Las familias más ricas absorbieron la mayor parte del crecimiento del ingreso de los hogares de Estados Unidos en 1996, mientras los recursos de los más pobres cayeron casi dos por ciento, según estadísticas oficiales.
Las cifras divulgadas por la Oficina del Censo revelan que, a pesar del fuerte crecimiento económico del país, la cantidad de familias con ingresos anuales por debajo de la línea oficial de pobreza se mantuvo igual que en 1996.
La pobreza está determinada por ingresos anuales inferiores a 16.000 dólares para una familia de cuatro integrantes, y ese grupo englobaba el último año a 36,5 millones de personas, 13,7 por ciento del total de habitantes de Estados Unidos, se consignó en el informe "Pobreza en Estados Unidos: 1996".
Un segundo estudio, titulado "Ingreso monetario en Estados Unidos", comprobó que la desigualdad del ingreso, o brecha entre ricos y pobres, permaneció sin cambios por tercer año consecutivo.
Estados Unidos presenta la mayor desigualdad interna de ingresos en el grupo de países industrializados, según estadísticas internacionales.
El presidente Bill Clinton, quien ha expresado en público su inquietud ante el impacto desestabilizador de la creciente brecha entre ricos y pobres, declaró el lunes a la prensa que la desigualdad del ingreso comenzó a aumentar con fuerza en 1970, pero ahora se ha "congelado".
El Instituto de Política Económica (EPI), organización de investigación con fuertes vínculos sindicales, señaló que las palabras de Clinton no alivian a los afectados, ya que varios años de fuerte crecimiento económico no redujeron la desigualdad de ingresos.
La inmovilidad de esa brecha "no es razón para celebrar. Pobre de nosotros si nos conformáramos con una desigualdad casi tan amplia como la que se registró después de la segunda guerra mundial", dijo Jared Bernstein, analista del EPI.
Clinton destacó que el ingreso de todos los grupos sociales aumentó desde 1993, cuando él asumió el poder, y que el mayor avance se verificó en el 20 por ciento más pobre de la población.
Pero esa distribución no se mantuvo en 1996, según la Oficina del Censo. Aunque el ingreso promedio de los hogares aumentó 1,2 por ciento en términos reales (410 dólares), hasta los 35.492 dólares por año, la mayor parte correspondió a los grupos medio y superior, aparentemente a expensas de las familias más pobres.
Por tanto, el 20 por ciento de familias con mayores ingresos recibió 2,2 por ciento más en 1996, los dos siguientes grupos ganaron 1,4 por ciento, el penúltimo, 0,5 por ciento, y el último perdió 1,8 por ciento, de acuerdo con el estudio sobre el ingreso monetario.
La explicación del cambio insignificante de la tasa de pobreza, a pesar del aumento del ingreso medio, radica en el incremento de los "muy pobres", quienes tienen ingresos menores a la mitad de la línea de pobreza, señaló
Daniel Weinberg, de la Oficina del Censo, explicó que creció el grupo de los "muy pobres", conformado por quienes perciben ingresos 50 por ciento inferiores a la cantidad que identifica la pobreza.
"Los datos demuestran que la tendencia a largo plazo de distribución desigual de los beneficios del crecimiento económico se mantuvo en 1996", indicó la organización Centro de Prioridades de Presupuesto y Política.
La brecha entre ricos y pobres se ha ampliado en los últimos 30 años, explicó Weinberg.
El 20 por ciento de población con mayores ingresos aumentó su participación en el total de 43,8 a 49 por ciento, mientras la porción del total correspondiente al 20 por ciento de menores ingresos se redujo de cuatro a 3,7 por ciento.
"Estos cambios significan que la participación de 60 por ciento de los hogares (los que en 1996 obtuvieron ingresos anuales entre 15.000 y 68.000 dólares) en la distribución del producto retrocedió de 52,3 por ciento del total en 1967 a 47,4 por ciento en 1996", destacó Weinberg.
El funcionario puntualizó que la desigualdad se reduce en cierta medida debido a una definición más amplia de ingreso que toma en cuenta las entradas no monetarias de los pobres, como subsidios de vivienda, asistencia médica estatal y bonos de alimentos.
Con esta medición más amplia, la taza de pobreza estimada descendería a 10,2 por ciento de la población, o 27,1 millones de personas.
La Oficina del Censo observó que, con respecto a las tendencias de mediano plazo, el ingreso promedio de los hogares creció 15 por ciento de 1967 a 1996, pero el último año permaneció 2,7 por debajo del nivel de 1989.
"En promedio, sólo los estadounidenses más ricos, el quinto superior de la población, estuvieron mejor económicamente en 1996 que en 1989", según el Centro Centro de Prioridades de Presupuesto y Política.
El salario real de los hombres empleados a tiempo completo se reduce progresivamente desde 1991, sostienen investigadores del EPI. A pesar del bajo desempleo, el ingreso promedio de esos trabajadores retrocedió 0,9 por ciento en 1996 y fue siete por ciento inferior al que obtuvieron en 1989.
En cambio, el ingreso real de las mujeres empleadas a tiempo completo aumentó 2,4 por ciento entre 1995 y 1996, y su salario, advirtió Weinberg, se ubicó en 74 por ciento de la retribución de los hombres, la distancia más estrecha desde que se realiza esa comparación.
También mejoró el ingreso de los hispanos, que en 1996 lograron casi seis por ciento más que en 1995, un año en que se había reducido 5,1 por ciento. El ingreso real de las familias hispanas es todavía 10 por ciento inferior que en 1989.
La Oficina del Censo informó que 45,1 por ciento de las familias pobres identificadas en 1996 son blancas, 26,5 por ciento afroestadounidenses y 22,4 por ciento hispanas. La participación de familias negras en esa categoría es la menor desde 1967.
Así mismo, 40 por ciento de los pobres son niños, un grupo de edad que suma 27 por ciento de la población total, de acuerdo con la misma fuente. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq-ff/dv/97