Dos días después de confirmarse que el futbolista Diego Maradona ingirió sustancias prohibidas, los argentinos sufrieron hoy la segunda gran decepción deportiva de la semana: Buenos Aires perdió la posibilidad de albergar los Juegos Olímpicos de 2004.
Los argentinos abrigaban la esperanza de que Buenos Aires fuera la primera sede sudamericana de los juegos, sobre todo luego de la eliminación de Río de Janeiro en la preselección.
Tras días de expectativa y especulaciones en torno del pronunciamiento del Comité Olímpico Internacional (COI), los argentinos que trabajaron en el proyecto Buenos Aires 2004, los miles de voluntarios y el público recibieron un golpe a su ilusión con la designación de Atenas.
El presidente argentino Carlos Menem viajó el martes a Suiza para participar del tramo final de la elección, confiado en las posibilidades de Buenos Aires.
No obstante, en las últimas horas antes de la votación, se preparó para la mala noticia. "Creemos que Buenos Aires tiene el mejor proyecto", y "si no nos eligen ahora, seguiremos trabajando para las Olimíadas de 2008", cuya sede se decidirá en el 2001, dijo Menem.
Lejos de lo que se creía en Argentina, Buenos Aires fue eliminada en la primera votación de este viernes, por lo que se considera que finalizó última entre las cinco ciudades competidoras, detrás de Atenas, Roma, Ciudad del Cabo y Estocolomo, en ese orden.
La pena es doble, ya que las esperanzas de un sorpresivo triunfo en el COI habían neutralizado la frustración por la nueva caída de Maradona. El resultado positivo de la segunda prueba de "doping" podría significar el fin de la carrera deportiva de ese ídolo deportivo.
Desde Lausana, Suiza, el presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, quebró las ilusiones de los argentinos en apenas un segundo al pronunciar el nombre de Atenas. La elección de la capital de Grecia como sede de los juegos de 2004 fue interpretada por la prensa como una "reparación histórica".
Atenas fue finalista para las Olimpíadas de 1996, cuando se cumplían 100 años de los primeros juegos de la era moderna, que fueron realizados en esa ciudad. Pero el COI escogió a Atlanta tras cinco votaciones.
Ahora, Buenos Aires había llegado a colocarse como finalista para 2004 junto a Atenas, Ciudad del Cabo, Estocolmo y Roma. Para la prensa y los apostadores, la favortita era Roma, que fue sede de los juegos en 1960.
Pero los miembros del Comité Pro Sede Porteña, de Buenos Aires, confiaban en la sorpresa. La ciudad ganadora es la que obtiene más de 50 por ciento de los votos. Si ningún candidato logra superar ese listón, la votación prosigue, eliminándose al que menor apoyo obtiene en cada ronda.
La esperanza de Buenos Aires era llegar a la tercera ronda enfrentada a Roma y Atenas. En esa instancia, los argentinos creían tener posibilidades de obtener el voto de los delegados que en las dos primeras tentativas hubieran apoyado a ciudades eliminadas.
Pero los votos se repartieron de manera muy diferente a los números de los organizadores argentinos. Buenos Aires fue la primera eliminada, luego Estocolmo y después Ciudad del Cabo, que aspiraba a ser la primera sede africana de los juegos. Roma perdió en la última votación, por 41 sufragios frente a los 64 logrados por Atenas. (FIN/IPS/mv/ff/cr/97