Menos de la mitad de las 55 organizaciones no gubernamentales (ONG) que confirmaron su participación asistieron al taller sobre "Transparencia y Responsabilidad en Zimbabwe – El Papel de la Sociedad Civil", que culminó hoy en esta capital.
El hecho llamó la atención de los organizadores, dados los frecuentes informes sobre corrupción de alto nivel y la existencia de más de 800 ONG en el país sudafricano.
Muchos participantes manifestaron su perplejidad ante la escasa concurrencia al taller de dos días de duración, organizado por Transparencia Internacional Zimbabwe y financiado por la Fundación Konrad Adenauer, de Alemania.
El interés de las ONG en el tema es vital, dada la importancia de la sociedad civil en la promoción de la transparencia y la responsabilidad en Zimbabwe, señalaron.
"La participación cívica en el gobierno contribuye a la honestidad, responsabilidad y observancia de los derechos humanos", destacó John Makumbe, presidente de Transparencia Internacional, abocada al estudio de la corrupción y sus efectos sobre el mundo en desarrollo en general y Zimbabwe en particular.
El tema de discusión no podía ser más actual: a 400 metros de distancia del taller, en la Corte Suprema de Harare, una comisión investigadora deliberaba sobre el saqueo de un fondo destinado a compensar a las víctimas de la guerra de liberación.
Así mismo, un fondo creado para ayudar a los funcionarios públicos a comprar su vivienda terminó siendo utilizado por miembros del gobierno y sus familiares.
Una comisión parlamentaria está investigando al Ministerio de Asuntos Internos, donde la última auditoría se realizó en 1990, mientras la última del departamento de policía, que genera voluminosos ingresos por concepto de multas, se realizó en 1991.
Desde 1983, se perdieron unos 2.000 millones de dólares debido a manipulaciones de la Junta de Licitaciones del Gobierno, afirmó Alexander Phiri, presidente de la Asociación Nacional de ONG. Y la lista sigue.
"¿Dónde está la sociedad civil cuando esto ocurre?", preguntó Makumbe. "La mayor parte de la corrupción involucra principalmente al gobierno y el sector privado, mientras la sociedad civil es generalmente la principal víctima", agregó.
La gran mayoría de las ONG permanecen en silencio ante la flagrante corrupción en los sectores público y privado, y esta situación debe cambiar, urgió Makumbe.
"Si la sociedad civil no promueve un sistema nacional transparente, que enfatice la responsabilidad pública, entonces ella misma es parte del problema", argumentó.
Sin embargo, Phiro duda que las ONG puedan cumplir una función importante "en su forma actual", porque "están tan divididas en su estructura y sus opiniones que difícilmente podrían influir sobre el gobierno".
Esta diversidad constituye a la vez un punto fuerte y una debilidad, dado que "el número y la variedad de organizaciones que trabajan voluntariamente puede conducir a una duplicación de los esfuerzos pero también de los intereses creados", opinó Phiro.
"Si la sociedad civil fuera bien organizada, fuerte, osada e independiente, podría jugar un papel clave en la construcción de la democracia y la promoción de la transparencia", agregó.
No obstante, antes de que las ONG puedan acusar al gobierno de algo, "deberían asegurarse de que sus propias actividades sean transparentes, desde los directores hasta los empleados de menor salario", advirtió Eileen Sawyer, director nacional de la Fundación de Recursos Legales.
"Las ONG deberían establecer sus propias normas éticas y modelos de responsabilidad y apertura, junto con los instrumentos necesarios para aplicarlos", exhortó Sawyer.
Phiri estuvo de acuerdo. "Muchas ONG carecen de transparencia en la forma de designación de sus directores, el proceso de determinación de sus políticas o la explicación del gasto de los fondos que reciben", afirmó. (FIN/IPS/tra-en/lm/kb/ml/ip/97