Una fórmula para permitir una solución definitiva al conflicto territorial entre Ecuador y Perú estaría siendo negociada entre los cuatro garantes de la paz entre ambas naciones sudamericanas.
Según trascendidos que circulan en Lima, Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos, garantes del tratado de paz de 1942 firmado por Perú y Ecuador tras la guerra que se libraron el año anterior, estarían discutiendo una fórmula "funcional".
Esa fórmula recogería la aspiración de Ecuador de obtener una salida al río Amazonas y de Perú de no retroceder sus fronteras.
Se supone que Quito reivindicará el derecho a la libre navegación por el Amazonas y su "soberanía" sobre un puerto, en tanto que Perú sólo estaría dispuesto a conceder la libre navegación y un puerto con estatuto de zona franca pero sin soberanía territorial.
"Es la hora de los garantes, en la que las cancillerías de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos tratarán de encontrar una solución aceptable por Ecuador y Perú,que ponga fin a su conflicto fronterizo y sus políticas armamentistas", comentó la historiadora peruana Inés Bejarano.
Ambos países comparten raíces históricas y étnicas: formaron parte del imperio incaico y también del Vireynato de Perú durante la administración colonial española.
A su vez se enfrentaron en tres guerras y varias escaramuzas bélicas en los últimos 56 años, disputando un territorio selvático actualmente en manos de Perú.
La guerra de 1941, ganada por ese país, concluyó con el Protocolo de Rio de Janeiro, que estableció los límites entre ambos países pero cuya posterior impugnación por Ecuador originó las guerras de 1981 y 1995, la última de las cuales se resolvió por la intervención diplomática de los cuatro garantes.
Los representantes de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos consiguieron el alto del fuego, establecieron una misión militar encargada de vigilar los territorios en disputa y sentaron a los representantes de Lima y Quito en la mesa de negociaciones, en Brasilia.
Además de otras demandas menores, Ecuador reiteró en Brasilia su exigencia de una salida territorial hasta un punto navegable al Amazonas, para abrir paso a su crecimiento geopolítico hacia el comercio con Brasil y, tal vez, con Europa y Africa a través del océano Atlántico.
Por su parte, Perú afirma que no tiene problema limítrofe alguno con Ecuador, pues las fronteras fueron definidas por el Tratado de 1942, y exhorta a los países garantes a cumplir su compromiso de hacer respetar ese documento.
La última guerra, focalizada en un valle selvático frente a la Cordillera del Cóndor, donde hay un tramo de 68 kilómetros pendiente de colocación de hitos, concluyó en un virtual empate militar pues las tropas ecuatorianas no pudieron sostenerse ni las peruanas desalojarlas del territorio.
La negociación de Brasilia, promovida para discutir los "impasses subsistentes" (desacuerdos) sobre el Protocolo de Rio de Janeiro, fue considerada un éxito particular tanto por una como por otra cancillería.
Lima entiende que, al aceptar negociar dentro del marco del Protocolo, Ecuador admitió la validez de un documento internacional que hasta ese momento negaba.
Ecuador considera por su lado haber logrado que Perú aceptara discutir los términos de este tratado.
El Protocolo de 1942 incluye el derecho de Ecuador a la libre navegación hasta el Amazonas por el río Napo, que se origina en el extremo oriental del territorio ecuatoriano.
Perú admite teóricamente ese derecho, pero exige para ponerlo en práctica que Quito reconozca los límites señalados en el Protocolo y participe en la colocación conjunta de los hitos que faltan, en los últimos 68 kilómetros sin demarcar en una frontera de más de 1.500 kilómetros.
Ecuador no está satisfecho con la libre navegación por el río Napo y aspira a un corredor teritorial hacia el río Marañón, en una zona más próxima a su territorio serrano, con mayor desarrolo agrícola y minero.
La Fuerza Armada peruana, que pese a que la Constitución no le reconoce derecho a deliberar sobre asuntos políticos tiene ingerencia en el tema, ha advertido al gobierno del presidente Alberto Fujimori que en ningún caso aceptará la cesión de un corredor territorial para Ecuador.
El propio Fujimori, al visitar Quito en 1992, propuso conceder a Ecuador un puerto y una zona franca, que de acuerdo con la legislación internacional le reconozca autonomía administrativa y tributaria, pero no soberanía.
"Por ese camino avanza, al parecer, la búsqueda de la solución emprendida por los garantes", comenta el diplomático Jorge Morelli.
"Para Ecuador lo más importante no es la declaración de la soberanía sobre un puerto sino la modernización de su economía y mejorar sus condiciones de integración con sus vecinos, con quienes comparte la región amazónica", expresó.
Otro comentarista peruano, Patricio Rickettes, ministro de Educación del ex presidente Fernando Belaúnde y ahora columnista del matutino fujimorista Expreso, mostró aprehensiones sobre la próxima etapa de las negociaciones diplomáticas.
En su opinión, Lima aceptó en Brasilia una modalidad inadecuada de negociaciones.
"Hemos caído en la trampa de la diplomacia secreta", dijo refiriéndose a la metodología de las conversaciones .
Rickettes estimó que la carencia de actas de la reunión de Brasilia, decisión probablemente adoptada para flexibilizar las posiciones de los países litigantes, establece una reserva que impide a los pueblos peruano y ecuatoriano conocer la marcha de las negociaciones.
"Se acerca el turno de los garantes, vale decir de la presión abierta en favor de una propuesta presumiblemente transaccional – léase mutiladora de Perú,- a la que el presidente de Estados Unidos Bill Clinton ya puso fecha en función de su demagogia continental", sostuvo.
"Clinton espera utilizar su propuesta sobre el litigio peruano- ecuatoriano para aplacar la irritación suscitada por las deportaciones en masa de inmigrantes latinos desde Estados Unidos y su voluntad de quedarse en Panamá" más allá del 31 de diciembre de 1999, cuando vence la concesión a las bases militares instaladas en el canal de Panamá, dijo. (FIN/IPS/al/dg/ip/97
