KENIA: Población de la costa busca refugio en Tanzania

Unas 100 personas de la provincia Costera de Kenia buscaron refugio en el archipiélago de Zanzíbar, en la vecina Tanzania, por disturbios políticos que se suceden hace un mes y ya habrían provocado unas 65 muertes.

Los refugiados llegaron en canoas y botes a Pemba, una de las islas del archipiélago, desde donde serán trasladados a Tanga, un pueblo en la frontera con Kenia con suficientes instalaciones para alojarlos, informó un funcionario local.

Las autoridades de Zanzíbar planean realizar un censo de los refugiados, anunció Salim Nasur, principal administrador de la zona norte de Pemba, al semanario The Express.

Los refugiados habrían elegido a Pemba por los vínculos que existen entre la zona costera de Kenia y Zanzíbar, que se unió a Tanganica continental en 1964 para formar la República de Tanzania. Los dos territorios están unidos por un idioma, el suahili, y una religión en común, el Islam.

Históricamente, estas zonas de la conflictiva zona costera de Kenia, hoy un importante destino turístico, correspondían a los sultanatos de Omán y Zanzíbar.

Esta área, que se integró a Kenia con la independencia de Gran Bretaña en 1963, es el hogar original del idioma suahili, hablado ahora en Kenia, Tanzania, Uganda, Ruanda, Burundi, República Democrática de Congo (antiguo Zaire), Comoras, Zambia, Mozambique, Somalia y Sudán.

La conflictividad que alejó a los refugiados de Mombasa, la segunda ciudad de Kenia, 500 kilómetros al sudeste de Nairobi, dejó un saldo de 65 muertos, informó la prensa el lunes.

La violencia se desencadenó el 13 de agosto cuando un grupo que exige la instauración de un sistema federal de gobierno y mayor autonomía en la administración de la zona, atacó dos estaciones de policía en Likoni, suburbio de Mombasa, de donde se llevó 30 pistolas automáticas y 5.000 balas.

Informes sin confirmar indican que unas 100.000 personas fueron desplazadas por la violencia dirigida en especial contra residentes no originarios de la costa.

La llegada de los refugiados en Tanzania ocurrió menos de una semana después de que la organización de derechos humanos Amnistía Internacional advirtiera que, a menos que el gobierno keniano manejara la situación con delicadeza, la violencia obligaría a la gente a huir a países vecinos.

"Lo que ocurre en Kenia nos afecta a todos en la región. Tenemos refugiados de Ruanda y Burundi en Tanzania. No queremos más de Kenia", destacó Evarist Mbuya, presidente de Amnistía Internacional/Tanzania, en una conferencia de prensa.

Un grupo de líderes musulmanes kenianos también criticó el manejo de la situación por parte del gobierno.

"No existen dudas de que, en el segundo mes de inseguridad en la costa, el gobierno no pudo detener el recrudecimiento de las masacres de ciudadanos y la destrucción de la propiedad privada, ni restaurar la seguridad y la paz", sostuvo el grupo en una declaración pública.

La declaración, firmada por cinco dirigentes musulmanes, entre ellos el presidente del Consejo Supremo de Musulmanes de Kenia, Salahud Deen, denuncia que "un territorio de más de 20 kilómetros se ha deshabitado, abandonado por los residentes aterrorizados".

Los líderes exhortaron al gobierno a declarar zona de desastre el territorio en conflicto y pidieron la urgente ayuda de "agencias y organizaciones humanitarias internacionales y nacionales para las víctimas desamparadas y desventuradas".

No sólo los residentes kenianos sino también turistas huyeron de Mombasa hacia Pemba. La ocupación de los hoteles en la isla del océano Indico aumentó entre 50 y 70 por ciento desde que comenzó el conflicto.

Las reservaciones hoteleras en la provincia costera se redujeron 50 por ciento, según hoteles y agencias de viaje en Mombasa. Los turistas cancelaron en masa sus estadías y no hubo nuevas reservas para la nueva temporada debido al conflicto, informó el presidente de la asociación turística local.

Los disturbios en Mombasa acontecieron luego de dos cruentas manifestaciones el 7 de julio y el 8 de agosto, organizadas por partidos políticos opositores que exigen reformas constitucionales.

Los disturbios, que se extendieron a la mayor parte de la costa, ocurren cuando la industria turística de Kenia comenzaba a recuperarse luego de años de depresión.

Los ingresos de la industria turística, segunda fuente de divisas extranjeras después de la agricultura, registró en 1996 un 2,4 por ciento de aumento respecto de 1995, cuando las ganancias y la afluencia de turistas cayó 20 por ciento, la por merma en casi una decenio, advirtió el gobierno en 1996. (FIN/IPS/tra- en/mn/kb/aq-mj/ip/97

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