Raúl Ruiz, el más prolífico y universal de los cineastas de Chile y a la vez un virtual desconocido en este país, fue galardonado hoy con el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales.
Creador de 97 filmes de diverso metraje, Ruiz, de 56 años, fue reconocido en forma unánime por el jurado, que lo destacó como "gran innovador del lenguaje cinematográfico" y por "el gran poder narrativo de sus imágenes".
"Sus obras desbordan magia, sugerencia, fantasía y misterio. Su inspiración es marcadamente onírica", señaló el jurado que presidió el ministro de Educación, José Pablo Arellano, al otorgar a Ruiz el premio consistente en 25.000 dólares y una pensión vitalicia mensual de 1.100 dólares más.
Nacido en 1941 en Santiago, el cineasta alcanzó a producir un solo largometraje en Chile -"Tres tristes tigres", en 1968- antes de verse forzado al exilio con el golpe de Estado de 1973 y elegir a Francia como su residencia definitiva.
En 1993 se estrenó en Santiago "Palomita Blanca", película que quedó inconclusa a raíz del golpe militar y cuyos rollos de filmación estuvieron desaparecidos casi dos décadas hasta que fueron rescatados de las bodegas de la empresa Chile Films.
Ruiz es considerado uno de los directores cinematográficos más vanguardistas y sus obras combinan la abstracción, la magia, el horror y la irreverencia, con influencias que van desde el cineasta español Luis Buñuel hasta el escritor argentino Jorge Luis Borges.
Entre sus películas de la última década se incluyen "Tres vidas y una sola muerte", protagonizada por el fallecido Marcello Mastroianni, y "Genealogía de un crímen", con las actuaciones de Catherine Deneuve y Michel Piccolí.
"Las tres coronas del marinero", de 1982, es una de sus películas más difundidas dentro de su extensa filmografía que incluye, entre varias decenas de títulos, "La colonia penal", "Diálogos de exiliados" y "Ciudad de Piratas".
De los 97 documentales, cortrometrajes y largometrajes filmados por Ruiz en sus 30 años de carrera, sólo una mínima proporción es conocida en Chile por su difusión en circuitos alternativos de cine-arte.
Salvo "Palomita Blanca", exhibida en las más importantes salas comerciales de Chile, el resto de la producción fílmica del nuevo Premio Nacional de Artes es prácticamente desconocida para el grueso del público.
El carácter experimental de sus obras, así como la complejidad de los temas y tratamientos, lo convierten en un cineasta de minorías intelectuales en un país donde la difusión cultural es opacada por la comercialización de los espectáculos.
No obstante, los críticos coinciden en ver a Ruiz como un creador que mantiene sus raíces referenciales en Chile, con sus orígenes como un sello indeleble, al punto de calificar su obra como "cine del exilio".
Nacido a la vida creativa en la década del 60, Ruiz estudió cine en Argentina durante un año, para luego regresar a Chile y vincularse con los cineastas de esa época, como Miguel Littin, Aldo Francia y Helvio Soto.
La impronta barroca y densa de su estilo quedó ya grabada en "Tres tristes tigres", una mordaz crítica a la burocracia y el arribismo que filmó en 1968 con Nelson Villagra, un actor que también sería más tarde un ilustre exiliado. (FIN/IPS/ggr/ag/cr/97
