La colaboración entre una universidad y una empresa convertirá a Brasil en los próximos años el primer productor mundial de azúcar sin sacarosa en gran escala.
Los estudios, en fase experimental, se concentran ahora en la producción del edulcorante en cantidad para atender un amplio mercado, abaratando su costo para hacer factible económicamente su industrialización.
El "nuevo azúcar", como lo llaman los técnicos de la Usina da Barra y de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp), en el interior del estado de Sao Paulo, es líquido y posee características del producto tradicional, pero sin sus efectos negativos.
La ausencia de sacarosa, es decir de calorías, permite el consumo sin engordar, además de ayudar a la digestión y no provocar caries, señala uno de los responsables del proyecto, Yong Park, profesor de bioquímica de la Facultad de Ingeniería de Alimentos de Unicamp, ubicada a cien kilómetros de Sao Paulo.
"En realidad, la técnica es sencilla y conocida mundialmente desde los años 60, pero solamente en 1988 empezamos a profundizarla, cuando la demanda de alimentos alternativos empezó a ganar fuerza en Brasil y también por la importancia que el producto podría tener para la economía brasileña", dijo Park.
Pero sólo en 1995 una empresa, la central azucarera Usina da Barra, se interesó en formalizar una asociación con la universidad y financiar la iniciativa.
El azúcar sin sacarosa, o Producción de Frutooligosacarídeos, nombre del proyecto, consiste en transformar el azúcar común, derivado de la caña, agregándole enzimas producidas por el microorganismo aspergillus niger.
Las enzimas "rompen" la sacarosa, haciéndola desaparecer naturalmente del azúcar y aumentando la cantidad de fructosa.
"El secreto, que nosotros buscamos, tal como los japoneses, británicos, franceses y estadounidenses, es como producir mayor cantidad de enzimas y una de las posibilidades es la transformación biotecnológica de otros microorganismos", indicó Park.
Brasil tiene la ventaja de producir, en abundancia y a muy bajo costo, el azúcar de caña, del cual deriva el nuevo producto dietético, dijo Luciano Ferreira, superintendente industrial de la Usina da Barra, instalada en el municipio cañero de Barra Bonita, a 300 kilómetros de Sao Paulo.
"Los japoneses ya producen el nuevo azúcar, pero como tienen que importar la materia prima, además de no dominar la reproducción de las enzimas en gran cantidad, su precio al consumidor llega a 30 dólares el litro, inasequible para la economía brasileña", destacó Ferreira.
Su empresa, considerada la mayor central azucarera de Brasil, y por ende del mundo, invierte entre seis y siete millones de dólares en las investigaciones, que ya se transfirieron de los laboratorios de Unicamp a la planta piloto de Usina da Barra.
Las pruebas ya alcanzan la producción de casi 200 litros diarios, según el empresario. En la próxima fase, deberá elevarse a 2.000 litros y luego a 10.000, pero Ferreira evitó indicar el volumen económicamente ideal y el plazo para lanzamiento comercial del producto.
"Queremos, sin duda, colocarlo en el mercado por lo menos a mitad del precio cobrado en Japón", adelantó. Estudios paralelos buscan comprobar la factibilidad de cristalizar el nuevo azúcar, es decir venderlo en polvo, además de líquido.
Las inversiones ya hechas en el desarrollo del nuevo edulcorante natural, que competirá con los artificiales, hacen parte de los planes de diversificación de los negocios de la empresa.
El carácter pionero de Usina da Barra será importante para consolidar una marca, pero difícilmente la producción de enzimas en gran escala será exclusiva, estimó Ferreira, previendo que el azúcar sin sacarosa será ofrecido en el futuro por empresas de todo Brasil y de los demás países azucareros de América Latina.
El mercado más prometedor, sin embargo, está en los países desarrollados, con consumidores de mayor ingreso para adquirir un producto que será caro, aunque a precios muy inferiores a los de Japón.
"Ya recibimos consultas de empresas estadounidenses interesadas en comprar toda nuestra producción", informó el superintendente de Usina da Barra, que este año debe procesar 6,7 millones de toneladas de caña, para producir 400.000 toneladas de azúcar y 300 millones de litros de alcohol carburante. (FIN/IPS/gl- mo/ag/if/97