Un ambiente adverso recibirá este miércoles al presidente de Colombia, Ernesto Samper, en Estados Unidos, tras las limitaciones puestas por el Senado a un proyecto de ley que implanta nuevamente la extradición.
El mandatario colombiano llegará a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU con un permiso especial. En julio de 1996 el gobierno norteamericano le retiró la visa de ingreso, como consecuencia de la evaluación negativa del comportamiento de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico.
"El momento es crítico para la imagen del país debido al malestar que hay en el gobierno de Estados Unidos" por el revés que tuvo en el Senado (cámara alta) el proyecto de ley que revive la extradición de colombianos, dijo a IPS el analista Luis Valencia, de la universidad de Los Andes.
Según Valencia, después de la evaluación negativa que sufrió por segunda vez Colombia en su lucha antidrogas en marzo, Samper había logrado avances significativos que fueron reconocidos por Washington. Pero "el reciente paso dado por el Senado volvió a afectar las relaciones bilaterales".
La decisión del Senado del día 17, de aprobar el proyecto de ley que vuelve a poner en vigencia la extradición pero sin retroactividad, fue considerada por el embajador de Estados Unidos en Colombia, Myles Frechette, como un retroceso en la lucha antidrogas que libra este país sudamericano.
Frechette había reconocido como logros que mostraban el "compromiso colombiano para combatir el tráfico de drogas" la destrucción de cultivos ilícitos, el fortalecimiento del sistema carcelario y las leyes de extinción de dominio de los bienes y de aumento de penas para los narcotraficantes.
Este lunes, la ministra de Relaciones Exteriores, María Ema Mejía, afirmó a radioemisoras colombianas desde Nueva York que el tema de la extradición podría "generar algún tipo de tensión en Estados Unidos".
Pero la funcionaria confió en que Washington comprenda "que el Congreso es autónomo en sus decisiones" y que todavía faltan dos debates "para sacar adelante la extradición sin limitaciones".
Para la aprobación definitiva, el proyecto debe superar todavía dos etapas de discusión en la Cámara de Diputados. Washington espera que la extradición de colombianos hacia cualquier país sea aprobada con vigencia retroactiva.
En su intervención del jueves ante la ONU, Samper se referirá al tema del narcotráfico, y hará énfasis en otras medidas que se han tomado, como el aumento de penas, la incautación de los bienes de los jefes de los grupos de narcotraficantes y la erradicación de cultivos ilicitos.
Asimismo, el mandatario expondrá su punto de vista sobre temas como el veto y las reformas al Consejo de Seguridad de la ONU, y el armamentismo. Previamente, Samper asistirá a una reunión del Movimiento de Países No Alineados (NOAL) que actualmente preside.
Una fuente de la cancillería indicó que el gobierno aprovechará la asamblea de la ONU para lanzar una ofensiva diplomática de apoyo a la pacificación del país.
Para apoyar la ofensiva viajaron este martes a Nueva York los comisionados presidenciales encargados de establecer contactos con la guerrilla, Daniel García-Peña y José Noé Ríos.
Mejía y los comisionados presidenciales harán ante la comunidad internacional una presentación de la propuesta de paz que el gobierno planteó a la guerrilla el pasado 9 de septiembre y buscarán que los gobiernos consultados se comprometan a apoyarla.
La ofensiva complementaría las consultas que la cancillería ha venido realizando en las últimas semanas con diplomáticos de Alemania, Suiza, Noruega, Costa Rica, México, Venezuela, Guatemala, Francia y España para lograr su apoyo en caso de que la propuesta de paz tenga acogida por parte de la guerrilla.
El Parlamento Europeo sugirió por su parte la semana pasada a la guerrilla y al gobierno iniciar "inmediatamente el diálogo" para "conseguir una paz estable y duradera".
Según Samper, su gobierno está dispuesto a facilitar las condiciones para un diálogo.
Pero según el ex-asesor de paz del mandatario, Alfredo Rangel, el diálogo es poco viable.
En opinión de Rangel, la guerrilla está centrando su proyecto político y militar en el sabotaje a las elecciones locales del 26 de agosto y es "absolutamente descartable que vaya a parar su ofensiva" para iniciar un diálogo con un gobierno débil que está de salida.
La guerrilla anunció que saboteará las elecciones de agosto en las que se escogerán alcaldes, gobernadores, diputados y concejales.
En estas condiciones, algunos analistas consideran poco probable la participación de países que han señalado claramente al gobierno que sólo servirán como facilitadores en la medida en que haya una respuesta afirmativa de la guerrilla sobre la propuesta del gobierno. (FIN/IPS/yf/jc/ip/97)