El Banco Mundial no renunciará a luchar contra la corrupción, que es el mayor obstáculo al desarrollo económico y a la inversión, aseguró James Wolfensohn, presidente de esa institución multilateral.
"Queremos dejar en claro a nuestros socios que será suspendido todo proyecto afectado de corrupción y que los responsables quedarán marcados", advirtió Wolfensohn en vísperas de la asamblea conjunta del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI), comenzada este lunes en Hong Kong.
Así mismo, "reduciremos nuestro apoyo a los gobiernos que no actúen contra la corrupción, aunque esta sea detectada fuera del ámbito de nuestros proyectos", anunció Sven Sandstrom, a cargo de la campaña anticorrupción lanzada hace un año por el Banco.
El Banco Mundial también presentará un informe sobre "Ayuda a los Países contra la Corrupción". Wolfensohn intenta lograr consenso en torno de ese documento.
La corrupción, definida como "el abuso de la función pública para beneficio privado", socava el desarrollo y el crecimiento económico, perjudica en gran medida a los pobres y compromete la eficacia de los programas de ayuda, afirman funcionarios del Banco.
De acuerdo con el informe, la sola sospecha de corrupción debilita la confianza pública en la ayuda para el desarrollo y aleja la inversión privada.
"Esto no es una cruzada puramente moral, sino que se debe a los efectos corrosivos de la corrupción en el desarrollo nacional y en los pobres", explicó Masood Ahmed, director de la red del Banco para la reducción de la pobreza, que produjo el informe.
Otros ya marcaron el camino. En mayo, la Comisión Europea propuso una política contra la corrupción, y Alemania ya agregó un claúsula contra el fenómeno en su ayuda extranjera.
La cláusula reclama la colaboración para impedir la corrupción en los proyectos de desarrollo. Bonn también se reserva el derecho de retener desembolsos de ayuda en caso de comprobar irregularidades.
El Banco Mundial rechazó hace algunos años la propuesta de la organización Transparencia Internacional, de Berlín, de subordinar su ayuda a medidas contra la corrupción. Pero en 1996 resolvió formalmente encarar el problema.
Mientras, el FMI condiciona sus préstamos a determinados países a "cambios en la administración de instituciones públicas y a la sustitución de individuos de áreas en las que se compruebe corrupción".
El FMI retiró este mes un préstamo de Kenia debido al "mal gobierno", el término que emplea para referirse a la corrupción.
Pero el Banco tendrá dificultades para presionar en igual medida a todos los estados. China e Indonesia figuran entre los países más corruptos de Asia, según Transparencia Internacional.
"Frente a esas naciones, el Banco y el FMI actuarán en forma gradual, intentando lograr la cooperación de los gobernantes", dijo Frank Vogl, de Transparencia Internacional.
Vogl cree que la campaña contra la corrupción del Banco Mundial se concentrará "en los países más pequeños". En el caso de China, la tarea podría realizarse sólo en sectores específicos, evitando afectar la sensibilidad china en materia de soberanía.
"El peligro es que al imponer otra condición a los créditos, el gobierno receptor recurra al sector privado, y a éste no le interesa la corrupción" cuando de otorgar préstamos se trata, advirtió Veena Siddharth, del la organización humanitaria británica Oxfam. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/aq-ff/dv/97