La corrupción no apareció en Colombia con el gobierno de Ernesto Samper, pero ahora se ha extendido a los más altos niveles, donde resulta más difícil de controlar.
El contralor David Turbay manifestó que en 1995 y 1996 el despacho a su cargo ha identificado pérdidas fiscales por esta vía cercanas a 368 millones de dólares, en casos en los que estarían implicados 2.520 funcionarios y ex empleados públicos de todos los niveles.
Entre las modalidades de corrupción señaladas por el funcionario se encuentran el "tráfico de influencias, abusos de poder, preferencia de intereses de grupo y sobornos".
Transparencia Internacional, un organismo que estudia el fenómeno de la corrupción en 52 países, presentó a Colombia como la tercera nación más corrupta del mundo después de Nigeria y Bolivia.
"Lo cierto es que la Corrupción se ha venido incrementando y ha cambiado de estatus", dijo Turbay al referirse al caso de la asignación de frecuencias de radio a amigos del presidente Samper, que provocó la renuncia en agosto de los ministros Saulo Arboleda, de Comunicaciones, y Rodrigo Villamizar, de Energía.
El informe de la Contraloría indica que mientras en 1996 se conocieron sanciones contra 3.833 funcionarios o ex funcionarios, en el primer trimestre de 1997 la cifra llegaba a 1.578, casi la mitad del total del año pasado.
Los tipos de comportamiento sancionados fueron en su mayoría por "faltas contra la moral y la eficiencia, indebido ejercicio de funciones públicas, faltas contra la dignidad y el decoro del cargo y violación de los derechos humanos".
El caso de los ministros, que renunciaron tras conocerse en agosto una conversación en la que se referían a cómo se adjudicarían frecuencias de radio entre amigos del presidente, "es el más burdo síntoma de la manera como este gobierno ha manejado el erario público", dijo el ex vicefiscal Adolfo Salamanca.
Salamanca aseguró que el gobierno ha tenido que utilizar el presupuesto público para el pago de favores y manifestó su preocupación por el hecho de que si bien la corrupción puede ser erradicada en los niveles bajos y medios, es mucho más difícil de controlar cuando llega a los altos dirigentes políticos.
Un estudio de la Universidad de los Andes sostiene también que en el actual gobierno se está "maquillando" el presupuesto de gastos e inversión.
Los investigadores de la Universidad de Los Andes, que han hecho una clasificación de 15 sectores que van de ministerios a institutos descentralizados (que manejan recursos financieros propios), indican que no hay organismo que no esté afectado por los problemas de corrupción.
Presupuestos y compra de equipos sobrevalorados, remodelación de oficinas con sobro precio, contratos de diversa índole y testaferrato, son algunas de las modalidades de corrupción empleadas por funcionarios para obtener dinero extra, según uno de los investigadores, que pidió no ser identificado..
Pero la corrupción no sólo preocupa a los organismos de control, ya que el empresariado también ve los riesgos que afectan a sus propios negocios.
El presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), Luis Carlos Villegas, el tercer puesto en que fue clasificada Colombia entre los países más corruptos del mundo afecta la llegada de potenciales inversores.
Villegas considera preocupantes las advertencias del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que han incorporado el análisis de la corrupción en los países para el otorgamiento de créditos.
Ya existe un precedente de estos organismos multilaterales de crédito, que a principios de agosto negaron a Kenia un préstamo por 300 millones de dólares, porque consideraron que su gobierno no estaba haciendo lo suficiente para frenar la corrupción en los altos niveles del Estado. (FIN/IPS/yf/ag/ip/97
