Las leyes sobre privacidad y libertad de información estaban en debate en Gran Bretaña antes de la muerte accidental en París de la princesa Diana de Gales y el magnate Dodi Al Fayed el domingo, pero el episodio agrió la controversia.
La policía francesa arrestó en la escena del accidente a siete fotógrafos, según distintas versiones, perseguían a la pareja en motocicletas. El asedio de los periodisas habría precipitado el choque.
Las amargas declaraciones del hermano de Diana Spencer generaron preocupación entre los periodistas británicos. Muchos creen que una nueva ley que proteja la privacidad de los individuos y establezca castigos a las intrusiones sea una cortapisa a la libertad de prensa.
Pero Francia cuenta con una ley severa al respecto, y eso no sirvió de mucho a Diana, madre de Guillermo, heredero de la corona británica, y al magnate egipcio Al Fayed. Ambos pretendían mantener su relación amorosa fuera de las cámaras de los "paparazzi".
"Siempre creí que la prensa la mataría, pero no que sería de forma tan directa. Los propietarios de medios, los editores, las publicaciones que alentaron la codicia de quienes arriesgaban todo por una imagen de Diana tienen hoy las manos manchadas de sangre", dijo Earl Spencer en Sudáfrica.
Diana, de 36 años, murió en un hospital de París el domingo de madrugada. Al Fayed, de 41 años, y el conductor del automóvil murieron en el acto. Un guardaespaldas permanece internado en estado crítico.
Siete fotógrafos, seis franceses y uno de Macedonia, fueron arrestados luego del accidente para ser interrogados.
Los "paparazzi", así llamados por el nombre de un personaje de la película "La Dolce Vita", del cineasta italiano Federico Fellini, son fotógrafos que cobran por pieza, a menudo grandes sumas de dinero, y se dedican sobre todo a registrar la vida de ricos y famosos.
El fotógrafo monegasco Mario Brenna ganó en agosto 4,8 millones de dólares por la venta a medios de todo el mundo de diez borrosas fotos de la princesa abrazando a Al Fayed. El trabajo le insumió apenas un fin de semana.
"La gran magnitud del mercado para este tipo de noticias se debe a que millones de personas compran el periódico que las publica", dijo a la emisora BBC Roy Greenslade, ex editor del diario Daily Mirror, de Londres.
El mercado, en efecto, bulle con ofertas de fotos de la agonía de Diana Spencer. El periódico británico News of the World y el estadounidense National Enquirer rechazaron la oferta.
"Exhorté a la prensa mundial a no comprar las fotografías en venta. Piden un millón de dólares por ellas", dijo el domingo Steve Cox, del National Enquirer.
Y el público británico pagaría, sin duda, por las fotos de los últimos minutos de Diana Spencer.
El Sunday Mirror, que pagó más de 400.000 dólares por las fotos de Brenna, subió su precio de venta e imprimió 2,8 millones de ejemplares el día de la publicación, 20 por ciento más de lo habitual. La edición se agotó.
Este mercado cuenta con algunos operadores de mala reputación. En agosto de 1996, Diana Spencer reclamó ante los tribunales que impidiera el hostigamiento de un "paparazzo" que tenía antecedentes criminales.
Existe en Gran Bretaña una ley contra la intrusión en la vida privada, pero no prevé nada contra el acoso de fotógrafos.
Lord Irvine, abogado del gobierno, anunció que se adoptará una norma sobre el punto cuando la Convención Europea sobre Derechos Humanos se incorpore a las leyes británicas.
Irvine alertó que una vez que eso ocurra se producirá una avalancha de casos en defensa del derecho a la privacidad. En un país que no cuenta con constitución escrita, sería preferible que existiera una ley aprobada por el Parlamento más que precedentes judiciales que cada juez debería interpretar, explicó.
De todos modos, incluso los medios de comunicación británicos consideran que es tiempo de que haya una buena ley, aun cuando muchos legisladores consideran que "los malos periódicos son preferibles a una mala ley".
El editor del diario The Guardian, Alan Rushbridger, sostuvo que aceptaría una ley de defensa de la vida privada si se reforzara, al mismo tiempo, la libertad de información con un reconocimiento legal explícito y a través de leyes más justas sobre libelos.
Los damnificados por los "paparazzi" aprovechan para afilar sus cuchillos.
El ex viceministro de Relaciones Exteriores David Mellor, cuyo romance con una actriz fue expuesto por la prensa británica, calificó a estos profesionales de "creaturas" que generaban "odio y temor" en la princesa Diana.
Mellor también había sido cuestionado por recibir como obsequio vacaciones gratuitas de la hija de un alto funcionario de la Organización para la Liberación de Palestina, otra revelación periodística. Se trataba, según los medios, de un asunto de interés público.
Varias leyes de Gran Bretaña han sido utilizadas en los últimos meses para fines distintos a aquéllos para las que fueron elaboradas. Un ejemplo es la norma contra el acoso de hombres contra mujeres, aplicada por las autoridades para impedir manifesaciones de protesta.
Un proyecto de ley contra el uso de armas tras una masacre en una escuela de Escocia enfureció a propietarios de revólveres y escopetas deportivas y a granjeros, lo que generó gran confusión.
Greenslade manifestó sus dudas de que una ley de defensa de la privacidad sea efectiva. La que rige en Francia es, en efecto, una de las más estrictas del mundo, pero no sirvió para nada en el caso de Diana de Gales.
Y, sin ampliar la asistencia legal gratuita a los menos pudientes, solo los ricos podrían ampararse en la ley que se discute. (FIN/IPS/tra-en/dds/mom/rj/mj/ip cr/97