Los productores de azúcar brasileños consideran poco razonable la decisión del Senado argentino de exigir el fin del Programa del Alcohol Carburante (Proalcohol) en Brasil, para que el azúcar sea finalmente incluida en el libre comercio del Mercosur.
"Por mucho tiempo el azúcar fue la que subsidió la producción de alcohol en Brasil y no al revés, como dicen los argentinos", reaccionó el jueves Cicero Junqueira Franco, director superintendente de la Central Vale do Rosario.
El azúcar se mantiene hasta ahora fuera de los acuerdos del Mercosur. Argentina mantiene un arancel de 20 por ciento, que puede llegar a 30 por ciento con adicionales variables, en la importación del producto brasileño.
Por presión de los productores, concentrados en las provincias del norte del país, el gobierno argentino rechazó los intentos brasileños de poner fin a esa exclusión, a través de un plan de adecuación similar al definido para otros productos sensibles en el comercio dentro del bloque, con desgravación gradual.
La justificación es una supuesta asimetría, provocada por subsidios que el gobierno brasileño concede al sector azucarero, para estimular la producción de alcohol a partir de la misma materia prima, la caña de azúcar, para utilización como combustible para automóviles.
La verdadera razón radica en que los costos de producción argentinos son muy superiores a los brasileños, "casi el doble", dijo a IPS Junqueira Franco, quien participó en un Comité Ad Hoc empresarial que intentó negociar una salida para la cuestión.
Los propios argentinos ya admitieron que el fin del Proalcohol, como sugiere el Senado, representaría el fin de su industria azucarera, porque Brasil tendría muchos más excedentes para exportar a precios más bajos, señaló el empresario.
Tampoco aceptaron la propuesta brasileña de crear un proalcohol argentino, abriendo un nuevo mercado para la caña y contribuyendo para mejoras ambientales, añadió.
Pero "no queremos tragar el mercado argentino, sino negociar una integración completa que nos fortalezca como bloque en las negociaciones con terceros", dijo el empresario y añadió que "exportar a Argentina no es una cuestión de vida o muerte" para el sector, que puede incluso recurrir a las ventajas que posee.
Al gobierno le toca ahora buscar una solución, respondiendo a la presión argentina con una propuesta que permita alguna compensación, observó, recordando que en la cuestión del trigo Brasil reconoció la mayor competitividad del país vecino y hoy importa la mayor parte de sus excedentes.
La decisión del Senado argentino constituye "un proteccionismo descarado", calificó Claudio Manesco, vocero de la Unión de Agroindustria Cañera (UNICA) de Sao Paulo, el estado que concentra más de la mitad de la producción brasileña.
Brasil debe exportar este año cerca de 5,4 millones de toneladas de azúcar, un tercio de su producción. Los argentinos hablan también de una "asimetría de escala", agravada por el Proalcohol.
Argentina consume prácticamente todo lo que produce: 1,29 millones de toneladas en el año pasado. Sus importaciones desde Brasil son esporádicas, en general para cubrir las cuotas de exportación a Estados Unidos, con precios ventajosos.
"Pero es un mercado potencial interesante" y UNICA hace actualmente un estimación de lo que exportarían sus centrales azucareras, en caso de eliminación del arancel argentino, informó Manesco.
El Senado argentino dificultó un acuerdo en el Mercosur, al anular el veto del presidente Carlos Menem y sancionar la ley que prohibe reducir aranceles sobre el azúcar mientras subsista la asimetría provocada por la producción de caña de azúcar para la producción de alcohol de Brasil.
"Ahora todo depende de decisiones políticas, de negociaciones de gobierno a gobierno", concluyó Junqueira Franco, también consejero de UNICA. (FIN/IPS/mo/ag/if/97