CUBA: Gobierno expulsó a estadounidense acusado de espionaje

La ley Helms-Burton, que endurece las sanciones económicas de Estados Unidos contra Cuba, logró opacar pero no borró al parecer el llamado "carril dos" o "plan de tolerancia", también de Washington, que señala tácticas alternativas para promover cambios políticos en la isla.

Al menos, así se desprende de la publicación este viernes por el oficialista diario Granma del caso de un ciudadano estadounidense que fue detenido en la isla por entregar ayuda financiera y material a grupos de la no admitida oposición interna.

David Norman Dorn, que viajó a Cuba como turista, fue retenido el 15 de agosto y posteriormente reembarcado a su país por las autoridades de inmigración y extranjería cubanas, previo conocimiento de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, según Granma.

Director de Relaciones Internacionales de la American Federation of Teachers, Dorn habría viajado a La Habana a pedido de un ciudadano estadounidense de origen cubano, Frank Calzón, director de la organización no gubernamental Freedom House.

Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista, publicó fotocopias de un listado de instrucciones supuestamente entregado por Calzón a Dorn y de un recibo manuncrito que hace constar la entrega de 500 dólares por concepto de ayuda humanitaria a un grupo disidente cubano.

Esas instrucciones, o "indicaciones clandestinas para un emisario humanitario", incluyen no identificarse ni revelar el lugar de alojamiento, caminar en sentido contrario al tránsito, marcharse inmediatamente de toda casa donde hubiera más de tres adultos, y dejar con la palabra en la boca a quien pida armas, pues podría tratarse de un agente de la seguridad cubana.

"Dorn reconoció sus vínculos con Freedom House y que cumplía orientaciones concretas de Calzón", aseguró el diario oficial. Agregó que Dorn se entrevistó con el vicecónsul estadounidense en La Habana mientras estuvo retenido.

El "carril dos", que es visto entre las autoridades de la isla con más recelo que cualquier sanción económica, pretende contribuir a la caída del comunismo en Cuba mediante la flexibilización de los contacto privados.

Previsto en la ley estadounidense "para la democracia cubana", de 1992, más conocida como ley Torricelli, el carril dos fue retomado el 13 de octubre de 1995 por el presidente Bill Clinton.

El paquete de medidas anunciado por Clinton hace casi dos años amplió las posibilidades de viajar a Cuba desde Estados Unidos por razones de intercambio cultural, profesional, religioso o de derechos humanos.

Además, destinó un fondo de ayuda financiera y tecnológica a organizaciones no gubernamentales cubanas que promuevan la democracia y el respeto a los derechos humanos como alternativa al sistema de gobierno vigente en la isla.

Granma recordó que el anuncio de Clinton incluyó una "ayuda generosa de medio millón de dólares para la destrucción de la Revolución cubana, precisamente a través de la Freedom House".

De acuerdo con el diario, además de ponerse en contacto con la oposición cubana, Dorn debía cumplir "un grupo de requerimientos informativos, propios del espionaje y coincidentes con intereses detectados a oficiales de los servicios especiales" de Estados Unidos.

La supuesta "encomienda" exigía testimonio gráfico de los alrededores de objetivos económicos importantes de La Habana y Santiago de Cuba, las dos principales ciudades de la isla, y de Moa, municipio productor de níquel situado a 770 kilómetros de la capital.

Ese hecho demuestra "la concertación entre esta supuesta organización independiente de derechos humanos (Freedom House) con la comunidad de inteligencia estadounidense", subrayó Granma.

El diario oficial agregó que tras Freedom House "se esconde un aparato de subversión más cercano a un servicio de inteligencia y de guerra sucia que a una organización no gubernamental humanitaria".

Las autoridades cubanas afirman que en los dos últimos años han detectado "decenas de operaciones similares" a cargo de "emisarios" de esa fundación. Pero Freedom House evita por lo general la utilización de ciudadanos estadounidenses, para no impicar a Washington en estas acciones.

La versión oficial indica que, al servirse de Dorn, Freedom House pretendía enrarecer aún más las relaciones entre La Habana y Washington y provocar un escándalo internacional en caso de que fuera detenido y encarcelado por Cuba.

La revelación sucedió a la información del Ministerio del Interior de la detención de un ciudadano salvadoreño que se declaró culpable de atentados contra instalaciones turísticas en La Habana.

Cuba acusó al gobierno de Estados Unidos de "tolerar" la organización en su territorio de más de 30 planes terroristas contra la isla en los últimos tres años. (FIN/IPS/da/ff/ip/97

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