AMERICA LATINA: FAO preocupada por impacto agrícola de El Niño

Las primeras señales sobre el impacto del fenómeno de El Niño en la producción alimentaria de América Latina y el Caribe son relativamente preocupantes, a la luz de un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El estudio preliminar del Sistema Mundial de Información y Alerta de la FAO fue difundido por la oficina regional de este organismo internacional, con sede en Santiago de Chile.

Desde fines de este año hasta el primer trimestre de 1998 se podrá tener una visión más precisa de los efectos en la producción agrícola de los cambios climáticos provocados por El Niño, un fenómeno presente en la región desde marzo de 1997.

En los últimos meses, El Niño alcanzó sus expresiones más dramáticas en intensas lluvias e inundaciones, pero del mismo modo puede generar en el futuro períodos de sequía con una constante de aumentos en las temperaturas medias.

El fenómeno, asociado a la corriente marítima del mismo nombre, aparece en ciclos variables de dos a siete años y afecta sobre a América Latina con un anormal recalentamiento de las aguas en la parte sur del océano Pacífico.

El informe de FAO recuerda que El Niño causó una grave crisis en la región entre 1982 y 1983, con inundaciones, sequías, daños a la infraestructura agrícola y disminución de cosechas para provocar pérdidas estimadas en 10.000 millones de dólares.

La actual incursión de El Niño obliga a rememorar la crisis anterior, ya que el fenómeno "adquiere dimensiones excepcionales", con una intensidad mayor a la de años recientes, según puntualizó la FAO.

Las alteraciones de la temperatura y los regímenes de lluvias "pueden tener impactos negativos o positivos sobre la agricultura y los recursos hídricos", agrega el informe que, no obstante, deja traslucir previsiones más bien pesimistas.

El impacto de El Niño en los cultivos de América Latina no es alarmante en la actualidad pero hay preocupación acerca de América Central, ya que los cultivos de ciclo corto de esa subregión son más vulnerables a cambios climáticos drásticos.

En América del Sur, pese a las abundantes lluvias y las anomalías en la temperatura, los impactos adversos en los cultivos son todavía reducidos, lo cual no excluye dificultades en el mediano plazo.

En los países de más al sur, el incremento en el régimen de lluvias favoreció las condiciones del suelo para la plantación y germinación de los cultivos, en el marco de la siembra de la cosecha del trigo para la temporada agrícola 1997-98.

Si bien en Argentina se postergaron siembras de trigo, en Chile las lluvias mejoraron las condiciones para el cultivo del cereal al poner término a una prolongada sequía y en Brasil y Uruguay las precipitaciones también favorecieron a este cultivo.

FAO advierte, no obstante, que si hacia fin de año se materializan las predicciones de lluvias por sobre el promedio podrían producirse caídas en los rendimientos del trigo y en los sembríos de otros granos en los países del sur de la región.

Las altas temperaturas e inundaciones provocadas por El Niño en los países andinos no alcanzaron a perjudicar las cosechas de cereales realizadas en junio, pero hay síntomas ya de dificultades para cultivos en los próximos meses.

En las áreas orientales de Bolivia se redujeron las áreas sembradas de sorgo y soja por las excesivas precipitaciones, y en Perú las altas temperaturas costeras aceleraron el crecimiento de frutas y hortalizas, incrementando la demanda de agua.

En Ecuador, igualmente, las lluvias e inundaciones de junio en la costa provocaron daños localizados a cultivos de banano, azúcar y plantaciones secundarias de arroz, en tanto en Venezuela también se vieron afectados algunos rubros agrícolas, dice FAO.

Las situaciones de emergencia declaradas por los gobiernos de Perú, Bolivia y Ecuador se justifican en tanto el mayor daño potencial de El Niño coincidirá con la siembra de la campaña principal de granos en 1998, de acuerdo al informe.

En América Central el aumento de las temperaturas anticipó este año el inicio de la estación seca, causando reducciones en las áreas sembradas, con pronósticos críticos para las futuras cosechas por dificultades en el desarrollo de los cultivos.

En Honduras aparecen ya perjudicados los futuros volúmenes de producción de maíz, sorgo y frijoles, mientras en El Salvador y Guatemala se proyectan igualmente caídas en las cosechas de maíz y se prevén disminuciones de la oferta cerealera en Nicaragua.

En Costa Rica, Panamá y México no se han detectado aún anomalías críticas, según la FAO, mientras en República Dominicana la baja en las precipitaciones perjudica los cultivos de arroz irrigado y los sembríos de maíz y sorgo de secano.

Entre diciembre y marzo, en América Central y el Caribe no se cultivan cereales, pero en cambio el café, uno de los principales recursos de exportación de estas subregiones, se vería afectado en su proceso de floración por las alteraciones climáticas.

El impacto económico de una caída en la producción cafetalera ha llevado a los países centroamericanos a considerar planes de contingencia en caso de que El Niño provoque un empeoramiento en las condiciones del clima seco, consigna el informe de FAO. (FIN/IPS/ggr/dg/if-en/97

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