INDIA-PAKISTAN: Negociaciones de paz en clima de renovada tensión

India y Pakistán comenzaron su tercer ronda de negociaciones de paz en Nueva Delhi en un clima signado por la expulsión recíproca de funcionarios de embajada acusados de espionaje y el intercambio de hostilidades en la frontera.

Se espera que en las negociaciones de tres días, encabezadas por los cancilleres K. Raghunath, de India, y Shamshad Ahmad, de Pakistán, se constituyan ocho grupos para discutir la disputada zona de Cachemira y otros conflictos territoriales y de otra índole.

"Nuestro compromiso con el diálogo es firme e inequívoco", declaró Raghunath al comienzo de las conversaciones, y agregó que India y Pakistán deben perseverar en la "tarea compartida" de establecer una relación de confianza, amistad y cooperación.

Ahmad manifestó que estaba en Nueva Delhi para llevar adelante el proceso de diálogo mutuo.

Se espera que las negociaciones, que terminarán este jueves, preparen el terreno para el encuentro entre los primeros ministros Inder Kumar Gujral, de India, y Nawaz Sharif, de Pakistán, en la sesión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, en Nueva York, la próxima semana.

En la segunda ronda de conversaciones de paz, que se celebró en Islamabad en mayo, ambas partes acordaron la creación de ocho grupos de trabajo para analizar los problemas más importantes y adoptar un enfoque gradual para resolverlos, aunque recalcaron que no habría que esperar un "avance radical".

Funcionarios de Nueva Delhi no mostraban optimismo y admitieron que la presente ronda "no es más que conversaciones sobre conversaciones".

"La sospecha mutua por la disputa de Cachemira y la cuestión de las armas nucleares hace que las negociaciones sean difíciles, sino imposibles", opinó un funcionario.

Pero el propio informante agregó que ya era un paso adelante el hecho de que autoridades de India y Pakistán se reunieran después de cuatro años.

Sin embargo, Islamabad expulsó pocos días antes del comienzo de las conversacionesa a dos funcionarios no diplomáticos de la embajada de India por supuestos vínculos con un periodista local condenado por espionaje.

La cancillería india confirmó la expulsión y revelaron que antes, en agosto, habían expulsado a dos funcionarios de la embajada de Pakistán en Nueva Delhi por acusaciones similares.

Pakistán también amenazó con cancelar las negociaciones de paz luego de que los ejércitos de ambos países intercambiaran ataques con cohetes y morteros a lo largo de la frontera con Cachemira en agosto. Los dos bandos no se pusieron de acuerdo en la cantidad de muertos.

Durante las hostilidades, India puso a sus tropas en "alerta máxima" en la zona de Jammu para frustrar posibles incursiones de soldados paquistaníes.

El ministro de Defensa indio, Mulayam Singh Yadav, acusó a Pakistán de intentar el ingreso clandestino de mercenarios para reforzar la menguante moral de los separatistas de Cachemira, que luchan por un estado musulmán independiente desde 1989.

Pakistán, que ocupa un tercio de Cachemira y exige la soberanía sobre el resto, niega que brinde su apoyo a la guerra civil en la zona, en la cual murieron 20.000 personas.

Mientras tanto, la tensión aumentó cuando Sharif reconoció hace poco que era un "hecho establecido" la capacidad de Pakistán para producir armas nucleares.

"Lo que tengamos es nuestro derecho como nación soberana", dijo Sharif en su discurso del Día de la Defensa en Lahore, que se celebra para conmemorar el aniversario de la segunda guerra entre India y Pakistán.

Treinta y dos años después del conflicto, el primer ministro agregó que la defensa de su país era fuerte y "mejoraba" con el paso del tiempo.

En 1994, Sharif, que por entonces había sido depuesto de su cargo como primer ministro, aseguró que Pakistán contaba con una bomba atómica "capaz de hacer frente a cualquier eventualidad".

En respuesta, Gujral declaró que India tenía la capacidad de fabricar armas nucleares pero no lo había hecho, aunque conservaría esa opción para enfrentar cualquier "circunstancia imprevista".

Esa fue la primera vez que un líder indio admitió en público que India tenía capacidad de producir armas nucleares.

India y Pakistán no son signatarios del Tratado de No Proliferación (NPT) o el Tratado para la Eliminación Total de Pruebas Nucleares (CTBT) que tienen la finalidad de imponer la prohibición mundial de ese tipo de armas.

En 1996, India bloqueó el CTBT al exigir que los cinco estados con armas nucleares se comprometieran con firmeza a eliminar todas sus armas nucleares en determinado período de tiempo. Pakistán siguió el ejemplo de Nueva Delhi.

India practicó una explosión atómica subterránea en 1974, pero desde entonces afirma que no tiene intención de fabricar armas nucleares. El país cuenta con 10 estaciones de energía nuclear, siete están en construcción y proyecta la instalación de otras 10.

Sin embargo, analistas nucleares sostienen que India tiene la capacidad para crear material de fisión con fines bélicos y, como Pakistán, está perfeccionando sus sistemas de misiles de larga distancia.

Pakistán recibe cooperación de China en el desarrollo sus plantas de energía nuclear y habría recibido componentes de Beijing para su programa de armas nucleares. (FIN/IPS/tra- en/rb/an/aq-mj/ip/97

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