El soberbio arrecife de coral de la playa más famosa de Sri Lanka, en este balneario, corre peligro de ser destruido por la imprudencia de los visitantes y de los operadores turísticos.
Los numerosos hoteles, restaurantes y tiendas de Hikkaduwa, declarada santuario marino en 1979, invadieron la playa dorada y llenaron de arena la laguna del arrecife, que sólo tiene 0,9 metros de profundidad.
"Cuando yo era joven, no se podía llegar al coral si no era nadando, pero ahora se puede llegar caminando", dijo G. Daniston, un pescador de 61 años.
Los principales culpables son los hoteles de este balneario, situado 60 kilómetros al sur de la capital, Colombo. Desde que los hoteles extendieron su construcción hacia la playa misma, las olas golpean los muros y al volver arrastran arena, que puede asfixiar a los peces y al delicado coral.
Además de los hoteles, los turistas y los dueños de embarcaciones con fondo de vidrio son acusados de destruir gradualmente el arrecife. Los botes ensucian el agua con petróleo, basura y restos de pescado.
Mientras, los hoteles vacían diariamente al menos 30 metros cúbicos de desechos sólidos en la laguna, y los bañistas y practicantes de snorkel se llevan "recuerdos" de corales vivos.
El biólogo marino Ranjith de Silva afirmó que la única forma de salvar el arrecife consiste en dragar y limpiar la laguna. Un ambicioso proyecto para proteger el Santuario Marino de Hikkaduwa fue lanzado este año antes del comienzo de los monzones.
Los arrecifes son fuente de vida submarina. Proveen alimento y refugio a una gran variedad de especies y sirven como criadero de peces, además de constituir una línea costera y romper las olas. También son una importante atracción turística.
En mayo, un grupo de 25 biólogos marinos, pescadores, operadores de embarcaciones con fondo de vidrio y personal de los hoteles y escuelas de buceo de Hikkaduwa se internaron en la laguna para remover las algas que asfixian el coral.
"Las algas constituyen una amenaza mayor que los barcos que transportan turistas. La planta destruye gradualmente el coral al impedir que le llegue la luz solar", explicó De Silva.
Cerca de 34 por ciento de la dura capa exterior del coral vivo de Hikkaduwa está corroída, concluyó Arjan Rajasuriya tras una investigación del santuario marino. "En un tramo se redujo nada menos que a 13 por ciento", destacó.
La operación de limpieza de algas tuvo relativo éxito. "No pudimos limpiarlo todo porque ya llegaban los monzones, pero creo que la remoción superficial ayudará a salvar el coral", manifestó el biólogo marino.
Sin embargo, de acuerdo con los pescadores tradicionales locales, los corales muertos también deben ser removidos para que el resto viva.
"En los tiempos de mi padre, los pescadores removían regularmente los corales muertos y el exceso de arena de la laguna. Así es como sobreviven los corales", aseguró Daniston. (FIN/IPS/tra-en/rs/an/ml/en/97