DESARME: Retiro de EEUU acelera aprobación de tratado antiminas

Estados Unidos desistió hoy de sus condicionamientos a un tratado contra las minas antipersonales, pero anunció que no firmará el texto que se aprobará este jueves en la capital de Noruega.

Washington no pudo obtener respaldo de otros países a las cláusulas que proponía, en especial la postergación de la aplicación del tratado en la frontera norte de Corea del Sur. El tratado, cuya redacción final tardará un día menos de lo previsto, se firmará en noviembre en Ottawa, Canadá.

Estados Unidos quedó así en la misma situación que China, India y Rusia, grandes fabricantes y usuarios de minas que se oponen de plano al proyecto de convención que prohíbe la producción, tráfico, almacenamiento y uso de estas armas.

De todos modos, los activistas contra las minas antipersonales se mostraron satisfechos con el retiro de Estados Unidos, pues postulaban un tratado "sin excepciones", tal como establece el borrador ya redactado.

Las naciones firmantes se comprometerán a no usar minas bajo ninguna circunstancia y, además, a destruir las que tienen almacenadas y cesar su tráfico.

Washington había propuesto cláusulas que habrían postergado la implementación del tratado en la frontera de Corea del Sur con su vecina del Norte hasta nueve años después de la ratificación, y propuso la exclusión de las minas antitanque programadas a las que se denomina "minas inteligentes".

Además, postuló el derecho a denunciar el tratado con seis meses de aviso.

Los representantes de Washington en Oslo trataron durante un día de receso en las negociaciones de obtener respaldo entre las restantes delegaciones para las cláusulas que propuso, pero no logró que ninguno de los 89 participantes plenos las aceptaran.

Otros 36 países participan como observadores en las negociaciones en Oslo.

"Este proceso se habría fortalecido si nuestras propuestas se hubieran incluido en el tratado. No lo votaremos porque no refleja de forma adecuada nuestras preocupaciones en materia de seguridad", dijo Eric Newsom, quien encabeza la delegación estadounidense.

"El presidente Bill Clinton intentó poner una pieza cuadrada en un hueco redondo en Oslo, pero eso no funcionó", dijo Jody Williams, coordinadora de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres, que nuclea un millar de organizaciones no gubernamentales en 60 países.

"Las delegaciones en la conferencia deben estar orgullosas de regalar al mundo un tratado que prohíbe el uso, producción, almacenamiento y transferencia de minas antipersonales", agregó Williams.

Existen unos 110 millones de minas instaladas en alrededor de 70 países en todo el mundo. Africa tiene, por sí sola, más de 50 millones sembradas en 18 países, según la organización humanitaria Handicap International.

La Cruz Roja Internacional estimó que las minas antipersonales matan o lesionan a más de 26.000 personas cada año, la mayoría mujeres, niños y niñas y granjeros.

La fabricación de cada una cuesta 30 dólares, pero desactivarlas insume entre 300 y 1.000 dólares. Un funcionario a cargo de la tarea resulta herido por cada 2.000 minas destruidas, o muerto cada 5.000.

Halle Jorn Hanssen, presidente de la no gubernamental Asistencia del Pueblo Noruego, pionera en materia de ayuda para la desactivación de minas, afirmó que el respaldo de Canadá había comenzado a tambalearse debido a la intensa presión de Estados Unidos.

Canadá había iniciado el proceso del tratado junto con Austria hace 11 meses.

"Una masiva cantidad de llamados telefónicos de políticos, organizaciones no gubernamentales y jefes de Estado revirtieron esa posibilidad. No sabíamos si Washington tendría éxito en sus gestiones. Hubo tensión hasta el final", dijo.

El retiro de Estados Unidos puso fin a casi un mes de debates sobre el borrador del tratado. John Egeland, secretario de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega y líder de la delegación del país europeo, dijo que este jueves se producirá la aprobación formal.

"Finalizaremos un día antes, con el mejor tratado posible", se ufanó Egeland, con sus pulgares apuntando hacia arriba. Los activistas, al conocer la novedad, prepararon carteles para convocar a una fiesta en el restaurante Justisen.

Existen dos tipos de minas antipersonales, las de explosión y las de fragmentación. Las primeras destruyen parte de las piernas. Estas heridas obligan por lo general a tratamientos contra las infecciones, así como amputaciones.

Las de fragmentación, que son detonadas tanto por presión como tras el arrastre de trampas de alambre, disparan proyectiles de metal o plástico a una altura que puede provocar heridas, pérdida de los brazos y muerte lenta o repentina.

Los países fabricantes de minas son Argentina, Belarús, Bosnia- Herzegovina, Bulgaria, Birmania, China, Corea del Norte y del Sur, Cuba, Egipto, España, Estados Unidos, Grecia, India, Irán, Iraq, Israel, Japón, Pakistán, Perú, República Checa, Rumania, Rusia, Serbia, Singapur, Taiwan, Tailandia, Turquía, Ucrania y Vietnam, según Human Rights Watch.

"Esta es una fecha histórica. Este tratado es lo más importante que haya sucedido desde que la Cuarta Convención de Ginebra otorgó protección a los civiles en zonas en guerra", dijo el presidente de la Cruz Roja Noruega, Sven Mollekleiv.

"Esta es la primera vez en la historia que se logra la prohibición de un arma de uso tan extensivo en tantos países. En nombre de las víctimas, desafiamos a Clinton y otros jefes de Estado que sigan esta clara señal de la comunidad mundial", agregó Mollekleiv en una declaración.

"Las minas antipersonales son un arma vergonzosa", agregó.

El portavoz del presidente de Estados Unidos, Mike McCurry, dijo este miércoles que el país norteamericano no firmará el acuerdo a pesar de que Clinton respalda una prohibición con excepciones.

Se prevé que, de todos modos, Washington extenderá sus programas de congelamiento de producción y venta de minas antipersonales.

Clinton ha afirmado que la prohibición de las minas es una de sus prioridades, en especial después de que 150 congresistas y el ex comandante de las fuerzas estadounidenses en la guerra del Golfo (1991), Norman Schwartzkopf, se pronunciaron en ese sentido. (FIN/IPS/tra-en/mh/rj/mj/ip/96

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