El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) premió al presidente de Indonesia, Ali Suharto, por abatir la pobreza en el archipiélago asiático de 200 millones de habitantes.
La Distinción por los Logros, galardón que el PNUD otorga por primera vez, destaca la reducción de la pobreza, que según el gobierno de Suharto pasó de 60 por ciento de la población en 1970 a 11 por ciento en 1996, una conquista notable en el mundo en desarrollo.
La agencia explicó que el premio, otorgado el día 8, reconoce el continuo esfuerzo de Indonesia para erradicar la pobreza a través del desarrollo económico y social. Pero, aunque el PNUD no se lo haya propuesto, la Distinción tendrá alcances políticos.
Suharto, de 75 años, ha recibido varios premios de otros organismos de Naciones Unidas, pero éste llega en un momento conveniente, después de las turbulencias políticas previas a las elecciones legislativas de mayo y poco antes de los comicios presidenciales de 1998.
Muchos en Indonesia se preguntan si Suharto, que con seguridad será reelecto por séptima vez, recibirá alguna vez una distinción por llevar a su país a la democracia, o si si la disminución de la pobreza y el aumento del ingreso son posibles sin libertades o apertura política.
"Ojalá que continúe gobernando el país y recibiendo no sólo medallas en el ámbito económico sino en reconocimiento por su papel personal para convertir a Indonesia en una de las mayores democracias económicas", anotó con sutileza el diario Jakarta Post.
Suharto se encuentra en el poder desde 1965, luego del golpe de Estado con el que derrocó al presidente Ahmed Sukarno, líder de la independencia del país en 1945.
El presidente ocupará la presidencia otros cinco años a partir de 1998, mientras mengua su influencia, crece la oposición y surgen críticas sobre la riqueza de su familia. Pero incluso quienes cuestionan sus ideas políticos destacan los logros del gobierno en la lucha contra la pobreza.
En una conferencia regional sobre la pobreza celebrada luego de la ceremonia de premiación, el administrador del PNUD, el estadounidense James Gustave Speth, recordó que la pobreza no se mide solo en base al ingreso.
La participación de las instituciones de la sociedad civil es crucial para el éxito de la erradicación de la pobreza, advirtió Speth, quien entregó en persona la distinción a Suharto.
"Debe existir una potenciación social y política de los pobres, no sólo la potenciación económica de los bienes productivos, sino el acceso de los necesitados a los bienes políticos y sociales", señaló.
La participación de los pobres en la elaboración y evaluación de los programas de gobierno asegura que éstos "sean dirigidos hacia donde tengan los mayores efectos". "La descentralización, la participación y la propiedad de los pobres son fundamentales" añadió Speth.
El PNUD define la pobreza no solo en base a las carencias materiales, sino también por "la negación de opciones básicas para el desarrollo humano que permitan tener una vida longeva, sana y creativa y gozar de un nivel de vida decente, libertad, dignidad, autoestima y el respeto de los demás".
Al otorgar la distinción a Suharto, el PNUD indicó que el reconocimiento era extensivo al pueblo de Indonesia en una época en que la cantidad de pobres en el mundo aumenta a un ritmo de 47 personas por minuto.
Indonesia abordó el problema de la pobreza a través de varios programas nacionales, entre ellos una iniciativa de ayuda a la población pobre de las aldeas, planes de micropréstamos y centros de salud pública en poblaciones remotas.
Los éxitos de Indonesia fueron cosechados entre 1970 y 1996, período en el que la población aumentó de 116 a 200 millones.
Los opositores denuncian que los programas contra la pobreza del gobierno han sido objeto de malversación de fondos y falsificación de informes, y cuestionaron la falta de independencia de la Oficina Central de Estadísticas.
De acuerdo con la medida de pobreza que utiliza el Banco Mundial (basado en los ingresos mínimos, de un dólar por día, y no en el índice de desarrollo humano que aplica el PNUD), 15 por ciento de la población de Indonesia vive en la pobreza absoluta.
El gobierno, por su parte, aplica sus propios indicadores, basados en la ingesta de 2.100 calorías diarias y la satisfacción de otras necesidades no alimentarias.
Según esta medida, la pobreza en zonas urbanas de Indonesia se estima en 31 centavos de dólar por día en áreas urbanas y en 20 centavos en zonas rurales. De acuerdo con estos indicadores, apenas 11 por ciento de la población indonesia vive por debajo de estos niveles.
Otras estadísticas destacan los grandes cambios que ocurrieron en la sociedad del país asiático en las últimas décadas.
En los años 70, el ingreso anual por habitante era de 70 dólares y dos tercios de la población vivía en la pobreza. La desnutrición estaba extendida, a pesar de que el país era el mayor importador de arroz del mundo, y casi la mitad de los habitantes eran analfabetos.
Hoy, luego de un crecimiento económico sostenido de siete por ciento anual en las últimas dos décadas, el país se ufana de contar con 170.000 escuelas primarias con 30 millones de alumnos y un ingreso por habitante de unos 1.000 dólares.
El gobierno promete reducir la pobreza absoluta a menos de 3,5 por ciento de la población para el 2005 y achicar la brecha entre ricos y pobres, pues la inequidad ha sido en los últimos años fuente de descontento político y disturbios étnicos.
"La ausencia de una distribución justa puede convertirse en la semilla de conflictividad social que conduzca al levantamiento y la desintegración", señaló Suharto. (FIN/IPS/tra-en/sb-js/js/aq- mj/dv ip/97