La estatua de Perseo, la más extraordinaria en bronce de la historia de la escultura italiana, dejó la plaza de la Señoría en Florencia después de 443 años para ser sometida a una larga y compleja restauración.
Según la mitología griega, Perseo, hijo de Júpiter y Dánae, liberó a la humanidad de las tres Gorgonas -Medusa, Euríale y Stenio-, que transformaban en piedra a quienes las miraban.
En la estatua, del escultor florentino Benvenuto Cellini, Perseo muestra en su mano derecha la cabeza de la Medusa, que tenía serpientes por cabellos, y en la izquierda sostiene la espada con la cual se la cortó.
La obra, de cinco metros de altura, será sometida a su primera restauración desde el 27 de abril de 1554, cuando fue mostrada a los súbditos de Cosimo Primero de Medici, Signore de Florencia, quien se la había encargado a Cellini en 1545, a su regreso luego de haber trabajado como orfebre en Roma, Mantua y París.
Tras nueve años de trabajo, la obra ha estado desde entonces en la Loggia dei Lanzi, el más hermoso "museo público de la escultura florentina", corazón político e institucional de la antigua Florencia, en la plaza de la Señoría.
El experto Giovanni Morigi será el responsable en los próximos dos años de curar las heridas que el tiempo y la contaminación han causado a la escultura. "Los mayores daños derivan del ácido súlfurico contenido en las lluvias ácidas y de los anhídridos de los gases de combustión", explicó.
Por primera vez en una obra de esta importancia, el público podrá presenciar los trabajos de restauración, que tendrán un costo de 700.000 dólares, señaló Annamaria Petrioli, directora de la Galería de los Oficios, el museo más visitado de Italia, donde será restaurada la estatua de Perseo.
Este es el primer proyecto nacido gracias a una ley que permite a los empresarios privados utilizar la imagen del monumento restaurado con objetivos de publicidad comercial.
La directora de la Galería de los Oficios, donde se realiza la restauración de la estatua de Perseo, aseguró que su "supervivencia futura se puede garantizar sólo colocándola en un ambiente protegido".
Si continúa al aire libre, como ha estado hasta ahora, significaría su muerte, afirmó la experta, quien indicó que en su lugar original será colocada una "copia muy fiel".
Ante las objeciones en el sentido de que Florencia se transformaría en una ciudad de copias, porque esto ya ha ocurrido con otras obras maestras, replicó que "se trata sólo de elegir el mal menor". (FIN/IPS/jp/ag/cr/97
