BOLIVIA: Minas en frontera chilena reavivan discordias

El reclamo de Bolivia para que Chile retire las minas sembradas a lo largo de su frontera con este país despertó esta semana la histórica rivalidad que existe entre ambos países y derivó en un cruce de expresiones entre autoridades de La Paz y Santiago.

La contrariedad boliviana llegó a tal extremo que el presidente Hugo Banzer denunciará el lunes en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) la presencia de minas antipersonales en la frontera de Chile como un atentado contra la vida y un perjuicio para la integración.

El reclamo se hará pese al compromiso Chile de retirar las minas de su frontera no sólo con Bolivi, sino también con Argentina y Perú, que en total se estima alcanzan a sembrados en la década de los 70.

Banzer también se referirá en su discurso en la ONU al enclaustramiento marítimo de Bolivia y su centenario reclamo de una salida al Pacífico por territorio de Chile, país con el que perdió su territorio del Litoral y sus costas en la guerra de 1879.

El presidente ratificará en la Asamblea General "la posición histórica, indeclinable e irrenunciable de Bolivia respecto al tema marítimo", dijo el portavoz oficial del gobierno de La Paz, Mauro Bertero.

En tanto, el canciller José Miguel Insulza expresó su malestar por el anuncio de la denuncia que hará el presidente Banzer en la ONU y dijo que estudiará con atención el texto del reclamo para hacer una réplica posterior.

"Se trataría de una acción de carácter político porque, que yo sepa, la Asamblea General (de la ONU) nunca se ocupó de este tipo de asuntos", dijo Insulza la noche del miércoles en una entrevista telefónica que sostuvo desde Nueva York con la red privada de televisión boliviana ATB.

Insulza criticó al gobierno de Bolivia porque, según dijo, "armó un incidente o una tormenta en un vaso de agua" con el tema de las minas precisamente antes de la Asamblea General de la ONU sin hacer previamente un reclamo bilateral formal.

"Yo quisiera que me digan dónde están las víctimas, pues la gente pasa por nuestras fronteras y no sólo por los caminos", interrogó el canciller de Chile y luego anunció que su gobierno retirará las minas de las fronteras chilenas los próximos diez años, por el alto costo económico que implica.

Según estimaciones de la Cruz Roja Internacional, una mina antipersonal cuesta apenas tres dólares, pero la operación de retiro de cada una de ellas puede llegar a insumir hasta 1.000 dólares, sin contar el alto costo humano: por cada 5.000 minas que se desactivan muere un "desminador" y dos resultan heridos.

El gobierno de Banzer aclaró este jueves que la Cancillería envió con anterioridad a las declaraciones de Insulza una nota al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile en la que formalizó su reclamo.

El canciller Javier Murillo, afirmó que el Ejecutivo tiene la obligación moral, hacia sí misma y hacia la comunidad internacional de denunciar la existencia de las minas terrestres instaladas por Chile en su frontera con Bolivia.

En respuesta a la reacción de la diplomacia chilena en sentido de que el reclamo boliviano "enlodaba" las relaciones bilaterales, Murillo dijo que "lo único que enloda las relaciones es persistir en la existencia de campos minados en la frontera, que debería ser un lugar de encuentro e integración".

"A Bolivia le preocupa la existencia de estos artefactos y exhorta y demanda a Chile el desmantelamiento de estas minas que atentan contra los derechos humanos y que contradicen los principios de integración y buena vecindad entre los países", dijo por su parte el vicecanciller Fernando Mesmer.

En tanto, el ministro de Defensa, Fernando Kieffer, alertó que la actitud chilena frente al reclamo boliviano pone en duda el fortalecimiento de las relaciones comerciales entre ambos países, que en la balanza comercial son ampliamente favorables a Santiago.

En Sucre, sede del Poder Judicial, el magistrado de la Corte Suprema de Justicia Hugo Poppe dijo este jueves que Bolivia debiera suspender sus acuerdos comerciales y planes de corredores bioceánicos con Chile en tanto no se encuentre una salida a la reivindicación marítima.

"La cancillería boliviana debería fijar la estrategia de corredores interoceánicos haciendo que esas vías vayan hacia la costa atlántica y a puertos de Perú, nada con Chile. El comercio con Chile se reiniciará cuando se solucione el problema marítimo. No hacerlo sería una traición a Bolivia", declaró.

Se estima que Chile exporta a Bolivia más de 200 millones de dólares anuales e importa sólo por 30 millones.

Además de estar unidos comercialmente por el acuerdo de complementación económica 22, Bolivia y Chile son los dos únicos miembros semiplenos asociados al Mercado Común del Sur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).

Bolivia y Chile no mantienen relaciones diplomática a nivel de embajadores desde 1962 (con un paréntesis de dos años en la década de los setenta) por el reclamo boliviano de una salida soberana al Pacífico por territorio chileno. (FIN/IPS/jcr/dg/ip/97

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