Las conversaciones realizadas esta semana por Perú y Ecuador para resolver el antiguo litigio fronterizo que los enfrentó militarmente en 1995 tuvieron un exiguo resultado y no despejaron totalmente el riesgo de un nuevo conflicto bélico.
El riesgo subsiste por la dureza de los mandos militares de ambos países sobre el tema y por su demostrada capacidad de presión sobre los gobiernos civiles, que dependen en fuerte medida de su respaldo.
Sin embargo, algunos analistas como Enrique Obando, experto civil en temas castrenses, creen que la posibilidad de un nuevo enfrentamiento se redujo al recobrar Perú un equilibrio militar favorable con la compra de un número indeterminado de cazas bombarderos MIG 29, de fabricación rusa.
"No sólo se han comprado los MIG 29. En 1995, el armamento peruano tenía 15 anos de atraso y los ecuatorianos aprovecharon para desencadenar el conflicto invadiendo el valle del Cenepa. Ahora no intentarían una aventura similar", aseguró Obando.
El ex canciller Edgardo Mercado Jarrín, general retirado del ejército, opina lo mismo y añade: "Es más que una presunción que en un nuevo choque, Perú no limitaría el area de conflicto".
La versión de la cancillería peruana sobre el diálogo de esta semana, realizado en Brasilia, es optimista. Un portavoz de la cancillería expresó que futuras conversaciones y la actuacion de los cuatro países garantes del Tratado Limítrofe peruano- ecuatoriano impedirán una nueva guerra.
Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos son garantes del tratado de límites que Ecuador y Perú firmaron en 1942, después de una breve guerra ganada por el ejército peruano y que desde la década del 50 sucesivos gobiernos ecuatorianos impugnan, senalando que fue impuesto por la fuerza.
El tratado de 1942 fijó la linea fronteriza entre ambos países, de más de 1.500 kilómetros de extensión y de la qoe sólo resta demarcar un tramo de 82 kilométros, el mismo que fue escenario de los choques armados de 1981 y 1995.
Según Quito, el tratado contiene errores de nomenclatura geográfica que lo hacen inaplicable, y en consecuencia demanda la revisión de todo el documento y la reapertura de la discusión de límites.
Perú considera haber ganado en las conversaciones de Brasilia porque Ecuador admite el tratado, aunque insiste en revisarlo.
"Se ha ganado en definiciones. Ecuador expuso en Brasilia su posición exacta y los puntos están sobre la mesa. Los desacuerdos que persisten serán tema de una nueva ronda de conversaciones", comentó para una emisora limeña Fernando de Trazegnies, jefe de la delegación peruana.
Algunos analistas militares y civiles consultados por IPS no comparten la visión optimista de Trazegnies y destacan que Ecuador reiteró en la cita que mantiene su demanda máxima: salida territorial soberana hasta el río Amazonas.
Ecuador reivindica su derecho al Amazonas en antecedentes históricos. Argumenta que la expedicion del conquistador español Francisco de Orellana, que descubrió ese río en 1540, partió de Quito.
Por su parte, Perú afirma que la expedición salió en realidad de la ciudad peruana de Cusco, y que, en busca de un camino hacia el mítico El Dorado, Orellano llegó a Quito, donde descansó, logró nuevo apoyo logístico y reemprendió la aventura.
"En todo caso, el haber sido Quito punto de partida de la expedición no le daría derecho a ese territorio. Es como si Panamá reclamase la soberanía sobre toda Sudamérica hispana porque de allí salieron los conquistadores", observó Víctor Joy Way, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de Perú.
"Ecuador no tuvo nunca población en el territorio amázonico. En cambio Iquitos, la más importante ciudad selvática peruana, existe desde 1740, fue el punto de partida del comercio fluvial con Brasil, establecido mediante un convenio internacional de 1851", dijo por su parte la historiadora Inés Bejarano.
Trazegnies comunicó que la próxima ronda de conversaciones ecuatoriano-peruanas se realizará del 24 al 28 de noviembre.
En Brasilia, bajo la mirada de los representanes de los cuatro países garantes, los litigantes expusieron sus posiciones sobre seis puntos en discusión, cinco de los cuales se refieren a puntos fronterizos muy precisos. El sexto desacuerdo se refiere a la demanda ecuatoriana de salida soberana al río Amazonas.
"En Brasilia, los dos países expusieron sus posiciones, de las cuales se tomó nota. Los desacuerdos constan en el acta y en las próximas conversaciones se intentará acercar posiciones o reducir las discrepancias a niveles manejables", dijo Trazegnies.
El mismo día que concluían las conversaciones diplomáticas en Brasilia, el presidente interino de Ecuador, Fabian Alarcón, y el canciller peruano, Eduardo Ferrero, cruzaron armas verbales en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Alarcón pidió respaldo de la comunidad internacional para "la concertación de una solución justa y permanente del problema territorial peruano-ecuatoriano".
Alarcón fue el único jefe de Estado latinoamericano que se reunió con el presidente norteamericano Bill Clinton en una recepción privada ofreciuda por la Casa Blanca a los gobernantes y cancilleres asistentes a la Asamblea de la ONU.
Poco después de la exposición de Alarcón y antes de la recepción en la Casa Blanca,
Ferrero replicó implícitamente a Alarcón al afirmar en la Asamblea General que la comunidad mundial debe velar "por el respeto al Derecho Internacional y el cumplimiento fiel y de buena fe de los tratados". (FIN/IPS/al/ff/ip/97