Brasil se opone a una nueva prórroga de las preferencias concedidas a México en el ámbito de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), que expiran el 31 de diciembre, si hasta entonces no se obtiene un acuerdo comercial.
"No queremos sancionar a México, pero una vez desaparecidas las preferencias eso servirá como instrumento de presión para que todas las divergencias sean superadas", explicó Renato Marques, director de Integración Latinoamericana en la cancillería brasileña.
Por las reglas de Aladi, México debe extender a los demás miembros las preferencias arancelarias establecidas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC, en el que también participan Estados Unidos y Canadá.
Los acuerdos del organismo de integración latinoamericano con México ya fueron prorrogados varias veces y la posición brasileña de no hacerlo nuevamente ya fue comunicada oficialmente a Aladi, informó el embajador Marques, uno de los principales negociadores brasileños.
Dentro de diez días habrá una nueva negociación en Montevideo, donde está basada la Aladi, para buscar un consenso. "Si no se logra, le tocará a México presentar una solución antes de que termine el plazo", sentenció.
El diplomático brasileño espera también que se produzca rápidamente un acuerdo de libre comercio entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina, aunque considera poco probable una conclusión hasta fin de año, por el pequeño avance logrado hasta ahora.
En la última reunión en Lima, los andinos presentaron una lista de productos con más de 500 rubros y propusieron un plazo de desgravación de 15 a 20 años, ambos rechazados por el Mercosur.
"Queremos un plazo de 10 a 12 años, y 15 sólo para poquísimos productos", explicó Marques, admitiendo que la lista del Mercosur es también "exagerada", pero no es definitiva.
Esa lista, presentada como la suma de los productos sensibles para cada país del Mercosur, puede "ser pulida, solamente Brasil está dispuesto a sacar 350", aclaró.
Un ejemplo serían el aceite de soja y la carne, rubros en que la competitividad del Mercosur no sería amenazada por los andinos y por tanto no requerirían de protección.
En relación a las discrepancias dentro del Mercosur, Marques dijo no esperar ningún avance en la cuestión del azúcar antes de las elecciones parlamentarias argentinas del 26 de octubre.
El Congreso argentino aprobó recientemente una ley prohibiendo la desgravación del azúcar mientras haya subsidios a ese producto en Brasil, vía producción del alcohol carburante, que utiliza la misma matéria prima, la caña. Ante protestas brasileñas, el presidente Carlos Menem trata de modificar esa legislación.
"Si hay quejas contra el programa del alcohol brasileño habría que recordar que Argentina, al acoger a Brasil en la composición del Mercosur, asumió también algunas políticas nacionales, como pasó con nosotros al revés", argumentó Marques.
Tampoco hay motivos para la acusación argentina de que Brasil subsidia su carne porcina, aseguró el director de Integración Latinoamericana.
"Es grande la diferencia de competitividad entre los productores brasileños, que son exportadores mundiales, y los argentinos, que no poseen tradición en esa area", sostuvo.
Renato Marques criticó, en contrapartida, lo que considera falta de flexibilidad del principal socio de Brasil en el Mercosur.
"Estamos estudiando formas de abrir el sector brasileño de compras gubernamentales, el mercado financiero y los servicios, por eso no hay motivo para que Argentina no flexibilice los plazos de desgravación de los numerosos productos incluidos en su régimen de adecuación", observó.
En ese régimen, negociado y formalizado en el Tratado de Asunción que creó el Mercosur y en otros acuerdos posteriores, Argentina mantiene 300 productos protegidos de la competencia brasileña, mientras la lista de Brasil es diez veces más chica. (FIN/IPS/gl/dg/if/97