.

Las relaciones se precipitaron a una crisis tras el doble ataque suicida contra un mercado en Jerusalén el 30 de julio, donde murieron 15 israelíes y los dos atacantes no indentificados.

Egipto se ha alineado con el reclamo de los palestinos según el cual Netanyahu atrasa el cumplimiento de los compromisos de los acuerdos de paz que heredó de sus antecesores.

Netanyahu culpa al presidente palestino Yasser Arafat por la ruptura de las conversaciones de paz, y le exigió que controle a la oposición palestina islámica como precondición de la reanudación de las negociaciones. Militantes palestinos asumieron la responsabilidad por el ataque del 30 de julio.

El juicio de Azam recibió alta cobertura de la prensa israelí desde su inicio hace cuatro meses. Este domingo, la corte estaba llena de cámaras de televisión, periodistas de diarios y observadores de embajadas, muchos de los cuales consideran a Azam víctima de la ruptura en las relaciones entre Israel y Egipto.

Según la ley egipcia, los abogados de Azam e Ismail tienen tres días para apelar al presidente egipcio, Hosni Mubarak, para que absuelva a sus clientes. Mubarak también está facultado para reducir la sentencia o enviar el caso para un nuevo juicio ante un nuevo panel de jueces.

El portavoz de Israel Bar-Illan dijo este domingo que su país trabajará para lograr la liberación de Azam.

"La semana pasada el primer ministro llamó al presidente Mubarak y le pidió que utilizara su influencia para sacar a Azam de la cárcel. Va a hacerlo nuevamente", anunció el portavoz.

Azam e Ismail fueron detenidos hace 10 años acusados de conspirar para obtener secretos industriales y pasarlos a las dos mujeres israelíes. Gran parte del caso descansa en evidencias de que Azam escribió ropa interior femenina de las mujeres con tinta invisible, la cual no fue detectada para ser decodificada por agentes del Mossad.

Los abogados de ambos hombres alegaron que sus agentes no fueron espiados, y presentaron a Ismail como un simple maestro de escuela que se presentó a la policía con sospechas de que una de las mujeres israelíes era agente del Mossad.

Los abogados dijeron que la policía hizo firmar bajo engaño a Ismail una confesión en la cual explicó sus sospechas prometiéndole que luego de hacerlo quedaría libre, para luego acusarlo de espionaje. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/lp/ip/97

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