Brasil promovió hoy en la 52 Asamblea General de la ONU su candidatura a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad del foro mundial, una aspiración que lo enfrenta a otros países latinoamericanos.
El canciller de Brasil, Luiz Felipe Lampreia, declaró a los 185 países miembros de la ONU (Organización de Naciones Unidas) que su país está dispuesto "a aceptar la responsabilidad de convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad, si así lo dispone la comunidad internacional".
"Repudiamos toda discriminación en la concepción o asignación de nuevos puestos" en el Consejo de Seguridad, dijo Lampreia, en alusión a la propuesta de rotación del cargo que corresponderá a América Latina y a la posibilidad de privar de derecho de veto a los nuevos miembros permanentes.
"Esa discriminación debilitaría y devaluaría la participación del mundo en desarrollo" en el Consejo, advirtió.
México y Argentina también pretenden el puesto latinoamericano y presentarán sus propios argumentos más adelante en el plenario. El gobierno argentino es partidario de la rotación del puesto permanente desstinado a América Latina.
El Consejo de Seguridad cuenta desde su creación con cinco miembros permanentes, que tienen derecho a vetar las resoluciones de ese cuerpo ejecutivo. Se trata de China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
El canciller chileno José Miguel Insulza señaló que América Latina y el Caribe deben mantener consultas para decidir quien representará a la región entre los nuevos miembros permanentes del Consejo, para presentar luego el candidato a la Asamblea General.
Insulza dijo que debe considerarse la posibilidad de designar a un solo país como miembro permanente, pero puntualizó que toda alternativa debe asegurar "una representación regional adecuada".
La opción de otorgar carácter rotativo al asiento latinoamericano no es atractiva para Brasil, que se considera el principal candidato para el puesto.
Insulza destacó también la actuación de su país en el actual periodo de dos años como uno de los 10 miembros no permanente del Consejo.
"Nuestra decisión de participar fue motivada por la necesidad de asumir nuestras responsabilidades internacionales y lo hicimos con la convicción de que podríamos realizar un aporte importante", dijo el canciller.
Brasil, de 160 millones de habitantes, es el país más poblado y más poderoso económicamente de América Latina, pero debe superar varios obstáculos para conseguir el puesto permanente.
Es la única de lengua portuguesa en la región y enfrenta la oposición de Argentina, su socio en el Mercosur (Mercado Común del Sur).
Lampreia intenta convencer a la Asamblea General de que Brasil puede representar con justicia a toda América Latina. "Queremos que la región esté presente en el Consejo de Seguridad, en forma permanente y, mediante una amplia coordinación y consulta, que tenga una voz más fuerte", indicó.
El plan de ampliación del Consejo de Seguridad superó un largo estancamiento cuando Estados Unidos aceptó la inclusión de tres miembros permanentes de Asia, Africa y América Latina junto a Alemania y Japón.
Resta decidir cuántos serán los miembros no permanentes, que son elegidos por dos años.
Washington pretende que el Consejo no tenga más de 21 miembros: 10 permanentes y 11 no permanentes. Muchos países, entre ellos Chile, apoyan la ampliación hasta 25 asientos, de los que 15 corresponderían a los no permanentes.
Italia se resiste a su exclusión del grupo de nuevos miembros permanentes y Pakistán está dispuesto a bloquear todo plan que pueda ayudar a India, su enemiga histórica.
En el caso de América Latina, Brasil participó de un grupo ad hoc presidido por el embajador Razali Ismail, de Malasia, para elaborar un proyecto de ampliación del Consejo de Seguridad, mientras México y Argentina se integraron a otro. (FIN/IPS/tra- en/fah/aq-ff/ip/97