Cuba irá a la guerra comercial si la empresa estadounidense General Cigars Corporation cumple su anuncio de lanzar al mercado puros con el nombre Cohiba, una famosa marca de habanos cubanos.
Cuba presentó su demanda en enero de este año ante la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos y podría iniciar nuevas acciones legales si el caso no fuera resuelto a su favor en esa primera instancia.
Según Ana López García, directora de marketing de Habanos S.A., la empresa distribuidora de Cohibas, es "desconcertante" que una firma "que se dice seria" intente beneficiarse de la imposibilidad de Cuba de colocar puros en el mercado de Estados Unidos, determinada por el bloqueo de Washington a la isla.
General Cigars Corporation, de Nueva York, anunció el lanzamiento de los nuevos puros el próximo miércoles en un hotel de Miami Beach.
El registro del nombre Cohiba en la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos data de 1982 y fue hecho por la empresa estadounidense Cultbro Corporation, que después lo cedió a General Cigars.
A su vez, esta última empresa registró otra marca comercial Cohiba, pero con la palabra escrita en letras cursivas.
La controversia tiene su más importante antecedente en la guerra comercial entre la firma ginebrina Davidoff et Cie y la empresa estatal Cubatabaco por la marca Davidoff, que estalló en 1989 y duró más de un año.
El pleito, llamado por algunos "el juicio del siglo en artículos de lujo", llegó a los tribunales británicos y a otros 39 países y terminó con un acuerdo "amigable", que cedió los derechos de la marca Davidoff a la casa suiza.
Las partes acordaron que no habría en adelante ningún cigarro Davidoff fabricado en Cuba o con tabaco cubano, y que los Habanos Davidoff sólo estarían disponibles hasta el agotamiento de las reservas existentes en ese momento y a más tardar hasta finales de 1992.
Pero una solución de ese tipo no puede esperarse en el caso de la marca comercial Cohiba.
Esos habanos, los mejor cotizados de todos los que se producen en la isla, surgieron en 1966 por iniciativa del presidente Fidel Castro y fueron popularizados por el mismo mandatario, que además de fumarlos los regalaba a título personal.
Los Cohiba entraron al mercado sólo en 1982. Pasados quince años, una caja con 90 puros y la firma de Castro fue rematada en 130.000 dólares en una fiesta en La Habana por el 30 aniversario de la marca.
De acuerdo con la dirección de asuntos jurídicos de Habanos S.A., Cuba reclamó en enero abrir un proceso de cancelación de la marca en poder de General Cigars por tratarse de una denominación notoria de habanos, creada después del triunfo de la Revolución de 1959 y difundida por Castro.
Las autoridades cubanas aseguran que la aparición de puros con la marca Cohiba en la vitola y elaborados fuera de Cuba atentaría contra el prestigio de los famosos habanos, pero no engañaría a los conocedores.
"Cohiba no hecho en Cuba no es Cohiba", dicen los expertos y la sentencia es válida para todas las marcas de habanos, que deben su calidad al suelo y el clima de la isla, a la cultura tradicional de cosecha y secado, y a la elaboración a mano.
Los Cohiba son elaborados con el tabaco que cultiva Alejandro Robaina, un campesino privado que vende toda su cosecha al Estado, y que posee las mejores tierras de la zona de Vuelta Abajo, a unos 200 kilómetros de La Habana, donde crece la hoja de más calidad de Cuba.
La producción que presentará General Cigars carece "de los componentes fundamentales que hacen famoso a los Cohiba: la capa, el capote y la tripa de tabaco cubanos", advirtió López García.
La representante de Habanos S.A. agregó que, según la empresa estadounidense, los cigarros a distribuirse en Estados Unidos son elaborados con hojas dominicanas, semilla cubana, tabaco indonesio y envolturas de Camerún.
"Es indudable que ese producto no podrá engañar al experto conocedor del sabor del habano y, como otros tantos imitadores de nuestro producto, su destino final será el fracaso", opinó López García.
Las cajas de puros habanos que se cotizan en cientos de dólares en cualquier lugar del mundo alcanzan su precio más alto en Nueva York, donde llegan a pagarse hasta 700 dólares, a consecuencia de la prohibición de Washington de su importación.
La afición por los puros cubanos parece crecer entre los estadounidenses. El Servicio de Aduanas de ese país confiscó el pasado año cajas de puros cubanos por un monto record de 1,1 millón de dólares. (FIN/IPS/da/ff/if/97