El presidente de Kasajstán, Nursultan Nazarbayev, le tendió una mano poderosa a China al entregar a su empresa petrolera estatal un contrato por 9.000 millones de dólares por un yacimiento en la cuenca del mar Caspio.
El acuerdo, firmado este miércoles, favoreció a China ante competidoras de Estados Unidos, transformando a Beijing en un nuevo y significativo jugador en el moderno "Gran Juego" por los derechos de las reservas de crudo en la cuenca del Caspio.
La firma del acuerdo entre Nazarbayev y el primer ministro de China, Li Peng, en Almaty, capital de Kazajstán, fue descrito por ambas partes como "el Acuerdo del Siglo".
Se trata del mayor contrato de China con cualquiera de las repúblicas ex soviéticas, entre las que Kazajstán es la mayor, con una frontera de 4.300 kilómetros con Rusia.
Kazajstán es miembro de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), y hasta ahora se concentró en forjar lazos diplomáticos y económicos con Occidente.
El acuerdo con Beijing, que involucra un yacimiento 120 kilómetros al este del mar Caspio, significa un quiebre con el patrón establecido de política exterior de la república.
Kazajstán busca equilibrar su tendencia pro-occidental y aliviar los sofocantes lazos con Rusia. Como también comparte una frontera de 1.200 kilómetros con China, tiene sentido que ambos vecinos forjen una relación estable.
Almaty llegó a la conclusión de que el Este, en particular China, Japón y Corea del Sur, tiene dinero y tecnología, pero está muy necesitado de recursos energéticos, una firme base para fuertes lazos comerciales.
Kazajstán y China tienen mucho que ganar con el último acuerdo. Con 2,75 millones de kilómetros cuadrados, y una dispersa población de 19 millones, Kazajstán tiene reservas de petróleo de ocho millones de barriles.
En contraste, los depósitos de petróleo de China, con una población 100 veces mayor que la de su vecino, sólo son tres veces más grandes.
A medida que la industrialización de China crece, también lo hace su necesidad de petróleo como fuente de energía. En 1996, las importaciones de crudo alcanzaron 445.000 barriles diarios, multiplicando por 18 las cantidades de 1993, y la tendencia continuará.
El ingreso de petróleo desde Kazajstán a través de Xinjiang, mediante las vías férreas y luego un oleoducto de 3.000 kilómetros de largo, la empresa estatal china impulsará la industrialización de la provincia.
El proceso ayudará al gobierno en Bejing a contener el creciente descontento del grupo indígena uigur, de religión musulmana, parte del cual reclama un estado soberano y ha recurrido a explosiones de bomba en Beijing.
Para Kazajstán, que carece de salida al mar, se abre una nueva ruta para la exportación. Ahora la única vía es la red de ductos con salida al puerto ruso de Novorossisk, en el mar Negro, que se abre paso al Mediterráneo a través del estrecho de Bósforo.
Para consolidar esta nueva independencia, Kazajstán se propone mayor autonomía de Rusia fortaleciendo sus lazos con las repúblicas de Asia Central y naciones poderosas como China, Japón e India.
El acuerdo entre Almaty y Beijing tiene implicancias que trascienden la región. Tal cual está, el Gran Juego por el petróleo y el gas natural de la cuenca del Caspio, que incluye partes de Rusia, Kazajstán, Turkmenistán, Irán y Azerbaiján, es un asunto internacional.
La decisión de Nazarbayev de optar por una empresa china a costo de corporaciones estadounidenses implica que cada barril enviado a China no será enviado a Estados Unidos, que extrae sus pequeñas reservas de petróleo a un ritmo que las agotará en uan década.
Una parte importante de la estrategia de Washington ha sido asistir activamente a empresas norteamericanas y occidentales para que dominen la industria de petróleo y gas en la cuenca del Caspio, excluyendo el segmento iraní.
La estrategia busa diversificar las fuentes de las crecientes importaciones estadounidenses de petróleo ayudando a desarrollar y dominar fuentes no árabes y no iraníes de petróleo y gas.
Pero la decisión del presidente de Kazajstán complacerá a Irán, que fue desplazado del Azerbaijan International Oil Consortium (AIOC), que incluye a tres corporaciones estadounidenses, la British Petroleum y la rusa LUKoil.
Teherán también sacará ventaja del hecho de que China, uno de sus amigos de siempre, está tan avanzada en su tecnología petrolera que desarrollará un gran yacmiento en Kazajstán por sí sola.
Esto estimulará a los iraníes a eliminar las restricciones impuestas por Washington a las corporaciones petroleras estadounidenses que negocian con Irán.
Desde una perspectiva a largo plazo, puede decirse que mientras el Gran Juego del siglo XIX se jugó en Asia Central entre sólo dos participantes, la rusa zarista y el imperio británico, la versión actual es mucho más compleja e interesante. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/lp/if/97