CIUDADES DEL MERCOSUR/ ARGENTINA: Un instrumento para las mujeres en el poder

Hace medio siglo, las argentinas obtuvieron su derecho al voto y en 1991 conquistaron una ley de cuotas para el Congreso. Ahora se lanzaron a un nuevo desafío: un Banco de Datos de Mujeres en Política.

Con este proyecto pretenden desterrar el prejuicio de que "no hay mujeres capacitadas" para esa actividad.

"Nuestro objetivo es que en las elecciones presidenciales de 1999, ningún partido político de Argentina pueda decir que no tiene mujeres capacitadas para integrar las listas", dijo a IPS Zita Montes de Oca, presidenta de la Fundación Mujeres en Igualdad.

El Banco de Datos, organizado por la Fundación, apunta a reunir información sobre mujeres que trabajan calladamente en política, sobre sus cualidades de liderazgo y su formación. Son mujeres que no logran traspasar "el techo de cristal" en sus propios partidos.

La lista representa un paso más en la búsqueda de la igualdad de oportunidades en política que comenzó en Argentina en 1947, cuando Eva Perón impulsó la sanción de una ley que les permitiera votar. Hasta ese momento, el sufragio "universal" no incluía a mujeres.

A partir de entonces, las mujeres votaban pero no tenían representación parlamentaria proporcional a su trabajo de base en los partidos.

Como ocurre también con las organizaciones sindicales, los partidos políticos reservan los cargos en la cúpula a los hombres, con escasas excepciones que no hacen más que confirmar la regla.

Por eso, en 1991 se aprobó una ley de cuotas que fija un cupo obligatorio de mujeres en los primeros lugares de las listas, para garantizar que al menos un tercio de ellas formen parte activa en la elaboración de las leyes.

Así, en cuatro años la Cámara de Diputados aumentó el número de mujeres de 13 a 73, sobre un total de 257 miembros. En el Senado, donde no se aplica la ley, son sólo cuatro sobre 72.

Pero aún con la ley de cuotas, las mujeres deben pelear ante cada elección las mujeres e inclusive apelar a la justicia para que sus compañeros de partido respeten el cupo.

La ley tampoco fue un trampolín para que muchas de ellas alcanzaran cargos más relevantes dentro del Congreso.

Muchos hombres que trabajan en política consideran que el problema es que las mujeres no están lo suficientemente capacitadas y por eso intentan ocupar con varones los sitios que les corresponden por ley.

La falta de capacitación es considerado un prejuicio. Las últimas estadísticas sobre graduación universitaria indican que egresan más mujeres que hombres, inclusive en Derecho, la carrera de donde se salta tradicionalmente a la política en Argentina.

Por eso, las impulsoras del nuevo proyecto creen que si hay una base de datos que sirva de vehículo pluripartidario para que las mujeres lleguen sin trabas a los cargos políticos, los hombres no podrán seguir argumentando que el problema es que "no hay mujeres capacitadas".

"Si un político de Famaillá (una localidad del norte argentino) dice que no hay mujeres en las listas porque ninguna trabaja en ese municipio, nosotras podremos corroborar si efectivamente no hay ninguna o si lo que hay es discriminación", explicó Montes de Oca.

El Banco de Datos, que se realiza con apoyo intelectual y financiero del Partido Demócrata de Estados Unidos, comenzó a recopilar información el día 5 y culminará el 28 de febrero próximo. Durante ese período, las mujeres de todo el país interesadas en política deberán llenar un formulario.

Para difundir la información y convocar a las interesadas, la Fundación contactó a organismos no gubernamentales y universidades de todo el país, de manera que no quede provincia sin relevar.

Además de los datos curriculares básicos, y de algunas otras consultas sobre su actividad política, las postulantes deben responder para qué áreas de la actividad se consideran más capacitadas, en qué proyectos participaron y si tienen publicaciones propias sobre el tema fuerte.

También deben definir sus cualidades: si tienen buena oratoria, buena redacción, capacidad gerencial, condiciones para la administración, manejo de grupos, relaciones públicas o comunicaciones, y sobre todo cuál es el cargo al que aspiran.

"¿Usted quiere ser presidenta, vicepresidenta, senadora, diputada, gobernadora, vicegobernadora, secretaria…?". Los cargos en los que se postula la mujer pueden ser nacionales, provinciales o comunales, y tanto legislativo como ejecutivo o de asesora.

Un capítulo especial del cuestionario está dedicado a conocer la conciencia de género de las mujeres interesadas en política.

Dice el formulario: "¿Al tomar una decisión, le otorga más importancia a la lealtad partidaria, a la identidad de género, a la propia conciencia, a lo que dicen las encuestas o a su proyecto político personal?".

Pero para estar en el banco, no basta con responder el formulario. Una vez que sean respondidos, un Consejo Asesor decidirá quién ingresará al banco de datos y quién no, con un sesgo de género.

El Consejo estará integrado por tres legisladoras de cada partido, dos dirigentes de organismos no gubernamentales de mujeres del interior, tres de la capital, tres de universidades con estudios de género y tres periodistas especializadas en género", remarcó Montes de Oca.

La Fundación ha confeccionado 1.000 formularios, pero la demanda superó las expectativas y debió imprimir otros 3.000. Y aunque hay tiempo hasta febrero, muchas ya lo contestaron, en una muestra de que voluntad de participación no es lo que falta. (FIN/IPS/mv/ag/pr-ip/97

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