CUBA: Nuevas revelaciones sobre atentados terroristas

El gobierno de Cuba decidió poner otra carta sobre la mesa en el caso de los atentados contra seis instalaciones turísticas de esta capital, al presentar en la noche de este martes en televisión el testimonio del acusado.

El salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, detenido el día 4 tras colocar un artefacto explosivo en el restaurante La Bodeguita del Medio, reconoció los hechos que se le imputan.

"Me enviaron con los suficientes métodos modernos y para garantizar mi seguridad. Venía solo y me iría solo", dijo Cruz León, quien precisó que había recibido instrucciones en El Salvador para "crear pánico" en instalacionmes turísticas.

Observadores locales estiman que las autoridades cubanas parecen interesadas en demostrar la conexión del autor de los atentados con la derecha del exilio cubano residente en Miami.

El coronel Adalberto Rabeiro, de la dirección de contrainteligencia del Ministerio del Interior, aseguró que Cuba tiene elementos que "no dejan lugar a dudas" para atribuir la preparación de estos actos a la Fundación Nacional Cubano Americana, el grupo más poderoso del exilio en Estados Unidos.

Rabeiro, quien presentó el caso de Cruz León, adelantó que el acusado podría enfrentar sanciones severas por sus actividades delictivas en Cuba. El Código Penal cubano prevé desde 10 años de prisión hasta la pena de muerte por los actos de terrorismo y sabotaje.

La presentación televisiva de Cruz León coincidió con la circulación de trascendidos en La Habana según los cuales la Fiscalía pedirá la pena de muerte para otro ciudadano extranjero detenido en 1995 y acusado también de actividades terroristas.

Cruz León se declaró autor de los atentados contra los hoteles Capri y Nacional, el 12 de julio, y contra el Copacabana, el Chateau Miramar, el Tritón y el restaurante La Bodeguita del Medio el día 4.

Como hechos agravantes en su caso se presentan la muerte del empresario italiano Fabio Di Celmo y que decidiera colocar la bomba en el hotel Tritón, programada para que estallara en nueve minutos, pese a que vio a un grupo de niños muy cerca del lugar.

Rabeiro afirmó que la detención de Cruz León se efectuó unas cinco horas antes de que explotara el último artefacto, colocado en La Bodeguita del Medio, y que el acusado no alertó a las fuerzas de la seguridad.

Después, decidió colaborar con las investigaciones e, incluso, tuvo contacto telefónico con sus reclutadores, afirmó Rabeiro, quien agregó que esas pruebas no se presentarían para no obstaculizar la investigación en curso.

En su primer viaje a La Habana, Cruz León entró el explosivo del tipo C-4 escondido en sus zapatos y la segunda vez dentro de un televisor. En ambos casos el explosivo fue cubierto de un material aislante.

Los detonadores los escondió en unos marcadores de texto y las placas intefase en una radio-reloj. La programación se hacía en el lugar seleccionado con una minicalculadora preparada para hacer estallar la carga.

Cruz León entraba a Cuba como turista, se hospedaba en hoteles previamente seleccionados y llevaba la vida típica de todo visitante hasta el día antes de la acción, cuando se dedicaba a estudiar el terreno y preparar los explosivos.

Rabeiro afirmó que otros casos no reconocidos por el detenido, como la explosión del 4 de agosto en el hotel Meliá Cohiba en La Habana, fueron realizados de forma similar, con los mismos métodos operativos y los mismos materiales.

Las autoridades presentaron a la población los objetos confiscados a Cruz León, entre los que se encuentra una pequeña libreta que contiene el esquema del explosivo y una lista de más de 10 lugares en La Habana, entre ellos el famoso cabaret Tropicana. (FIN/IPS/da/ag/ip/97

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