AMBIENTE: El Niño, una amenazante bolsa de agua y aire caliente

El fenómeno del Niño, una enorme bolsa de agua y aire caliente que navega por el océano Pacífico, podría trastornar en los próximos meses el clima de varios de los paises que comparten el más extenso de los mares.

El fenómeno, observado en mayo pasado y seguido desde entonces por satélite, definirá en las próximas semanas la magnitud que alcanzará este año, pero todo indica que será un "mega Niño".

Todos los gobiernos del mundo fueron alertados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que adopten medidas preventivas de protección para sus poblaciones.

Se teme que el fenómeno, que se extendería de noviembre a marzo, sea más intenso y catastrófico que el de 1982-83, que provocó más de 2.000 muertes y dejó miles de millones de dólares en pérdidas materiales en todo el mundo.

Este año, el Nino ya está haciendo estragos en las bolsas de productos agrícolas mundiales: Argentina prevé cosechas menores de trigo, Chile teme una baja en su producción frutícola y en Brasil hay inquietud por el destino del café en algunas regiones.

En su último informe sobre la situación mundial del café, la consultora británica D & F Man señala que las cosechas mundiales están a merced del Niño, que según los "indicios tempranos" será grande.

Entre los "indicios tempranos" figuran la virtual supresión del invierno en las costas peruanas, mientras en la región andina de ese país el frío se intensificó, y una insólita lluvia de granizo en el Beni, una región tropical boliviana en la que jamás nevó.

En otras regiones del mundo los anticipos fueron dramáticos, como las inundaciones ocurridas entre junio y julio.

Chile fue escenario, hace tres meses, de una de las inundaciones precursoras del Niño, que mató a una veintena de personas, dejó 63.000 damnificados, destruyó total o parcialmente 15.000 casas, sepultó bajo el agua decenas de miles de hectáreas agrícolas y provocó pérdidas por casi 100 millones de dólares.

En ese momento, Ecuador era visitado por el Niño. La visita comenzó a mil kilómetros de sus costas, en las aguas situadas en torno de las Islas Galápagos, uno de los ecosistemas más valiosos y vulnerables del mundo, pero en los ultimas días el fenómeno llegó a su territorio continental.

Fuentes periodísticas ecuatorianas informaron que una inusual riada originada por lluvias de magnitud extraordinaria en las zonas andinas, superiores en 6.000 por ciento a sus niveles habituales, causaron una muerte en el cantón de Pichincha, en la provincia de Manabí, en la costa de Ecuador.

"Las anomalías climáticas precipitan y concentran las descargas de lluvias, lo que coloca la situación a veces fuera de control", señaló Ena Jaimes, jefa de Climatología del Servicio de Metrologia e Hidrología de Perú.

A principios de este mes, llovió durante cuatro horas en Lima, una ciudad en la que nunca llueve, con una descarga correspondiente a todo el año, dijo Jaimes.

En otra zona de la costa peruana, en San Juan de Marcona, un distrito minero de 15.000 personas, una lluvia de 54 horas y de una intensidad inusual dañó 4.000 viviendas y dejó a 600 familias damnificadas.

El origen de esta corriente marina de aguas cálidas, que se produce todos los años con intensidades variables, es desconocido hasta ahora, pero la globalización de su estudio avanza hacia la predicción de su comportamiento.

Desde hace varias decadas, oceanógrafos y meteorólogos estaban intrigados por la simultaneidad de fenómenos ocurridos en diversos lugares del mundo, y comenzaron a buscar su relación.

Se sabe que se origina en la zona del Pacífico sur, en donde provoca los temidos monzones de India, vientos huracanados e inundaciones en China, Filipinas, Tahití, Hawai e Indonesia, y sequías en Sudafrica y Australia.

Luego se encamina hacia el este, una parte hacia América del Norte y otra a las costas ecuatorianas y peruanas, en donde se bifurca hacia el sur y hacia el norte, alterando a su paso las condiciones climatológicas habituales de las áreas subtropicales.

Se comprobó que cada cierto tiempo presenta mayor magnitud, es más caliente, más extenso, más duradero y más temible, como el de 1982-83 y el que parece venir ahora.

Para determinar si este año el fenómeno será especialmente grave, oceanógrafos, meteorólogos y científicos de otras especialidades participan en la Conferencia Mundial de Investigación Sobre el Clima (PMIC), convocada por la ONU en Ginebra, que se ha declarado en sesión permanente.

El nombre de "corriente del Niño, con el que es conocido ahora inclusive por la comunidad científica mundial, se lo dieron a principios de siglo los pescadores peruanos, al advertir que alrededor de Navidad se producían cambios en los tipos de peces que encontraban.

La costa peruana es recorrida, de sur a norte, por la fría Corriente de Humbolt, que procede de los glaciares antárticos y determina el tipo de su fauna marina habitual. A fin de año se enfrenta con la cálida corriente del Nino, que viene con sus propias especies ictiologicas.

En años normales, cuando la temperatura no sube en la costa norte peruana por encima de los cuatro grados, la corriente no desciende más allá de 1.200 kilómetros al sur y el fenómeno concluye en marzo, el impacto sólo produce un verano más caluroso y lluvias en el norte.

Pero cuando el fenómeno es mayor, las lluvias alcanzan niveles torrenciales y se producen inundaciones en la costa norte y fríos extremo y sequías en la sierra sur, a 3.000 kilómetros de distancia.

Esta propiedad del fenómeno de provocar calor e inundaciones en algunos lugares, y frío y sequía en otros, así como vientos huracanados entre ambos puntos, lo explican los expertos como resultado de la mecánica de fluidos atmosféricos.

En la cercanía de la masa cálida del Niño, el aire caliente y cargado de vapor tiende a subir, descargándose en lluvia mientras asciende, y su lugar es ocupado por otras masas de aire, cuyo desplazamiento atrae a su vez corrientes gélidas procedentes de las regiones antárticas.

"Estos desplazamientos de masas de aire y agua de diferente temperatura y características, trastornan las condiciones climáticas habituales y podríamos creer que enloqueció el clima, pero el fenómeno tiene una lógica interna que debemos conocer bien y anticipar", dijo Jaimes. (FIN/IPS/al/ag/en/97

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