Los países en desarrollo afectados por los efectos de la globalización deben ajustar sus políticas a su propia situación sin resignarse al poderío del Norte industrial, según el informe anual de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Detlef Kotte, coeditor del estudio, rechazó el lunes en Bonn la idea de que la intensificación del denominado proceso de globalización niegue a los gobiernos del Sur la libertad para elegir sus propios objetivos de desarrollo.
De hecho, la adopción de objetivos de desarrollo es tan importante hoy como siempre lo ha sido, aseguró el informe de la agencia, "ya que el crecimiento y la distribución del ingreso dependen de la forma en que se administran las ganancias".
Kotte, economista alemán de la división de Estrategias de Globalización y Desarrollo de la UNCTAD, exhortó a las naciones del Sur a integrarse en forma gradual y con cuidado a la economía mundial y no persistir en el enfoque radical cuya práctica se generalizó en los últimos años.
El proceso de liberalización debe adecuarse a la fortaleza de cada economía, así como a las instituciones del país, declaró Kotte en un encuentro organizado por el Centro de Información de las Naciones Unidas, en Bonn.
Las políticas de gobierno diseñadas para lograr la integración en la economía mundial también pueden asegurar que el crecimiento rápido ocurra junto a la mayor distribución de la riqueza en la sociedad, afirmó.
Kotte se refirió a algunos casos de éxito y dijo que las naciones en desarrollo de Asia, Africa y América Latina podían aprender "algunas lecciones" de Corea del Sur, Singapur y Taiwan, las denominadas economías del "primer nivel" del sudeste asiático.
En la mayoría de estos países, las políticas de estímulo para que las empresas privadas retuvieran sus ganancias y las invirtieran en nuevos equipos, capacitación y empleos fueron la garantía de que los mayores ingresos fomentaran, a su vez, mayor inversión.
Los esfuerzos para clausurar canales "improductivos" de ahorro e inversión y desalentar el consumo de productos de lujo fueron elementos clave de las políticas económicas de los tigres asiáticos.
El consumo de "lujo", aun para los niveles relativos de los países pobres, depende en gran medida de artículos importados, que no solo aumentan el consumo por sobre el ahorro sino que provocan una presión de la balanza de pagos que limita el ahorro, la inversión y el crecimiento.
Sin embargo, a los autores del informe no les "resultó evidente" que la experiencia de los tigres asiáticos pudiera reproducirse con el tipo de liberalización comercial absoluta que exigen los sistemas actuales, en especial si se produce en un momento en que las finanzas mundiales se liberalizan.
Aunque Asia tuvo el mayor crecimiento (6,9 por ciento) entre todas las regiones, incluso esta cifra se redujo por el debilitamiento de las exportaciones, explicó el informe redactado antes de la actual crisis financiera de los mercados de capital asiáticos.
La UNCTAD percibe una diferencia básica en la forma en que las políticas de promoción de las exportaciones y la liberalización absoluta de las importaciones afectan a los diferentes países.
El Norte está en mejor posición para explotar las ventajas comparativas "dinámicas", como el conocimiento práctico y su capacidad de desarrollar industrias emergentes.
El mundo industrializado también puede hacer mejor uso de ventajas "estáticas", como su superioridad económica frente al Sur, mientras queda de manifiesto la dependencia de las naciones en desarrollo de la mano de obra y las materias primas a las que otros países fijan valor y utilidad.
"No puede haber dudas de que este proceso (el fomento de las exportaciones mientras se liberalizan las importaciones) depende, en forma crucial, de la inversión", subraya el informe.
En el caso del éxito del Asia oriental, el papel que tuvieron los gobiernos en la obtención del capital fue mucho mayor del que supone el enfoque "convencional" de la liberalización económica dirigida por el comercio.
La UNCTAD considera importante que el esfuerzo para enfrentar las desigualdades emergentes estén incluidos desde el comienzo en la elaboración de las estrategias de desarrollo, como se hizo con éxito en algunos de los países en proceso de industrialización de Asia oriental.
La energía creativa de los empresarios hace que las mayores ganancias se transformen en una mejoría general del nivel de vida, sostiene el informe anual.
La agencia también se lamentó de que el "espíritu instintivo" del empresariado no se concentre necesariamente en la creación de bienes nuevos y productivos sino en la de artículos de segunda mano, con intención de adquirir grandes ganancias especulativas.
Las finanzas tienen mayor poder que la industria, y los "rentistas" que pretenden enriquecerse rápidamente están logrando una supremacía sobre los inversores, aseguró Kotte.
La posición de los ricos avanzó en todas partes, y no solo en comparación con los sectores más pobres de la sociedad. De hecho, el "vaciamiento" de la clase media se convirtió en un elemento destacado de los cambios que ocurren en la distribución del ingreso de muchos países.
El tenor del informe dio un respaldo de prestigio a las organizaciones no gubernamentales y grupos independientes que critican el apoyo que los gobiernos que adhieren a la teoría económica neoliberal dan a la globalización.
El aumento de la competencia no se refleja automáticamente en crecimiento y desarrollo más rápidos, y éstos no disminuyen la desigualdad en forma espontánea, afirma el informe de la UNCTAD.
"Hay factores que superan el control de países africanos y otras naciones pobres, como el precio de los productos básicos", dijo Andrew Simms, de la organización humanitaria Christian Aid.
En 1994 y 1995, el comercio de mercancías creció tres o cuatro veces más rápido que la producción y no mejoró en 1996, una situación vinculada al debilitamiento de los precios de las materias primas este año, señaló el informe de la UNCTAD.
"Si Africa ha de ser independiente, entonces se necesitan estrategias que comprendan y acepten que los obstáculos que impiden su crecimiento, como las normas internacionales de comercio y la crisis de la deuda, necesitan una intervención que trascienda las fuerzas intangibles del mercado", añadió.
La semana pasada, el clérigo Konrad Raiser, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (WCC), advirtió que la globalización de los mercados económicos provoca graves perjuicios a los bienes de la comunidad, la sustentabilidad económica y la democracia.
La globalización se promueve como una "verdad indiscutida" por instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, declaró Raiser ante el comité central del WCC, en Ginebra.
No obstante, Raiser agregó que el movimiento ecuménico debe resistir la globalización como proyecto ideológico y político, pero no podrá excluirse con facilidad de la "dinámica histórica y las ambigüedades de la interdependencia mundial".
La UNCTAD mencionó la mejoría de la gobernabilidad en Africa, así como los precios sostenidos de las materias primas, condiciones climáticas favorables y la pacificación de varios conflictos internos del continente.
Sin embargo, el informe advirtió que la recuperación de Africa depende, además, de la la expansión de las exportaciones no tradicionales, que generará ingresos para financiar las importaciones necesarias para la inversión. (FIN/IPS/tra- en/raj/pc/dds/rj/aq-mj/dv/97