La República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) vive hoy un día nacional de duelo por las 17 personas muertas en la capital Kinshasa debido a los últimos bombardeos procedentes del vecino Congo.
Dos salvas de mortero cayeron sobre Kinshasa el lunes desde el otro lado del río que la separa de Brazzaville, capital del vecino Congo.
En los últimos meses, varios proyectiles fueron disparados sobre Kinshasa desde Congo, donde los partidarios del presidente Pascal Lissouba y los de su predecesor, Denis Sassou Nguesso, están enfrentados desde el 5 de junio.
El gobierno de Congo afirmó que las bombas fueron lanzadas por miembros de la antigua guardia presidencial de Mobutu Sese Seko, el fallecido dictador de Zaire, que se incorporaron al bando de Sassou Nguesso.
Pero cuando los rebeldes liderados por el actual presidente de la RDC, Laurent Kabila, tomaron Kinshasa en mayo, el gobierno de Lissouba dio refugio a los miembros de la antigua guardia presidencial, por lo que muchos no creen que ahora estén del lado de Sassou Nguesso.
Anteriores ataques con proyectiles habían causado daños materiales y varios heridos en Kinshasa, tras lo cual las autoridades emitieron advertencias a los beligerantes del otro lado del río.
El bombardeo del lunes aumentó la indignación en la capital de la RDC, donde los militares estarían esperando instrucciones del gobierno para tomar represalias.
El presidente Laurent Kabila interrumpió una visita a la vecina Zambia y retornó a su país este martes.
El canciller de la RDC, Bizima Karaha, dijo en visita a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que el tiempo de las advertencias ya terminó y que ahora el foro mundial debe adoptar sanciones contra Brazzaville.
Mientras, el ministro de Asuntos Internos, Muendze Kongolo, envió una carta de protesta al gobierno de Brazzaville, el cual prometió repatriar a las fuerzas del difunto Mobutu que supuestamente pelearon en el bando de Sassou Nguesso.
Los ex soldados de Mobutu no son las únicas tropas extranjeras involucradas en la lucha de poder entre Sassou Nguesso y Lissouba, que ya costó más de 4.000 vidas y causó el desplazamiento de cientos de miles de personas en Congo.
Congoleños que huyeron de la guerra en Brazzaville insisten en que miembros de las antiguas fuerzas armadas de Ruanda, que se retiraron al norte de Congo cuando los rebeldes de Kabila se acercaban a Kinshasa, pelean junto a la milicia cobra de Sassou Nguesso.
Por otra parte, las milicia zulú y cocoye de Lissouba, junto a las fuerzas armadas de Congo, reciben el apoyo de la rebelde Unión Nacional para la Independencia Total de Angola, de acuerdo con los desplazados.
No en vano Mohamed Shanoun, Representante Especial de la ONU y la Organización de Unidad Africana en la región de los Grandes Lagos y mediador internacional en Congo, expresó su temor a que el conflicto congoleño se vuelva regional. (FIN/IPS/tra- en/NRN/KB/ml/ip/97