CHINA: Democracia sí pero todavía no

El 15 Congreso del Partido Comunista de China, que comenzará en Beijing este viernes, dará el tono para el futuro político y económico del país y renovará las autoridades partidarias mientras el gobierno presta cada vez más atención a los reclamos de reformas democráticas.

Actualmente, las autoridades ya no condenan tajantemente tales reivindicaciones, sino que se limitan a indicar que todavía no es tiempo para una democracia plena.

Miembros de los llamados ocho "partidos democráticos" de China (pequeños partidos no comunistas permitidos y financiados por el Partido Comunista) exhortaron al presidente Jiang Zeming a acelerar el ritmo de la reforma política.

Las ocho agrupaciones sólo pueden funcionar mientras reconozcan la autoridad del Partido Comunista en todos los asuntos. Este año, el propio Jiang debió exhortarlos a someterse al liderazgo de éste, en señal de que se habían independizado demasiado y molestado al gobierno.

Más recientemente, los líderes de los partidos democráticos habrían presentado a las autoridades estudios detallados y encuestas de opinión que demuestran la creciente demanda popular de una aceleración de las reformas políticas.

Los líderes habrían dicho a Jiang que las reformas ayudarían a disminuir el descontento social, porque los chinos tienen pocas vías para expresar su enojo contra el Partido, al que consideran corrupto y distante de ellos, según observadores de China en Hong Kong.

Como resultado, señalaron, inquietos chinos salen a protestar a las calles en un hecho sin precedentes y piden a Jiang que inicie el proceso de reforma política permitiendo la elección directa de funcionarios de gobierno hasta el nivel de jefe de condado.

Hasta ahora, sólo se realizaron elecciones por sufragio universal para los presidentes de algunos concejos municipales. Los comicios celebrados en más de un millón de aldeas de toda China llevaron nueva sangre a la administración local, y también al Partido Comunista.

Las primeras elecciones "piloto" se realizaron en 1983, y en 1987 se aprobó una nueva ley que volvió obligatorios tales comicios cada tres años.

La proporción promedio de votantes fue de 98 por ciento, de acuerdo con Qiao Shi, presidente del Congreso Nacional del Pueblo (parlamento) y miembro del comité ejecutivo del Partido.

"Descubrimos que la gente está muy entusiasmada con las elecciones", declaró Qiao al "Diario del Pueblo" en enero, aunque reconoció que sólo 30 por ciento de todas las elecciones locales "se realizan según el modelo".

Los partidos democráticos no están solos en su exhortación a acompañar las reformas económicas con reformas políticas radicales.

El economista Yu Guangyuan, ex asesor de los líderes comunistas de tendencia reformista Hu Yaobang, fallecido en 1989, y Zhao Ziyang, caído en desgracia tras la masacre de Tiananmen, advirtió recientemente que "si la reforma política no es profunda, la económica nunca lo será".

Expulsado del Partido en 1990, Yu llegó a promover una revisión general de la Constitución, pero es cauto en cuanto al ritmo de la reforma. Según él, ésta sólo se completaría en unos 30 años, cuando el sistema de mercado se vuelva más sofisticado, es decir, cuando concluyan las reformas económicas.

Shang Dewen, profesor del Instituto de Economía de la Universidad de Beijing, también cree que las reformas políticas y económicas deben ir juntas.

"El mayor problema que enfrenta China actualmente es la contradicción entre su economía de mercado y su sistema político. Es esta contradicción la que genera corrupción, por lo tanto debemos acelerar la reforma política", escribió Shang en un documento que circuló por la prensa nacional e internacional.

China necesita una nueva Constitución elaborada por un nuevo cuerpo formado por el Partido pero integrado por representantes de todos los sectores de la sociedad, exhortó. Luego se realizarían elecciones libres para elegir un jefe de Estado y otros líderes.

Shang promueve una prensa libre, mayor autoridad local y más control civil sobre el ejército, y sostiene además que todo esto puede lograrse bajo el gobierno del Partido Comunista.

"Jiang dijo que era necesario continuar la reforma política, por lo tanto creo que ya es hora de promover cambios", declaró el catedrático en una entrevista con South China Morning Post, un periódico de Hong Kong, y agregó que recibió el apoyo de muchos intelectuales de China.

Hace algún tiempo, tales declaraciones habrían convertido a Shang en un disidente, pero actualmente ya no son un tema tabú. Lejos de condenar tajantemente sus sugerencias, las autoridades se limitan a señalar que aún no es tiempo.

"China llegará a la democracia, pero la experiencia nos dice que la promoción de elecciones democráticas no debe ser rápida", manifestó Wang Zhenyao, subdirector de la oficina de democracia local del Ministerio de Asuntos Civiles, encargado de la promoción de elecciones locales en toda China. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/ml/ip/97

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