El reconocimiento ante la ONU de las autoridades golpistas de Camboya por el rey Norodom Sihanouk es el último revés sufrido por el derrocado primer ministro Norodom Ranariddh, hijo del rey.
Desde su derrocamiento el 6 de junio, el príncipe Ranariddh solicitó a la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y a líderes de gobierno que lo consideraran a él como el mandatario legítimo y electo de Camboya y no al viceprimer ministro Hun Sen, quien encabezó el golpe de Estado.
Sin embargo, Sihanouk frustró sus esperanzas al enviar a la ONU una carta de reconocimiento de Hun Sen y su nuevo aliado, el primer ministro Ung Hot, como líderes de la delegación del gobierno de Camboya ante la organización mundial.
Ung Huot encabeza una facción disidente del Frente Nacional Unido por una Camboya Independiente, Neutral, Pacífica y Cooperativa (Funcinpec), partido monárquico que ganó las elecciones de 1993 y aún es liderado oficialmente por Ranariddh.
En otra carta enviada a Ranariddh el 10 de septiembre, Sihanouk admitió las críticas por su acreditación de Hun Sen y Ung Huot.
"Acepto con humildad las críticas de los jemer contrarios a Hun Sen a mi acción", pero "no me es posible escribir otra carta al secretario general Kofi Annan invalidando lo que declaré anteriormente", declaró Sihanouk.
Como resultado, el rey (jefe de Estado de Camboya, aunque con poderes limitados) mantiene su aceptación de Hun Sen y Ung Huot como los nuevos jefes de gobierno. Ambos mandatarios deberán comparecer a una sesión de la Asamblea General de la ONU el 29 de este mes, y Ranariddh ya anunció que también asistirá.
Por lo tanto, la ONU se enfrentará a dos facciones rivales, pero es improbable que alguna de ellas sea designada oficialmente por el Comité de Credenciales antes de la fecha de la sesión.
"Parece haber cierta disputa sobre la cuestión", admitió esta semana Bill Richardson, embajador de Estados Unidos ante el foro mundial.
Richardson agregó que Washington no tomó ninguna decisión para impedir la comparecencia de alguna de las partes y que él, como la mayoría de los diplomáticos, defirió el asunto al Comité de Credenciales.
Pero el Comité ni siquiera comenzará a tratar el asunto hasta la 52 sesión de la Asamblea General, que comenzará el próximo martes.
Además, el proceso podría llevar semanas y hasta meses antes de que se logre un amplio consenso entre los estados miembro sobre cuál de las dos delegaciones debe ser reconocida. (FIN/IPS/tra- en/fah/mk/ml/ip/97
