Las dos principales empresas de televisión de México, Televisa y Televisión Azteca, dejaron atrás disputas y se asociaron junto a firmas extranjeras para competir por la adquisición de parte del sistema satelital local, actualmente en manos del Estado.
El interés por ampliar su cobertura y asegurar un crecimiento sostenido en América Latina y Estados Unidos fueron suficientes para olvidar por un momento juicios, millonarias ofertas al personal de la empresa contraria y hasta persecuciones policiales.
Junto a la compañía local Multivisión, que maneja sistemas de cable y televisión directa al hogar, y a las foráneas PanAmSat e Industrias Peñoles, las televisoras se agruparon para comprar satélites y posiciones orbitales, en una subasta que podría mover más de 1.000 millones de dólares.
Según trascendió este miércoles, el grupo que reunió a contrarios es uno de los tres que preparan propuestas económicas al gobierno, que a fines de octubre abrirá los sobres para conocer cuál es la mejor oferta.
En el concurso compiten además poderosas empresas como Loral Space & Comunications y Ge Americom, filial de General Electric, y otras con intereses en telefonía, transmisión de datos y televisión directa al hogar.
La meta es adquirir hasta 75 por ciento las acciones y activos del sistema satelital mexicano, compuesto por tres satélites, así como posiciones orbitales.
Los ganadores además recibirán los derechos para constuir y poner en órbita un nuevo satélite, operación que llegaría a costar alrededor de 100 millones de dólares.
Las bases del concurso indican que la inversión extranjera sólo podrá representar hasta 49 por ciento de cada oferta.
El 25 por ciento de las acciones del sistema total seguirán en manos del Estado. Gracias a esa participación, el gobierno mantendrá el control de bandas consideradas esenciales para la seguridad nacional.
Las autoridades indicaron que los grupos que presenten la mejor oferta económica recibirán en concesión el sistema satelital mexicano hasta por 20 años, prorrogables por plazos iguales en forma indefinida.
Alrededor de 400 empresas privadas y públicas usan actualmente los satélites locales para transmitir datos e imágenes. Sólo uno, propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México, está destinado a investigaciones científicas. Este no será vendido.
La privatización del sistema satelital es parte de los proyectos del gobierno mexicano para desafectar de la órbita estatal servicios de puertos, aeropuertos, ferrocarriles y parte del sector petroquímico.
Del proyecto privatizador, presentado en diciembre de 1994 -al inicio de la gestión de seis años del presidente Ernesto Zedillo- sólo se ha logrado cumplir la meta de vender parte de los ferrocarriles y tres terminales portuarias.
A Televisón Azteca no le interesa quién o quiénes sean sus socios en el objetivo de adquirir el sistema satelital "ya que ese negocio es considerado estratégico para el crecimiento y extensión de la cobertura", apuntó un comunicado de la empresa mexicana.
Azteca, empresa estatal que fue privatizada en 1993, y Televisa, firma que mantuvo el monopolio televisivo en México por varias décadas, mantienen los últimos años una encarnizada lucha por la sintonía y el control de la publicidad.
Firmas especializadas en medir los niveles de sintonía indican que Azteca desplazó a Televisa del primer lugar de preferencias en programas como los noticieros y la telenovelas de la noche.
En julio, atendiendo una demanda de plagio y violación a derechos de autor presentada por Televisa, policías pretendieron detener a una conductora de Azteca, especializada en el área de espectáculos.
La detención no se consumó, pero se inició un juicio cuyas etapas son transmitidas en vivo y en directo por las empresas en disputa.
El año pasado las televisoras intercambiaron acusaciones sobre la dimensión de los vínculos que tuvieron algunos de sus funcionarios con Raúl Salinas -hermano del ex presidente Carlos Salinas-, detenido en 1995 por la posible autoría de un asesinato y luego acusado de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
Tras varias semanas de acusaciones, los involucrados reconocieron que recibieron y entregaron dinero a Salinas.
Hoy, las disputas parecen haberse dejado de lado, al menos por el momento, para unir fuerzas y poder adquirir satélites y posiciones orbitales. (FIN/IPS/dc/jc/cr-sc/97