Estados Unidos es la mayor fuente de ayuda humanitaria a Cuba, pese al embargo que mantiene desde hace 36 años sobre el país caribeño, aseguraron representantes oficiales y de organizaciones independientes reunidas en esta ciudad.
En los últimos cinco anos, las autoridades estadounidenses aprobaron el envío de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad a la población cubana por un valor de 227 millones de dólares, según la oficina de asuntos cubanos del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Así lo dio a conocer el jefe de esa dependencia, Michael Rannemberger, en un informe presentado en el seminario "Salud y nutrición en Cuba: Efectos del embargo norteamericano", organizado por el Comité Cubano por la Democracia con auspicio del Centro Internacional Olof Palme, con sede en Estocolmo.
"Esa cifra no incluye los millones de dólares en remesas de dinero y suministros enviados por exiliados cubanos y otros residentes de Estados Unidos, lo cual constituye el principal canal de abastecimiento con que cuenta la población de la isla", puntualiza el documento.
Rannemberger responsabilizó al gobierno de Fidel Castro por las reatricciones ideológicas que frenan el desarrollo de la economía, afectando igualmente al sector de la salud.
"El impacto del embargo norteamericano en la isla debe ser visto a la luz de estas realidades, de las cuales el único responsable es el gobierno cubano», indicó.
Pero los expertos reunidos en este encuentro coincidieron en destacar que la historia y la realidad actual demuestran la falta de efectividad de un embargo diseñado bajo la óptica de la guerra fría, que lejos de promover un cambio político se ha constituido en un factor de hambre y deterioro sanitario del pueblo cubano.
"La gente de Cuba siente que las leyes impuestas por Washington no son más que fórmulas de agresión hacia ellos", expresó el médico Rafael Sánchez, presidente del Partido Demócrata Cristiano de Cuba, en el exilio, quien reside en Miami.
El embargo estadounidense contra Cuba fue declarado en 1961, dos años depués del triunfo de la revolución. En sus inicios tuvo un efecto limitado debido a la fuerte asistencia de la extinta Unión Soviética y la implementacion de estrictas políticas de distribución equitativa.
En las siguientes tres decadas, entre 70 y 90 por ciento del comercio exterior cubano se realizaba con el antiguo bloque soviético y tanto la salud como otras áreas mostraron fuertes mejorías, llegado a destacarse en el conjunto de los países de America Latina.
Pero la disolución de la Unión Soviética en 1989 marcó el inicio del deterioro de la economía cubana y en 1992, el embargo estadounidense se vio reforzado con la aprobación de la Ley para la Democracia Cubana, que prohibe la exportación de alimentos y medicinas desde Estados Unidos.
Bajo esa ley, los barcos extranjeros que hayan tocado puertos cubanos no pueden atracar en muelles estadounidenses durante los seis meses posteriores, aun cuando la carga trasladada haya sido ayuda humanitaria.
La presión ha sido aplicada a tal punto que muchos países han cedido a la reducción o eliminación de su comercio con La Habana.
En forma paralela, el gobierno cubano ha aplicado impuestos de 240 por ciento a los alimentos importados y de 218 por ciento a las medicinas traídas desde el exterior, según Eloy Gutiérrez Menoyo, presidente de Cambio Cubano, una organización opositora calificada como moderada por los grupos del exilio cubano.
A esa restricción se añadió la llamada Ley Helms-Burton, aprobada en marzo de 1996, que sanciona a compañías extranjeras que comercien con Cuba. Ambas han sido consideradas violatorias de las leyes internacionales por la Organización de Estados Americanos.
Según Gutiérrez Menoyo, el endurecimiento del embargo acabó con la volutad de cambio que comenzó a manifestarse en Cuba hace dos años, con la dolarización de la economía, la progresiva apertura a la inversión extranjera y un incipiente surgimiento de pequeñas empresas privadas con control estatal.
"Pero todo retrocedió con la Helms-Burton porque es imposible explicar la apertura de Estados Unidos a Vietnam, donde murieron 50.000 jóvenes norteamericanos, en contraste con el continuo aislamiento de Washington hacia La Habana", dijo el dirigente opositor cubano.
En el seminario se analizó también el informe publicado en marzo pasado por la Asociación Americana de Salud Mundial, en el que se indica que el embargo contra Cuba ha tenido efectos devastadores especialmente entre niños ancianos, así como en el tratamiento de personas con enfermedades crónicas.
Un estudio publicado en enero por el American Journal of Public Health señala que aunque el sistema de salud cubano ha logrado mantener cubiertos a los niños y a las mujeres, la mortalidad de ancianos mayores de 65 anos se incrementó desde 1994.
Sin embargo, "los bienes suministrados no logran cubrir las necesidades de toda la población y los enfrenta al riesgo sanitario constante", agrega el estudio en referencia a las epidemias de neuritis óptica, tuberculosis, neumonía e influenza.
Ambos estudios coinciden en afirmar que mediante el bloqueo a la venta de medicinas de terceros países y la prohibición de su compra a empresas de Estados Unidos, el embargo ha contribuido al deterioro del sistema de salud de Cuba y provocado el incremento de las tasas de morbilidad y mortalidad. (FIN/IPS/lhr/ag/ip-hd/97