El Niño, la corriente océanica cálida que altera los patrones climáticos en varias partes del mundo, cobró su primera víctima en Zimbabwe, dando un fuerte golpe a su mercado de valores.
Durante las últimas semanas, temores de un fenómeno climático impredecible bajaron alrededor de 2.000 puntos el índice industrial de la bolsa de valores de Zimbabwe.
"El mercado se descontó a sí mismo a un nivel en relación a las predicciones de una severa sequía", explicó Brian Rowlands, corredor de bolsa de una firma local.
"Esto afectó considerablemente al mercado de valores, y se predice que se experimentará una estación lluviosa muy por debajo de lo normal debido a El Niño", agregó.
El fenómeno de El Niño se presenta cuando vientos que soplan hacia el oeste permiten que una masa de agua cálida penetre en los océanos Indico y Pacífico.
Las aguas más cálidas provocan más energía y humedad en la atmósfera, alterando los patrones de vientos y lluvias alrededor del mundo. Esto puede causar sequía y copiosas lluvias y, en Africa Austral, se estima que provocará un período seco a partir de fines de 1997.
El índice industrial (utilizado para medir el volumen del comercio en los mercados de valores) cayó de 12.000 a 10.000 puntos en los últimos dos meses en la bolsa de Zimbabwe, y los analistas esperan que la tendencia se profundice.
El dólar de Zimbabwe se deprecia y la inflación podría aumentar debido a los temores de la sequía.
"Ahora mismo el mercado no revela dirección alguna, mientras la caída en el índice está relacionada a las expectativas de la sequía. Esto continuará afectando al mercado", dijo Rowlands.
Tony Barfoot, director de la bolsa de Zimbabwe, está de acuerdo en que el índice de este año comenzó este año pero cayó debido a la amenaza de El Niño, y espera que los índices de interés también caerán, en compensación de la situación.
"Cuando las tasas de interés caen, la bolsa sube. Si las tasas caen, el efecto negativo de El Niño será contrarrestado por la caída de las tasas de interés", explicó.
Pero otro corredor señaló que "no es un rasgo permanente que las tasas de interés caigan. Pueden caer en el corto plazo, pero en el largo plazo la historia será otra."
Como la economía de Zimbabwe descansa en el sector agrícola, cualquier indicio de caída de la producción se siente en el mercado de valores. La actuación de más de 40 por ciento de los negocios de Zimbabwe están ligados al sector, y la mayoría de las 66 compañías en la bolsa están relacionadas de algún modo a la agricultura.
Como resultado, los corredores consideran el clima como un asunto serio. Cuando la sequía se instaló en Zimbabwe en 1992, la bolsa se convirtió en la de peor actuación del mundo, al sufrir una pérdida de 62 por ciento.
No obstante, la bolsa, creada en 1896, se abrió a la inversión extranjera en 1993, y en un plazo de seis meses su posición en la Corporación Financiera Internacional había aumentado 122,3 por ciento, y se la consideró el mercado emergente de crecimiento más rápido del mundo.
Ahora es el tercer mercado de valores de Africa. El año pasado, la capitalización del mercado creció de 2.000 millones de dólares estadounidenses a unos 4.800 millones.
Al igual que la bolsa, la economía en su conjunto podría sentir el efecto de El Niño en este país de Africa Austral donde la agricultura suele representar entre 15 y 22 por ciento de su producto interno bruto (PIB) anual.
El PIB de Zimbabwe aumentó ocho por ciento durante el último año fiscal, y los analistas predijeron un crecimiento de 4,5 por ciento en el año fiscal 1997. Pero si El Niño se hace sentir, la economía no crecería mucho, según el Standard Chartered Bank de Zimbabwe. (FIN/IPS/tra-en/lm/kb/lp/if-en/97