Ecologistas chilenos expresaron el jueves 25 su optimismo en que el presidente estadounidense Bill Clinton, fracasará nuevamente en su pedido de "vía rápida", lo cual, dijeron, restará toda importancia a la próxima Cumbre de América.
Manuel Baquedano, presidente del Instituto de Ecología Política (IEP), señaló a IPS que el actual escenario en el Capitolio es más negativo para Clinton que en 1995, año del anterior rechazo a su pedido de vía rápida (fast track).
El mandatario estadounidense anunció el día 16 que insistirá en la solicitud de vía rápida, indispensable para negociar la adhesión de Chile al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), conformado también por Canadá y México.
El propósito de Clinton es contar ya con la autorización de los congresistas cuando se realice la próxima Cumbre de América, prevista para abril de 1998 en Santiago de Chile, para dar continuidad a la cita de gobernantes efectuada en Miami en 1994.
El gobierno del presidente Eduardo Frei espera que la cumbre de Santiago pase a la historia con el lanzamiento de las negociaciones para crear en la primera década del próximo milenio el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Los mayores problemas que enfrenta la nueva solicitud provienen de las exigencias de los sindicatos y ecologistas de que los futuros tratados comerciales que firme Estados Unidos contengan expresas cláusulas sobre temas laborales y ambientales.
Esta posición es apoyada por congresistas del propio Partido Demócrata de Clinton, quien propuso una fórmula de compromiso para superar estas resistencias sin afectar a la vez el esperado respaldo de opositores republicanos a la vía rápida.
La fórmula consistiría en incluir referencias a aspectos laborales y ambientales en los tratados sólo cuando incidan directamente en aspectos del comercio y remitir sus generalidades a protocolos anexos.
Baquedano destacó que los mismos grupos ambientalistas que en la anterior aplicación del "fast track" para la adhesión de México al TLC aceptaron el recurso de los protocoles anexos, hoy están por la inclusión de cláusulas en el texto de los tratados.
Al mismo tiempo, la poderosa central sindical AFL-CIO, cercana al Partido Demócrata, insiste en sus planteamientos de las cláusulas laborales como un mecanismo para proteger los puestos de trabajo en los Estados Unidos.
Esta situación, dijo Baquedano, repercutirá al interior de los demócratas, donde el vicepresidente Al Gore se identifica con los ecologistas, en tanto el jefe de la bancada en el Congreso, Richard Gephardt, tiene como base de apoyo a la AFL-CIO.
La disputa en el Partido Demócrata por la nominación presidencial para los comicios del año 2000, que probablemente confrontará a Gore y Gephardt, empeora el escenario para la vía rápida, según los ecologistas chilenos.
El presidente del IEP subrayó a la vez que entre la oposición republicana hay diversos rechazos al pedido de Clinton, desde los que se niegan a incluir aspectos laborales y ambientales en un tratado comercial hasta los partidarios de considerarlos.
Clinton está en una carrera contra el tiempo, pues debería garantizar hacia fines de este año la viabilidad de la vía rápida para asegurar el éxito de la Cumbre de América en Santiago.
La cita en la capital chilena será precedida por una reunión preparatoria de ministros de comercio del hemisferio en San José de Costa Rica, programada para febrero de 1998.
"Si no hay 'fast track', la cumbre de Santiago pierde toda significación", indicó Baquedano, ya que se carecería del instrumento fundamental para que Clinton comience a materializar el ALCA, que prometió en Miami en 1994.
"En ese caso, tal vez se elija otro tema, diferente al comercio, como eje de la cumbre, pero eso bajaría totalmente el perfil de la reunión de gobernantes y dejaría a Chile, como anfitrión, en una posición muy incómoda", concluyó el dirigente. (FIN/IPS/ggr/dg/if-en/97
