El suelo, elemento indispensable para la producción de alimentos, está en peligro. Cada año, 25.000 millones de toneladas de terreno fértil desaparecen a causa de la erosión, advirtió la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La degradación, la deforestación, la erosión y el manejo inadecuado empobrecen el suelo en todas las regiones del mundo, según un estudio de la FAO, agencia radicada en Roma.
La fertilidad de los suelos disminuirá como consecuencia del esfuerzo que exigirá producir alimentos para una población mundial que en el 2030 habrá aumentado en 3.000 millones de personas.
FAO predijo que ya en el 2010, la disponibilidad de tierras de cultivo en los países en desarrollo habrá disminuido de las actuales 0,85 hectáreas por persona a cerca de 0,4.
El estudio fue divulgado en vísperas de una conferencia internacional para la licha contra la desertización, a realizarse del 29 de este mes hasta el 10 de octubre en la sede de la FAO.
El informe destacó que trabajar la tierra más allá de su capacidad de renovación es una de las causas de la pérdida de fertilidad.
Eso es particularmente dramático en las regiones en que la agricultura es la única fuente de subsistencia y en las que la tierra no ha sido dejada en reposo el tiempo necesario.
La degradación afecta a cerca del 70 por ciento de las regiones áridas, que ocupan más de 20 por ciento de la superficie terrestre y están pobladas por 900 millones de personas.
Los expertos calculan que, en total, la degración alcanza ya a 15 por ciento de las tierras de cultivo del mundo. Se trata de un área equivalente a la superficie sumada de Estados Unidos y México.
A la pérdida de suelos contribuyen tanto factores ambientales, como la deforestación, la erosión debida al paso de las aguas, como factores sociales y económicos estrictamente ligados a la pobreza, se explicó en el informe.
La lucha contra la desertización es política, económica y social, afirmaron los expertos de FAO, pero también tecnológica.
El mejoramiento de las técnicas de cultivo puede contribuir a mantener la vegetación del terreno y hacerlo más productivo. Así mismo, las medidas de protección contra la erosión causada por los vientos y las aguas no requieren de costosos proyectos de ingeniería, agregaron.
FAO sostiene que la lucha contra la desertización debe basarse en la participación de la colectividad, de las comunidades rurales y de todos los que trabajan la tierra, en particular las mujeres, que a menudo no son tomadas en cuenta, y que, por el contrario, deben tener mayor poder de decisión. (FIN/IPS/jp/ff/en/97