Dos comunidades indígenas fueron blanco las últimas dos semanas del conflicto armado que se vive en Colombia, con la muerte de nueve personas por presuntos guerrilleros y el bombardeo de otras 200 por el ejército, denunció hoy la Defensoría del Pueblo.
La Defensoría, que cumple funciones de ombudsman, indicó que los nueve indígenas asesinados pertenecían a la comunidad koreguaje, del resguardo de San Luis, en el sureño departamento de Caquetá, atacada por presuntos insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El defensor del pueblo, José Castro, afirmó que este hecho, ocurrido el pasado miércoles, "es una expresión de la intolerancia y la irracionalidad fundamentada en el criterio equivocado" de señalar a los miembros del pueblo indígena "como auxiliadores de las diferentes fuerzas en conflicto".
Según la Defensoría, las FARC habían anunciado en un comunicado su intención de dar muerte a 65 mienbros de la comunidad Koreguaje a los que señalaban como colaboradores del ejército.
Otros 13 indígenas Koreguajes, de los resguardos de San Luis y Aguas Negras, también del Caquetá, fueron asesinados por otro presunto comando de las FARC en agosto.
"Este etnocidio afecta la aspiración del derecho a la paz" manifestado "en múltiples foros y escenarios por la mayoría de la sociedad civil colombiana", dijo Castro a IPS.
Según la defensoría, el resguardo indígena de San Luis se encuentra en peligro de extinción a causa de la ola de violencia que ha diezmado a su población. Sólo sobreviven dos hombres adultos, uno de 60 años y otro de 20, y 19 mujeres, cada una con cuatro o cinco niños.
El funcionario pidió a las FARC respetar las normas del Derecho Internacional Humanitario, que obligan a las partes en conflicto a salvaguardar la vida de la población civil y a preservar la neutralidad de la población indígena.
Así mismo, la defensoría denunció el bombardeo de las Fuerzas Armadas el día 5 contra la comunidad indígena pijao, del resguardo de Yaguaram, localizado en parte de los departamentos de Guaviare y Caquetá, en un operativo dirigido contra las FARC.
Blanca Echeverry, defensora delegada para los indígenas y las minorías étnicas, afirmó que cinco helicópteros y un avión de las Fuerzas Armadas bombardearon el resguardo durante 24 horas seguidas.
"Como en una escena de la guerra de Vietnan, las bombas cayeron y destruyeron sus casas, cultivos y animales", afirmó Echeverry.
Según la Defensoría, el operativo puso en peligro la vida de 220 indígenas que salvaron sus vidas debido a que ocurrió durante el día y pudieron escapar de las bombas en la selva.
La defensoría denunció que la fuerza pública pretendió utilizar a los niños como informantes sobre el movimiento de los insurgentes y tras el bombardeo el resguardo quedó totalmente incomunicado porque el ejército se llevó el único radioteléfono de la comunidad.
Echeverry indicó que su despacho insistirá para que se determinen responsabilidades individuales en este ataque militar y que los responsables sean castigados.
Los combates que libra el ejército contra las FARC y que afectaron el resguardo de Yaguará dejaron este sábado un saldo provisional de dos soldados heridos y un guerrillero capturado.
Según una fuente del ejército, en esta región, conocida como los Llanos del Yari, se llevó a cabo recientemente una cumbre de 26 frentes de esa organización guerrillera y es sede de la cúpula insurgente.
Este sábado, las FARC divulgaron un comunicado en el que señalan que mientras continúen los ataques en los Llanos del Yari esa organización no se pronunciará sobre el llamado que le formuló el pasado martes el presidente Ernesto Samper para analizar la posibilidad de una negociación de paz.
Las FARC indicaron que es al gobierno al que le corresponde crear un "medio ambiente propicio" para los primeros acercamientos.
Según la más antigua organización guerrillera activa de America Latina, la propuesta de Samper no es acorde con la ofensiva militar y constituye "un acto más de demagogia".
No obstante, el consejero presidencial de paz, Daniel García- Peña, afirmó al referirse al comunicado de las FARC que "hay que construir la paz en medio de la guerra".
En opinión de García-Peña tanto el ejercito como la guerrilla "deben poner su cuota para crear un clima de acercamiento", ya que "la guerra tiende a crecer y hay que detenerla". (FIN/IPS/yf/dg/ip/97