Más de un centenar de enfermos de sida de Argentina pugnaron hoy por ingresar a la sede del Ministerio de Salud para reclamar que se entreguen las drogas para combatir el mal de manera oportuna y periódica, y que no se corte el suministro como ocurre ahora.
Con pancartas que acusaban a las autoridades de "geno-sidas", portadores, enfermos y dirigentes de una red de organismos no gubernamentales reclamaron la presencia del ministro e insistieron en arrancar un compromiso de cumplimiento de las leyes.
Los pacientes denuncian periódicamente la falta de drogas básicas para los tratamientos que, para que sean efectivos, no deben interrumpirse.
El 75 por ciento de los más de 14.000 enfermos de sida en Argentina depende de la entrega gratuita de drogas para su tratamiento.
Sin embargo, de los 6.000 enfermos que iniciaron tratamiento, apenas 320 reciben las drogas y muy pocos consiguen hacerse gratis el análisis de carga viral, para controlar cómo evoluciona el organismo ante la combinación de drogas.
Los familiares denuncian que hacen largas filas para obtener drogas en las sedes autorizadas a entregarlas, pero muchas veces se encuentran con que no hay suficiente para todos, o tienen que ir varias veces hasta que finalmente las obtienen.
También denuncian que del ministerio los mandan a los hospitales y allí les dicen que no queda más droga.
Si el Estado se desentiende del problema, los costos de las medicinas obligarían al paciente a desembolsar entre 800 y 1.000 dólares mensuales para tratarse con los llamados cócteles de drogas, cuyos componentes varían de acuerdo a cada caso específico.
En Estados Unidos, los cócteles redujeron 26 por ciento la mortalidad por sida en 1996. En Argentina, los médicos observan que los pacientes así tratados mejoran muchísimo desde el punto de vista clínico, se reduce su carga viral y se elevan sus defensas.
En vísperas de la manifestación de protesta realizada este martes, el ministro de Salud, Alberto Mazza, anunció que para el próximo año se triplicará el presupuesto para el combate contra el sida, que oscilará en alrededor de 65 millones de dólares.
Pero la médica Mabel Bianco, presidenta de la red de organismos no gubernamentales que trabajan con los pacientes, declaró que los enfermos no creen más en promesas y advirtió que seguirán protestando hasta que el gobierno cumpla con los tratamientos.
Entretanto, el médico argentino Jorge Vila, especialista en sida que verificó la erradicación del virus en la sangre y los ganglios de un grupo de pacientes tratados con el cóctel tras un año de no recibir medicamentos, dijo que "es tan grave interrumpir el tratamiento como no tratarse".
Vila dirige un equipo de investigación que trabaja en el Hospital de la Cruz Roja de Lyon, en Francia, y en el Centro Hospitalatrio Universitario de Grenoble.
Esta semana viajó a Buenos Aires para ofrecer una conferencia gratuita para médicos y pacientes donde anticipó que insistirá en la idea de que el virus se vuelve más fuerte y resistente si se abandona el tratamiento luego de iniciado. (FIN/IPS/mv/jc/he/97