Decenas de representantes indígenas de las provincias amazónicas de Ecuador iniciaron hoy una marcha hacia la capital para integrarse a la Asamblea Popular Constituyente, que se llevará a cabo el 12 de octubre.
Cada día, dirigentes de otros grupos étnicos de todo el país se irán sumando a la caravana, que hará escalas en varias cabeceras provinciales para "recoger las opiniones de la gente sobre los principales temas que se discutirán en la Asamblea Popular", dijo Nina Pacari, directora del Consejo Nacional de Pueblos Indios y Negros de Ecuador.
Los primeros en iniciar la marcha, debido a la distancia y las dificultades que tienen para llegar hasta Quito, fueron los pueblos amazónicos del noreste. Posteriormente se irán integrando representantes de provincias como Loja y Azuay, al sur de Ecuador.
La Asamblea Popular fue concebida como un foro de discusión y análisis entre los 10 pueblos autóctonos que habitan en territorio ecuatoriano y otras organizaciones sociales, y tiene como objetivo plantear todas las inquietudes de esas comunidades a la Asamblea Nacional, apuntó Pacari.
La tarea de la Asamblea Nacional, que se instalará el 20 de diciembre y estará integrada por 31 miembros, será reformar la Constituciónr, para lo cual se mantendrá en funciones hasta el 30 de abril de 1998.
"Era necesario convocar a una asamblea alternativa para exponer los verdaderos problemas de los ecuatorianos y para que la Asamblea oficial no se convierta en un botín político", consideró Miguel Lluco, diputado por el movimiento indígena Pachakutik.
Será la oportunidad "de poner en el debate asuntos como la plurinacionalidad, la discriminación y la territorialidad, que han sido los principales temas de lucha de los pueblos indígenas en los últimos años", aseguró Pacari.
La Asamblea Popular estará conformada por 208 miembros y laborará durante tres días. Las conclusiones de este foro serán recogidas en un documento que se comunicará al Congreso unicameral para que lo resguarde y entregue a los asambleístas oficiales.
La idea de instalar una Asamblea Nacional surgió de las propuestas de diversas organizaciones sociales tras la destitución del presidente Abdalá Bucaram, ocurrida en febrero después de varias protestas masivas contra su gobierno.
Entonces la Asamblea fue vista "como una especie de borrón y cuenta nueva, es decir como un mecanismo viable para que en el país retornase el orden constitucional y jurídico", dijo Lourdes Rodríguez, dirigente de la Coordinadora Política de Mujeres.
Pero, poco a poco, según esta dirigente, "los partidos políticos se atribuyeron derechos sobre la Asamblea", pues entendieron "que era una buena forma de consolidar sus propuestas y una excelente plataforma para las elecciones presidenciales" de mayo de 1998.
"No se trata de un guerra entre la Asamblea Popular y la Nacional, sino que es un espacio permanente de vigilancia que va más allá de diciembre", concluyó Rodríguez. (FIN/IPS/mg/dg/ip-pr/97