Sindicatos de Nueva York intentan organizar a más de 35.000 receptores de asistencia social que participan del Programa de Experiencia Laboral (WEP), considerados los trabajadores más desprotegidos de la ciudad.
Los partidarios de la sindicalización del WEP demandan para esos trabajadores una remuneración mayor que los actuales beneficios sociales que reciben por realizar trabajos municipales de tiempo parcial.
Nueva York es la ciudad de Estados Unidos que más empleos crea para los receptores de ayuda social, pero muchos trabajadores del WEP reciben sólo 100 dólares en beneficios por 20 horas de trabajo semanales, cifra inferior al salario mínimo federal de 5.15 dólares por hora.
Sin embargo, la solidaridad pública hacia los receptores de asistencia social se redujo en Estados Unidos, como lo demostró el presidente Bill Clinton el año pasado al firmar una ley muy popular que exige a la mayoría de los beneficiarios tomar trabajos de tiempo parcial en un plazo de dos años.
La ley de 1996 también retira la ayuda social a la mayoría de los beneficiarios después de recibirla durante cinco años.
Aunque los receptores de asistencia social han sido estigmatizados por los políticos como holgazanes y poco útiles, muchos de los activistas que intengan organizarlos sostienen que tales estereotipos son equivocados.
"Muchos tienen estudios universitarios, trabajaron hasta 15 años y fueron despedidos', explicó Amber Cartha-Jones, una trabajadora de los parques municipales que se incorporó al Consejo de Distrito 37 (DC 37) de la Federación Estadounidense de Empleados Estaduales, de Condados y Municipales, el principal sindicato de funcionarios públicos.
"Hay personas que ganaban 700 u 800 dólares por semana. Esas personas necesitan una oportunidad real de empleo", agregó.
Como resultado, DC 37 intenta que el gobierno estadual de Nueva York cambie las leyes existentes para redifinir a los participantes del WEP como trabajadores, y no como simples beneficiarios de la ayuda social.
Las leyes actuales no consideran trabajadores a quienes trabajan en el WEP, sin importar la cantidad de horas de actividad, y por lo tanto no les otorgan los mismos derechos que a los otros empleados del estado.
La Oficina de Negociación Colectiva de Nueva York decidió hace 20 años que los receptores de ayuda social involucrados en programas de trabajo no podrían considerarse empleados.
Aunque el número de beneficiarios que participan en dichos programas aumentó en Nueva York desde entonces y se prevé que en todo el país llegará a un millón para el año 2000, la ley permanece vigente.
"Esa ley es muy clara", declaró el alcalde Rudolph Giuliani. "Quienes trabajan a cambio de beneficios sociales no se consideran empleados porque están en un estado transitorio".
No obstante, algunos expertos se preguntan cuál será el resultado de esa transición.
"Anteriores programas de este tipo tuvieron escaso efecto en el aumento del empleo", señaló Mark Greenberg, del Centro para la Ley y la Política Social, de Washington.
Por el contrario, señalan los activistas, programas como el WEP fueron utilizados para reemplazar trabajadores municipales tradicionales tales como limpiadores y encargados del mantenimiento de parques por receptores de ayuda social, con una remuneración menor y sin protección alguna.
Unos 7.000 trabajadores del WEP participan en la limpieza de parques, un trabajo por el que los empleados de tiempo completo normalmente cobran 21.000 dólares por año.
"Son el sueño del empresario", manifestó Larry Holmes, de Workfairness, otro grupo que intenta agremiar a los trabajadores del WEP. "No tienen derechos y no se les paga nada". (FIN/IPS/tra-en/fah/jl/ml/lb/97