ESPAÑA: Un general va a la cárcel por guerra sucia

El general español Enrique Rodríguez Galindo ingresó hoy en la prisión militar de Alcalá-Meco, próxima a esta capital, acusado de inducir a la tortura y el asesinato de dos jóvenes vascos en 1983.

José Ignacio Lasa e Ignacio Zabala fueron secuestrados el 16 de octubre de 1983, en Bayona, País Vasco francés, y "desaparecieron". En 1996, un policía de Valencia, en la costa del mar Mediterráneo, descubrió que restos humanos descuartizados y calcinados pertenecían a esos dos jóvenes.

Posteriormente se acumularon una serie de indicios en el proceso, que apuntaron como inductor a Rodríguez Galindo. Este comandaba en la fecha del secuestro el cuartel de Intxaurrondo, ubicado en la ciudad vasca de San Sebastián y considerado punto clave en las acciones del Estado contra la organización separatista vasca ETA.

El secuestro y desaparición de Lasa y Zavala fue uno de los primeros actos reivindicados por los "Grupos Antiterroristas de Liberaciòn" (GAL) en lo que ha pasado a conocerse como la "guerra sucia" desarrollada en los tres primeros años de gobierno del socialista Felipe González.

El juez Javier Gómez de Liaño, al recibir nuevas pruebas contra Rodríguez Galindo, decidió el viernes el ingreso en prisión del general, a menos que depositara una fianza equivalente a 160.000 dólares.

Rodríguez Galindo entregó este lunes a Gómez de Liaño una breve nota, en la que informa que no pagará la fianza "en solidaridad con los guardias civiles (policías) presos" y como un gesto de "lealtad y solidaridad con sus subordinados".

El general, quien posee más de diez condecoraciones oficiales, se negó a que sus amigos reuniesen el dinero para pagar la fianza.

Por otro lado, en repetidas oportunidades el militar dijo que siempre actuó dentro de la legalidad, cumpliendo órdenes. Si finalmente la justicia concluye que Lasa y Zabala fueron secuestrados, torturados y asesinados por disposición suya, llegará el momento de preguntar si Rodríguez Galindo obedecía órdenes en ese caso, y de quién.

En total, hay siete testimonios y pruebas que lo implican en el "caso Lasa y Zavala". El policía Domingo Bayo, en prisión, declaró al juez que interrogó a los dos jóvenes por orden de Rodríguez Galindo y que éste contrató a mercenarios para secuestrar y asesinar a independentistas vascos.

Otro policía, Pedro Miguéliz Dabadie, aseguró a otro juez que su colega Enrique Dorado Villalobos le confesó haber participado en la muerte de Lasa y Zabala.

Angel López Carrillo, también policía, relató como Rodríguez Galindo y Julen Elgorriaga, entonces gobernador civil de Guipuzcoa (a cargo de las fuerzas de seguridad y designado por el gobierno central) fueron informados del secuestro.

López Carrillo también dijo al juez que Elgorriaga le contó que él mismo y Rodríguez Galindo visitaron el palacio de la Cumbre, donde estaban los dos secuestrados. Julio Vázquez Ayra, también policía, ratificó esa versión.

Además, existen cintas magnetofónicas grabadas. Todo ello llevó a Gómez de Liaño a exigir una fianza, por cuanto, según dijo, hay más indicios, pruebas y testimonios que indican la presunta culpabilidad del condecorado general.

La mayoría de los más de 20 procesados por la "guerra sucia", y en especial los policías, comisarios y subcomisarios, negaron en un principio toda culpa.

Pero después, al acumularse pruebas y testimonios en su contra, optaron por argumentar que recibían órdenes y apuntalar la estrategia de "nos salvamos todos o todos vamos a la cárcel".

Fuera de esa estrategia sólo se ubican el ex ministro del Interior José Barrionuevo, el ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera, y Elgorriaga, todos ellos socialistas, y Rodríguez Galindo.

Fuentes próximas a la familia de Barrionuevo sugirieron más de una vez que el ex ministro estaba muy afectado y que no sabía hasta dónde podría soportar el asedio de la justicia y de un sector mayoritario de la prensa.

Algunos medios de prensa entendieron que Barrionuevo también podría sumarse a la estrategia de "todos o ninguno" si finalmente es declarado culpable, cuando se celebre el juicio, que todavía no tiene fecha marcada.

La periodista Pilar Urbano destacó que, a fines de 1983, cuando comenzaba la "guerra sucia", entrevistó a Barrionuevo y que al preguntarle sobre su decisión en la lucha contra ETA si era propia o una respuesta a "urgencias" del jefe del gobierno, contestó:

"De vez en cuando Felipe González me comenta cómo su gran amigo Carlos Andrés Pérez, cuando era ministro del Interior, antes de ser presidente, abatió el terrorismo en Venezuela. Y esa experiencia ajena me anima. ¿Por qué no, nosotros?".

Urbano dice que esa entrevista terminó con Barrionuevo diciendo: "A partir de ahora, contra el terrorismo ¡más y más madera!". Madera y más madera es una expresión coloquial española equivalente a "golpes y más golpes". (FIN/IPS/td/ff/ip/97

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