Un alto funcionario de Estados Unidos emprendió hoy una gira por Asia con el fin de convencer a aliados clave de que presionen al hombre fuerte del gobierno de Camboya, Hun Sen, para que respete los derechos humanos y a la oposición.
El secretario de Estado adjunto Stanley Roth se entrevistará con altos funcionarios de Japón, Corea del Sur, Filipinas e Indonesia.
El diplomático dijo el jueves ante el subcomité de Asuntos Asiáticos del Senado que la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y el rey de Camboya, Norodom Sihanouk, deben participar en la resolución de la crisis que culminó el 5 de julio con el golpe de Estado protagonizado por Hun Sen.
"No creo que el juego haya terminado", pues de a poco "surge un consenso" entre todas las partes involucradas en la crisis sobre la necesidad de restaurar la estabilidad en Camboya con miras a las elecciones de mayo próximo, dijo Roth.
Las declaraciones del alto funcionario en el Congreso fueron las primeras en las que el gobierno de Estados Unidos dejaba en claro su posición sobre el país asiático desde el golpe. Roth se manifestó "optimista", aunque en el subcomité reinaba el escepticismo.
Esta semana, el rey Sihanouk, padre del primer ministro derrocado por Hun Sen, Norodom Ranariddh, regresó a Camboya desde Beijing, donde permanecía en tratamiento médico, con el objetivo de mediar en la crisis.
Hasta el golpe de Estado, el izquierdista Hun Sen y el monárquico Ranariddh eran ambos primeros ministros en el peculiar y conflictivo sistema de gobierno que surgió de las elecciones de 1993.
El viaje de Roth se produce en medio de una persistente ofensiva de Hun Sen contra las fuerzas de Ranariddh cerca del poblado de O Smach, en la frontera con Tailandia.
A pesar de los reiterados pedidos internacionales para que cese el fuego, el líder izquierdista parece decidido a expulsar a sus enemigos del país.
Hun Sen había acusado a Ranariddh antes de expulsarlo de conspirar con integrantes de la guerrilla maoísta Jemer Rojo para dar un golpe de Estado contra él.
Soldados leales a Hun Sen arrestaron y ejecutaron a docenas de dirigentes del monárquico partido FUNCINPEC, según organizaciones independientes de derechos humanos.
Ranariddh, quien estaba fuera de Camboya cuando Hun Sen dio el golpe, negó haber conspirado con el Jemer Rojo, grupo con el que estuvo aliado durante la guerra civil entre 1979 y 1991, cuando se firmaron los acuerdos de paz de París.
Ranariddh no regresó a Camboya y fue acusado de traición ante la justicia de su país por Hun Sen, quien presionó con éxito a dirigentes del FUNCINPEC para que se unan a su gobierno. Uno de ellos, el ex canciller Ung Huot, fue designado primer ministro en lugar del líder depuesto.
El rey Sihanouk se ha abstenido de confirmar ese nombramiento.
Durante la crisis, Washington, uno de los patrocinantes de los acuerdos de París, dejó la tarea diplomática, por lo general, en hombros de la ASEAN, que postergó de forma indefinida la admisión de Camboya al bloque y encomendó una mediación a los cancilleres de Filipinas, Indonesia y Tailandia.
Después del golpe, Washington suspendió por 30 días su asistencia a Camboya (unos 40 millones de dólares anuales) al gobierno del país asiático, mientras mantenía su ayuda humanitaria a organizaciones no gubernamentales (15 millones de dólares).
Roth dijo el jueves que la ayuda al gobierno en Phnom Penh no se restauraría "hasta que haya mejoras, en especial en lo que refiere a la preparación de las elecciones" previstas para mayo de 1998.
Además, Washington no respaldará préstamos a Camboya en los bancos multilaterales de desarrollo y presionará a otros gobiernos para que tampoco lo hagan. "Trataremos de que Japón no reanude su programa de asistencia", dijo Roth a los senadores.
Tokio, el mayor donante de Camboya con unos 150 millones de dólares al año en ayuda, no ha asumido una postura clara respecto de la actual situación política, si bien retiró a sus funcionarios de asistencia cuando se produjo el golpe.
Francia, otro gran donante, se ha negado a suspender su ayuda financiera, mientras Australia solo suspendió la de naturaleza militar.
Casi 60 por ciento del presupuesto del gobierno de Camboya está constituido por fondos de asistencia extranjera. Roth adelantó que utilizará este hecho como herramienta de negociación, al tiempo que continuará considerando a la ASEAN el factor diplomático clave.
El primer ministro de Singapur, Goh Chok Tong, anunció que su gobierno se opondrá a la admisión de Camboya en la ASEAN hasta que se celebren elecciones "libres y justas", lo que, para Roth, constituye una "posición muy tajante".
El funcionario estadounidense sostuvo que Hun Sen, los restantes líderes camboyanos y actores extranjeros comparten un "consenso emergente" de lograr una solución a través de la consolidación de la confianza en las elecciones del próximo año, con las que Washington contribuirá.
Los bandos deben renunciar a la fuerza y a relacionarse con el Jemer Rojo, interrumpir la intimidación política, respetar la libertad de prensa y la independencia de los jueces, despolitizar las fuerzas armadas, desarmar a las milicias rurales y garantizar la seguridad de los exiliados, dijo Roth. (FIN/IPS/tra-en/jl/mj/ip hd/97
