COMUNIDAD ANDINA: El poder es la nueva meta de la mujer

La participación en el poder es la nueva batalla colectiva de la mujer andina, que siente que sólo con una mayor equidad en su presencia en los puestos de decisión podrá propiciar el tan esquivo equilibrio de géneros.

Líderes femeninas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela coincidieron, durante un encuentro este mes en Caracas, en que el intrumento más a la mano para acceder al poder es el de las cuotas en los partidos para las elecciones legislativas.

"Contra viento y marea y a todo dar las mujeres debemos defender las cuotas, como una medida positiva, impulsada a nivel mundial para romper el techo de cristal que nos impone el sistema patriarcal", dijo la venezolana Evangelina García Prince.

En los cinco países está abierto el debate sobre la aprobación de cuotas para la mujer de entre 25 y 40 por ciento, en las listas de los partidos para las contiendas electorales.

Los más avanzados son Perú, donde la norma ya fue aprobada y está a la espera de su promulgación, y Venezuela, donde ya fue aprobada en la Cámara de Diputados, como parte de una reforma electoral, y cuya discusión en el Senado se ha visto entorpecida por otros aspectos del proyecto.

Pero García Prince y otras dirigentes andinas dijeron a IPS que el sistema de cuotas de poco sirve si no coloca a las mujeres en puestos con posibilidades de ser elegidas y si las seleccionadas no son representativas del movimiento que impulsa el cambio del modelo patriarcal por otro igualitario.

"No puede ser que los puestos obligantes por las cuotas vayan a mujeres que actúen como peones del ajedrez político de los hombres", acotó la dirigente socialdemócrata venezolana, que ha realizado talleres en países latinoamericanos y España para potenciar el liderazgo de mujeres que ya ocupan cargos públicos.

"Las mujeres no conocemos el 'software' político" y deben aprender los procedimientos y programas para lograr éxito en ese mundo, tener capacidad propositiva y conocer los instrumentos para promover los cambios y ser sistématicas, añadió.

Luz Salgado, promotora del proyecto y presidenta de la Comisión Parlamentaria de la Mujer en Perú, explicó que se aprobó el 25 por ciento de presencia femenina en las listas electorales de los partidos para los cargos electivos, con exclusión de la fórmula presidencial.

Consideró que el porcentaje es suficiente para abrir la puerta y que el puesto en que se coloque a las mujeres no tiene importancia, porque se trata de listas abiertas, en las que el elector señala el nombre de su preferencia.

María Guzmán, presidenta del Consejo Nacional de la Mujer de Venezuela, se mostró menos conforme con lo concedido por la contundente mayoría masculina en el parlamento, ya que aunque la cuota es de 30 por ciento, sólo se limita a las listas cerradas y no obliga a colocar a las mujeres en puestos con opción real.

En Venezuela, la mitad de la Cámara de Diputados es elegida por listas nominales y la otra mitad en listas cerradas de los partidos, que son en las que deberían incluirse obligatoriamente a las mujeres. Pero no se sumó una fórmula que evite que las mujeres ocupen los últimos puestos.

La boliviana Jimena Rojas dijo, en otro pensamiento común entre las líderes andinas, que lo que se pretende es la conquista de una plena ciudadanía, lo que comienza por la presencia en los cargos públicos, con poder para promover un sistema paritario, respetuoso de las diferencias entre los géneros.

Rojas, quien coordinó la Secretaria de la Mujer hasta la llegada en agosto del nuevo gobierno, indicó que en su país el tema está aún en su fase de discusión previa, pero la potenciación de la mujer en la esfera pública facilita que las cuotas sean pronto una realidad, pese a "los cavernícolas".

La colombiana Olga Sánchez, directora nacional de Equidad para la Mujer, planteó una preocupación común: "más importante que tener acceso es ahondar en el para qué la mujer llega al poder".

"No es suficiente que estemos en centros de poder, si lo estamos en relación de subordinación", subrayó, para indicar que "las mujeres deben acceder al poder con el objetivo de redifinir las instancias de decisión y el modelo de sociedad".

En Colombia se discute que la cuota sea de entre 30 y 40 por ciento de las listas a cargos electivos y se dará una alternancia de hombres y mujeres en los puestos para favorecer la equidad, explicó la directora de las Casas de la Mujer, Norma Enríquez.

Enríquez comentó que el movimiento femenino decidió por largo tiempo mantenerse alejado de las instancias de poder, pero ahora ha entendido que sólo estando dentro puede "promover una mayor equidad y representatividad de la mujer".

Pero subrayó que "hay mujeres que tienen cuerpo de mujer pero no mentalidad de mujer" y que el movimiento que busca acceder al poder debe promover a mujeres representativas y propositivas, que impulsen los proyectos en favor del equilibrio de género.

La ecuatoriana Elsa de la Torre dijo que en su país aún no se está discutiendo sobre cuotas, pero que el movimiento de la mujer tiene claro que una ley de equidad en ese sentido es un instrumento indispensable para consolidar el liderazgo femenino.

La peruana Casado dijo que la sociedad será la beneficiada si se acorta la brecha entre hombres y mujeres en los cargos de poder, y añadió que la mujer está comprometida en cambiar el modelo de democracia por uno de mayor transparencia y ética.

La mujer tiene doblemente enraizado el instinto de conservación, por ella y por dadora de vida, afirmó, y una perspectiva menos personal y más humanitaria y solidaria de su actividad pública.

Todas las entrevistadas coincidieron también en que más allá de las ideologías, las mujeres que lleguen gracias a las cuotas deberían tener plataformas comunes en lo que respecta a la promoción del equilibrio de género y los proyectos concretos para que su país avance en ese sentido.

Eso evitaría casos como el de Argentina, vanguardia en la figura de las cuotas para aumentar la presencia de la mujer en el poder, donde un grupo notable de las que llegaron por ese sistema al parlamento tenían un pensamiento muy conservador y más bien obstaculizaron los proyectos en favor de sus congéneres.

García Prince, quien ha tenido cargo equivalente a ministra de la mujer en Venezuela y funciones sobre género en la Organización de las Naciones Unidas, planteó que las cuotas no pueden negador de valores individuales de las mujeres como líderes, "ni pueden desviarse a que una mujer sea intercambiable por otra.

La dirigente venezolana insistió en que las mujeres, además de ser representativas "deben estar comprometidas con intereses de género", mientras recordó que el "anillo del poder masculino" impulsa a lo que llaman "mujeres no conflictivas" y rechazan a las que tienen criterio propio y luchan por cambios.

Como ejemplo del subconsciente a modificar, mencionó que en sus talleres muchas mujeres "se paran en una tarima con el micrófono a la altura de los genitales, como si fuera un falo, en lugar de un instrumento para potenciarse como mujer política".

"Hay que construir un nuevo paradigma de poder no conflictivo, donde la jerarquía se base en un sentido de organización y no de dominación", concluyó García Prince. (FIN/IPS/eg/ag/ip-pr/97

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