RUANDA: Más de un millón de ex refugiados sin alimento

La gran mayoría de los 1,2 millones de ex refugiados de Ruanda que desde hace seis meses dependen de la ayuda de emergencia para alimentarse deberán arregárselas por sí solos, anunció hoy en esta capital el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Muy poco alimento se entregará a grupos vulnerables y recién llegados a 153 comunidades del pequeño país centroafricano. "Continuaremos supervisando la situación para ayudar a la gente a medida que se presentan las necesidades", dijo Gerald van Dijk, director del PMA en Ruanda.

Desde fines de enero, cientos de miles de ruandeses reciben una canasta mensual de alimentos con 12,5 kilogramos de cereales, frijoles, aceite vegetal, sal y una mezcla de maíz y soja.

"Estos alimentos han sido esenciales para los refugiados que regresan", dijo Brenda Barton, de la oficina regional del PMA, que tiene sede en esta ciudad.

En noviembre de 1996, un mes después del estallido de la guerra en el este de Zaire (ahora República Democrática de Congo), más de un millón de refugiados ruandeses comenzaron a retornar a su país desde campamentos en ese país y Tanzania.

De inmediato, el gobierno de Ruanda y agencias de ayuda humanitaria intervinieron para evitar lo que podría haber sido un gran desastre, asegurando la disponibilidad de alimentos.

El programa fue parte de un paquete de agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y organizaciones no gubernamentales (ONG) para ayudar a integrar a los retornados.

El número total de refugiados, incluyendo aquellos que aún no volvieron, fue estimado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en más de 1,7 millones. Habían dejado el país en julio de 1994, tras el desplazamiento del gobierno extremista interino que en tres meses en el poder masacró hasta medio millón de personas.

Los que recibirán alimentos son aquellos que aún cruzan la frontera. Pero la cosecha en julio, principal estación, será menos favorable de lo esperado, indicó el PMA.

Según recientes estimaciones del PMA y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la producción agrícola total del país sólo crecerá marginalmente, y durante la segunda mitad de 1997 Ruanda deberá alimentar a 1,6 millones más de personas que el año pasado, como resultado de flujo de refugiados.

El hecho de que algunos refugiados fueron reubicados demasiado tarde para la segunda estación de plantación, junto a disputas por tierras y falta de equipos limitó la expansión de la preparación de la tierra. Asimismo, hubo lluvias irregulares y tardías.

Mientras la cosecha debería aumentar seis por ciento en relación al período correspondiente el año pasado, la cantidad de legumbres, principal fuente de proteína para los ruandeses, caerá 25 por ciento, según el PMA y la FAO.

El PMA se propone centrar sus operaciones en Ruanda para el resto de 1997 en la rehabilitación de los sistemas de producción agrícola y la infraestructura destruida.

"Las áreas altamente sensibles a la sequía y el fracaso de las cosechas continuarán recibiendo asistencia alimentaria", anunció Van Dijk.

En 1997, el PMA habrá contribuido a la construcción de 22.000 viviendas para retornados, y en la rehabilitación de miles de hectáreas de tierras pantanosas.

Además, unas 450.000 personas serán asistidas cada mes mediante proyectos "alimento-por-trabajo", y programas de apoyo nutritivo para grupos vulnerables como niños desnutridos y ancianos, agregó. (FIN/IPS/tra-en/mn/lp/pr/97

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