Colonos judíos desafiaron hoy por segundo día consecutivo al gobierno de Israel al atrincherarse en la vivienda que les fue cedida por un particular en medio de un vecindario palestino de Jerusalén oriental.
Tres familias con 20 niños enarbolaron la madrugada del domingo banderas israelíes y carteles que decían "Jerusalén es nuestra" en la casa en Ras el-Amud.
Mientras tanto, palestinos y judíos de izquierda se unieron para protestar frente a la vivienda y el propio primer ministro Benjamin Netanyahu declaraba que la actitud de los colonos perjudica los intereses israelíes.
"Lo que ocurre en Ras el-Amud no es bueno para Jerusalén ni para el estado de Israel", dijo Netanyahu. Estas declaraciones contrastaron con el acostumbrado respaldo que el gobierno que encabeza el Partido Conservador brinda a los colonos judíos.
No fue ésta la primera vez que militantes judíos se trasladan a barrios de mayoría palestina. Banderas israelíes y guardias armados salpican Jerusalén oriental, concentrados en una zona cercana a la Ciudad Vieja conocida como Ciudad de David o Silwan.
Pero la toma de posesión de la vivienda se produjo en un momento delicado en las relaciones entre israelíes y palestinos, mientras finaliza una gira de la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Madeleine Albright, dirigida restaurar las negociaciones.
Albright, que este lunes cumple en Líbano seis días en Medio Oriente, intentó romper el hielo en las conversaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) durante sus visita de tres días en ambos territorios.
Los negociadores se comprometieron a reunirse en Nueva York y Washington en las próximas semanas.
El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, el rey Hussein de Jordania, el príncipe Abdelaziz de Arabia Saudita y otros jefes de estado y de gobierno del Golfo manifestaron su beneplácito por la empatía mostrada por Albright hacia los palestinos.
Todos respaldaron el reclamo de la funcionaria a Israel para que suspenda la construcción de asentamientos y la demolición de viviendas de árabes construidas sin permiso, decisiones que los palestinos consideran provocativas.
Netanyahu anunció el domingo, en respuesta a la presión de Estados Unidos, dos "gestos de buena voluntad" hacia los palestinos. Se trataba de la entrega de unos 70 millones de dólares en impuestos y otros tributos destinados a la ANP y el levantamiento del cierre de Cisjordania.
Israel había congelado las transferencias de impuestos y confinado a los palestinos en sus territorios tras la detonación de una bomba que el día 4 mató a cinco israelíes en Jerusalén occidental.
El levantamiento del cierre de fronteras permitirá a los palestinos viajar con libertad entre los distintos poblados de Cisjordania, pero no se les ha autorizado a ingresar a territorio israelí para utilizar los puertos sobre el mar Mediterráneo.
Estos gestos de buena voluntad se vieron opacados el domingo, cuando tres familias de colonos ocuparon una casa de piedra de nueve habitaciones en Ras el-Amud, un vecindario donde viven 11.000 palestinos a los pies del monte de los Olivos.
Esta zona es parte del área de Jerusalén que los palestinos reivindican como capital de su futuro estado. La operación de los colonos fue respaldada por el movimiento religioso ortodoxo Ateret Cohanim.
En marzo, el envío por parte del gobierno de Israel de máquinas niveladoras para echar los cimientos de un proyecto de viviendas exclusivas para judíos generó disturbios que se prolongaron varias semanas y condujeron al actual congelamiento de negociaciones.
La casa fue ocupada la madrugada del domingo. A las 11 de la mañana hora local, numerosos palestinos arrojaban piedras a los colonos y policías les custodiaban. Este lunes, activistas judíos del movimiento izquierdista Paz Ahora se unieron a los manifestantes.
"Estamos preocupados porque si se les permite a estos colonos permanecer aquí habrá conflictos a diario. Esto es el corazón de Jerusalén oriental. Los palestinos no queremos que se repita lo de Hebrón", dijo Faisal al-Husseini, alto funcionario de la ANP que también se sumó a la demostración.
Hebrón, poblado de Cisjordania en el que 400 colonos judíos ocupan cinco enclaves en medio de una población de 110.000 árabes, fue el epicentro de docenas de choques entre israelíes y palestinos durante años.
En enero, Israel se retiró de 80 por ciento del territorio de la localidad y la cedió a la ANP, pero mantuvo el control del resto, donde viven los 400 colonos y unos 15.000 palestinos.
Los manifestantes de Paz Ahora, organización que respalda la constitución de un estado palestino en Cisjordania y Gaza con Jerusalén oriental como capital, coreaban "Ateret Cohanim son los Hamas de los judíos".
Hamas es el movimiento palestino al que se atribuyen docenas de atentados con bombas en territorio israelí desde 1994. Volantes firmados por la organización reivindicaban la acción del día 4 y una anterior ocurrida el 30 de julio, en la que murieron 15 israelíes.
"Las negociaciones están detenidas, las relaciones no están bien. Esto no es más que una provocación, que es lo que procuran los colonos. A ellos no les importa que haya derramamiento de sangre", se lamentó la líder de Paz Ahora, Galia Golan.
Políticos opositores como Yossi Sarid, del grupo izquierdista Metetz, y Yael Dayan, del Partido Laborista, se unieron a los manifestantes este lunes y reclamaron al gobierno del Partido Conservador el desalojo de los militantes judíos.
El ministro de Relaciones Exteriores, David Levi, considerado un moderado dentro de la coalición de partidos derechistas y nacionalistas que encabeza Netanyahu, aconsejó al gobierno que tenga en cuenta los sentimientos de los palestinos.
"La moneda tiene dos caras. Si cada lado se rehúsa a escuchar y hace todo lo que le venga en gana, habrá tensión", dijo Levi.
Los colonos podrían ser desalojados por la fuerza pública si el gobierno invoca razones de "seguridad nacional". Pero David Bar- Ilan, asesor de Netanyahu, sostuvo que el gabinete enfrentaba un "problema legal muy difícil" para concretar esa medida.
"Estamos seguros de que, si los desalojamos, seremos obligados por la Corte Suprema a permitir que regresen a la casa. No sé si invocaremos la seguridad nacional", dijo Bar-Ilan.
El predio de 2,5 hectáreas donde se ubica la vivienda fue comprado en 1992 por un millonario residente en Miami, Estados Unidos, Irving Moskovitz, que planea construir asentamientos para judíos en Jerusalén oriental, Cisjordania y Gaza. El empresario planea construir allí 50 apartamentos.
Un comité municipal especial dio el domingo luz verde al plan de vivienda de Moskovitz, quien cedió en usufructo la vivienda a los colonos. Eso convirtió la mudanza en una operación legal.
El empresario emitió una declaración en Jerusalén para aplaudir a los militantes judíos y consideró que su actitud es una victoria para quienes aspiran a que la ciudad se mantenga unida como capital de Israel.
"Esto es vital para la unidad de Jerusalén y pone a prueba la voluntad de los palestinos de vivir en paz y cooperar con los judíos en un pie de igualdad", sostuvo Moskovitz.
Los colonos, mientras tanto, no se quedaban callados. "Todos en Israel, incluso el gobierno, hablan sobre una Jerusalén unida. Pero solo hablan. Creemos que también debemos actuar", dijo Yossi Kaufman, quien se mudó a la vivienda con su esposa y sus siete hijos el domingo. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/mj/ip/97